Un campeón de transición es una figura en la WWE que sirve para ejecutar un cambio de título limpio entre luchadores. Lo nuevo de Visual Concepts es exactamente eso, un capítulo transicional entre el pasado de Yuke’s y el futuro de la saga. ¿Cuánto durará la transición? ¿Cómo la de Mahal en 2018 o como la de Backlund en 1994? Te lo contamos en el análisis de WWE 2K20.
¿Se estaba ocultando a propósito la nueva entrega de la saga? Se veía venir que había algo sospechoso con WWE 2K20 desde el momento en el que WWE o 2K no parecían tener interés en promocionarlo como lo hacía, habitualmente, en los shows de la empresa líder mundial de wrestling o los canales de la editora de videojuegos. Hace unos meses se supo que Yuke’s dejaba la franquicia a Visual Concepts, rompiendo una alianza que había sido efectiva desde que la saga llego a Take-Two. ¿Rotura traumática o amistosa? Secretos de alcoba de dos socios que ahora trabajan por separado y que parece que pronto serán rivales en el sector del de wrestling virtual.
En Visual Concepts nos dijeron que la ausencia de Yuke's podía traducirse en algo positivo en el futuro, pero resulta imposible no pensar en clave presente cuando te pones a los mandos de WWE 2K20. Revisando los análisis pretéritos de la saga WWE 2K, llevo arrastrando desde hace años un mantra que en 2019 ha colmado el vaso: el modelo jugable de la saga está completamente agotado, y parece que ni en la empresa tras NBA 2K saben ya cómo seguir evolucionando en lo jugable sus mecánicas. La apuesta de la firma (y aplaudida por los jugadores habituales de WWE, de hecho) ha radicado en la apuesta por la cantidad y no la calidad. Desgraciadamente, la balanza ya no da más de sí.
WWE 2K20 solo puede apoyarse en el contenido que ofrece. Modos de juego renovados, mejoras generales en el on-line y un ejército de desafíos a los que acceder para ganar monedas que te permitan acceder a nuevos elementos estéticos y desbloquear a algunas leyendas de la lucha libre americana. Desgraciadamente, el desgaste sobre el ring está ahí, y cada vez cuesta más camuflarlo con contenido. ¿Recordáis lo de Shawn Michaels en Super Showdown? No se me ocurre un mejor paralelismo con el título de la nueva temporada.
WWE 2K20, December to Dismember 2006
Sí, de acuerdo, la lucha libre no es mucho más real que Juego de Tronos, pero los aficionados sabemos que la industria ha cambiado mucho en el último lustro, y luchadores como Ricochet, Aleister Black o Johnny Gargano confirman la nueva tendencia. La base de WWE 2K20 responde a la de un wrestling muy distinto, al de hace cinco o seis años, cuando John Cena, Randy Orton y The Shield ofrecían una cara más centrada en la fuerza que en lo agilidad. Resulta irónico que la representación de luchadores de nueva generación se controle como los referentes de antaño, y que su habilidad sobre el cuadrilátero se limite a animaciones automáticas en las que el jugador no tiene nada que hacer. Solo asiste como espectador al espectáculo.
Más allá de ligeros retoques en el sistema de juego, las novedades son testimoniales
WWE 2K20 confirma la tendencia de entregas anteriores: pone sobre el ring batallas torpes, lentas y que se apoyan demasiado en las contras. Los lances más espectaculares de los combates reales están al final del encuentro; en la saga WWE 2K es todo lo contrario desde hace tiempo. Cada año se lanzaba algo nuevo que refrescaba la mecánica y ofrecía nuevas perspectivas al sistema, pero en el año 2019, más allá de ligerísimos retoques en el sistema de juego, las novedades son meramente testimoniales. Hay momentos en los que, incomprensiblemente, el título parece hasta tener una peor respuesta que en WWE 2K19 (obra que, como ya os conté, tocó el techo jugable de la saga). Resulta difícil justificar la prácticamente nula inclusión de novedades.
En Visual Concepts nos confimaron que no se espera una competición como el desafío del millón de dólares del pasado año, y que si diesen el salto a los eSports tendría que ser con un estilo jugable distinto al actual. Ciertamente, resulta difícil crear una experiencia competitiva justa y equilibrada con los cimientos actuales, y eso no es algo que afecte a las tendencias más rimbombantes de la industria; afecta en lo meramente jugable. Y sí, puede que WWE 2K se apoye más en la espectacularidad de WWE que en la diversión puramente mecánica, pero el que no vea que ambas ramas son perfectamente compatibles se engaña a sí mismo. Creo que nadie le pide a la franquicia ser un juego de lucha tradicional, pero sí creo que los desarrolladores pueden tomar cosas muy útiles del género en pos de crear un mejor videojuego en el futuro.
Halloween Havoc 98
Lo que no se le puede echar en cara a WWE 2K20 es la cantidad de luchadores que tiene. Un año más ha sido capaz de recrear a prácticamente todas las estrellas de Raw, Smackdown y NXT, devolviendo a Hulk Hogan a la plantilla y corrigiendo el error histórico con Chyna si eres uno de los poseedores de la edición del 20º aniversario de Smackdown. La recreación de las principales arenas y PPV solo se ve opacada por su torpe y repetitivo público, al que acabas ignorando una vez pasan las horas de juego. Se han sumado nuevos escenarios para MiCarrera que también son disfrutables en el resto de modo, ampliando la ya de por sí amplias opciones de escenarios.
