Te acaban de matar, una vez más, pero decides pulsar el botón de continuar, y con la moral restaurada, volver a intentarlo. Eso es Cuphead durante las varias horas que te costará completarlo, una satisfacción tras otra que te llevará por un camino olvidado: el de esos arcade plataformeros y de acción que hacía tiempo que no se veían. Te lo contamos en nuestro análisis de Cuphead para Nintendo Switch.
La clave de Cuphead está en cómo gestiona su elevado grado de dificultad. Al igual que ocurría en los juegos de antaño, te pone a prueba una y otra vez, incitándote a que vuelvas a intentarlo, hasta que por fin lo logras y una reconfortante sensación de superación te inunda. Crear un videojuego en que se consiga esto no es nada sencillo, porque hay que pensar mucho en el usuario, en si se cansará de repetir, o si llegará un momento en que acabe desquiciado.
Por supuesto, la dificultad es algo subjetivo, aunque también es cierto que hay muchas soluciones de diseño que pueden evitar dicha frustración, o al menos procurar abrazar a un más amplio número de usuarios (Cuphead vendió 3 millones de copias). El juego tiene unas cuantas técnicas. Posee mejoras de personaje, la posibilidad de jugar en modo fácil, pero destacaría una en especial, una que podría parecer estúpida, simple, pero en realidad es muy efectiva. Es esa simple barra de progreso que aparece al final de cada nivel fracasado, indicándote hasta donde has llegado… y lo que te queda para completar un nivel. El juego, aunque cruel en desafío, siempre te da una palmadita en la espalda para que lo sigas intentando. Con ese gráfico te muestra que hay luz al final del túnel.
Ya os contamos en el análisis de Cuphead de hace unos años por qué era tan grande. Ahora que llega a Nintendo Switch queríamos recordarlo. Y no, no es únicamente por su fabulosa estética cartoon de los años 30, sino por suponer un espléndido homenaje a los plataformas y juegos de disparos de los 80 y 90, esas recreativas en que te dejabas la paga semanal. Os contamos cómo es la versión para Switch, mientras repasamos la grandeza indie de una producción que se ha convertido en una de las más queridas dentro de su género.
El estilo Cuphead
La premisa se Cuphead es sencilla. Nuestros protagonistas se lo han jugado todo en el casino, y han perdido sus almas frente al mismísimo diablo. No es una forma de hablar, y de hecho nuestra aventura se basa en saldar dichas deudas. ¿Cómo? Enfrentándonos a todos aquellos que se libraron de entregar sus almas. Y es curioso, porque el juego iba a estar basado exclusivamente en estos encuentros. Finalmente, los desarrolladores principales (los hermanos Chad y Jared Moldenhauer) decidieron incluir algunos pasajes adicionales, para añadir variedad a la jugabilidad.
Acertada decisión. Los jefes son lo suficientemente variados entre sí, pero el integrar fases de scroll lateral enriquece aún más la propuesta. Además, aunque el juego está muy apoyado en los saltos, también hay partes de aviación que recuerdan a los clásicos shoot 'em up. Por eso, estéticamente podría ser considerado como un homenaje a los cartoon de los inicios de Disney, a pesar de que jugablemente es una oda a los arcade de finales del siglo XX.
El juego se basa así en una serie de desafíos de dificultad creciente. Pruebas cortas, de un par de minutos, pero lo suficientemente retantes para que caigas y lo intentes en innumerables ocasiones. El esquema se basa en enemigos de pautas predefinidas que debemos memorizar para superarlos. Es un juego de no soltar el pulgar del botón de disparo, pero también de saltar en los momentos precisos. Un estilo muy frecuente hace dos o tres décadas, pero ya algo olvidado. Tanto, que no es infrecuente ver el uso de la expresión "estilo Cuphead". Sin ir más lejos, la utilizamos recientemente en el análisis de Mechstermination Force.
Más allá de su fantástica estética y diseño de sus jefes, lo mejor del juego radica en su accesibilidad
Sin embargo, considero que lo mejor del juego, más allá de la estética o del fantástico diseño de sus jefes, radica en la accesibilidad. Si una fase se te atraganta, siempre tienes alguna alternativa. Podría consistir en dejar ese nivel en particular para probar con otro, o también en ir a la tienda para obtener un arma que se adapte a tu estilo de juego. Incluso existe un modo fácil, algo que te permite avanzar, pero no llegar al final del juego. Es decir, una solución magnífica, porque al final lo que se hace es ofrecer múltiples alternativas para que los jugadores no acaben frustrados demasiado pronto.
Un gran reto para Switch
El videojuego incorpora cooperativo para dos usuarios en modo local, otra opción que apoya a la accesibilidad, y que queda especialmente bien en el caso de Nintendo Switch, dado su concepto como consola. Por desgracia, el control no me convenció con los Joy-Con. Considero que Cuphead ofrece la mejor experiencia con cruceta, y estos controladores no ofrecen una respuesta tan precisa. Si sois de jugar con stick analógico, no tendréis problema, pero si sois como yo, entonces vuestra mejor alternativa será el D-Pad del Switch Pro Controller.
Deberéis tenerlo en cuenta, ya que el tema del control os afectará más o menos si soléis jugar en modo portátil o en modo televisor. Sea cual sea vuestro caso, el trabajo de port que se ha realizado es excelente. Fluidez sin problemas, y con los mismos resultados visuales que en el resto de plataformas. Un acabado gráfico que destaca por esas animaciones estilo cartoon, que por cierto fueron realizadas una a una, en un proceso artesanal que recuerda al proceso de elaboración de los dibujos animados tradicionales. A destacar que se ve de forma espléndida tanto en modo televisor como portátil, tratando este último los colores de forma sensacional.
No hay novedades específicas para la versión de Cuphead para Nintendo Switch, pero sí una actualización para todas las plataformas en que ha aparecido Cuphead (estará disponible desde el lanzamiento: el 18 de abril). ¿En qué consiste? El personaje Mugman podrá ser seleccionado por el primer jugador. Las intros están completamente animadas. Los textos se han localizado al español… y luego se han hecho un montón de ajustes sobre animaciones, eliminando errores de programación en el proceso.
Es decir, CupHead llega a Switch de la mejor forma posible, y además con el sistema de logros original de la marca Xbox Live, aunque la integración está pendiente de realizarse. Es un gran paso, además de un gran videojuego que es una suerte que esté disponible en la plataforma de Nintendo (exclusivamente en digital por unos 20 euros). Para aquellos que no pudieran disfrutarlo en su día, este es un gran momento para hacerlo.
Cuphead llega a Nintendo Switch en un port muy cuidado, con todos los atributos del videojuego original. Tal vez el mayor problema es el control con los Joy-Con, que no termina de convencer, pero por todo lo demás se trata de un plataformas de acción sorprendente, con un nivel de reto muy ajustado. Si te llama eso de experimentar el sabor añejo de los arcade de finales de siglo, con un apartado audiovisual que emula a los cartoon de los treinta, esta es sin duda una oportunidad inmejorable.
Comprar Cuphead- Muy buena conversión para Nintendo Switch, manteniendo los atributos del original
- Excelente ajuste de dificultad, que te anima a superarte con cada partida
- Una maravilla a nivel conceptual y visual, imitando a los cartoon de los años 30
- Jefes muy imaginativos, con una alta variedad de situaciones
- Cooperativo para dos jugadores…
- ... aunque hubiese estado genial que el coop fuese también online
- En Switch, el control con los Joy-Con puede hacerse cuesta arriba