Hablando de MiCarrera… la principal novedad del modo reside en la de llevar simultáneamente a un luchador y una luchadora que narran su carrera a pocos minutos de entrar en el Hall of Fame de la WWE. Una colección de flashbacks sobre el periplo de dos auténticos cretinos con los que resulta difícil empatizar en lance alguno de la historia. Sin embargo, amplio y capaz de combinar escenas sonrojantes con algunos momentos muy inspirados de la trama, pero lejos de los mejores modos vistos en NBA 2K. Y es una lástima, porque un modo como el presente ofrecería más posibilidades en un mundo como el de la empresa de Vince McMahon que en la liga de baloncesto norteamericana. Esperemos que los desarrolladores compartan conocimientos el año próximo.
En lo que vuelve a lucirse Visual Concepts es en el Showcase. La historia de las Four Horsewomen al completo, con los feudos principales que han vivido en NXT, Raw y Smackdown, incluyendo entrevistas, declaraciones de las propias protagonistas y contenido sacado de las principales batallas de las protagonistas. Todo un lujo jugable en el que los usuarios pueden seguir paso a paso el camino que ha llevado a Becky Lynch, Charlotte Flair, Sasha Banks y Bayley a convertirse en auténtica leyenda contemporánea de la lucha libre mundial. Dispone de numerosos episodios y un buen montón de contenido a desbloquear basado en las wrestlers.
Wrestlemania XI
El dogma de apostar cantidad por calidad es lo que tiene: que tienes una lista de más de 100 Superestrellas de la WWE y resulta imposible trabajar igual a todos los luchadores. El motor no da más de sí: está tan absurdamente encorsetado que los problemas con los cabellos largos o ciertas animaciones y expresiones faciales ya son difíciles de justificar. El trato de los luchadores más famosos es destacable, pero según bajamos del mid-card entramos en un museo de los horrores pesadillesco. A destacar, por ejemplo, la aparición cuasi monstruosa de Peyton Royce en el modo MiCarrera. En el sonido destaca la habitual aparición de muchas de las Superestrellas de la empresa y un nuevo narrador. Una actualización al banco de sonido no le vendría mal: da la sensación que WWE 2K lleva ocho años sonando igual.
Las batallas sobre el ring siguen siendo lentas y se apoyan demasiado en las contras
WWE 2K20 es una entrega decepcionante que solo puede apoyarse en el nuevo contenido y los Originals, una nueva idea de los desarrolladores que, seguramente, pueda aportar frescura e historias lejos del factor más realista de la empresa en futuras entregas. Lo que nos ocupa en el presente, desgraciadamente, son skins terroríficas de algunos luchadores de la empresa, pero el concepto es fácilmente evolucionable y aprovechable. No obstante, es evidente que en Visual Concepts tienen problemas más urgentes que el añadir skins a luchadores. Queda lejos del suspenso WWE 2K20 porque en el factor del contenido es parte de lo que la comunidad ha venido demandando a los desarrolladores desde su desembarco en 2K, pero es, seguramente, la peor entrega desde que aterrizó al catálogo Take-Two.
Eso sí, estoy convencido que debe haber más jugadores que como vuestro servidor prefiere la calidad a la cantidad. El futuro de la saga es incierto, la nueva entrega es, indiscutiblemente, un paso atrás. ¿Para coger carrerilla y acabar con un Moonsault en la nueva generación el año que viene con WWE 2K21? Esperemos que no acabe en botch. En todo caso, y por el crédito de NBA 2K, solo podemos confiar en el buen hacer de Visual Concepts. En sus manos está devolver a la saga el brillo de los tiempos de Smackdown VS. Raw.
Visual Concepts salva el cinturón por count-out y por ofrecer, de nuevo, una cantidad ingente de contenido que alargará el uso del título durante meses. Desgraciadamente, las novedades jugables son prácticamente testimoniales, lo que lleva a WWE 2K20 a convertirse en un juego de transición que solo puede ofrecer novedades en contenido y actualización de las plantillas actuales. Ahí muestra su músculo con un modo MiCarrera extenso, uno de los mejores Showcase hechos por la firma y más de un centenar de luchadores disponibles. La fórmula jugable pide a gritos un cambio, y es difícil sostener otro año un sistema de lucha tan torpe, tan lento y tan poco representativo de muchas de las Superestrellas contemporáneas de la WWE.
- Una lista de Superestrellas insuperable
- Contenido a raudales, marca de la casa
- Magnífico Showcase de las Four Horsewomen
- 2K Originals puede ofrecer frescura a la saga en el futuro
- Cambios testimoniales en lo jugable en un sistema en el que urgen cambios
- Trato desigual en la representación de luchadores
- El desbloqueo de contenido ralentiza el avance del juego considerablemente
- La apuesta por la cantidad ya no tapa sus problemas
