Análisis de Starship Troopers - Terran Command. Guerra contra los alienígenas en un juego de estrategia realmente masivo

Análisis de Starship Troopers - Terran Command. Guerra contra los alienígenas en un juego de estrategia realmente masivo
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Todo videojuego inspirado en una película como Starship Troopers tiene dos objetivos: ser divertido, claro, pero también debe tener un punto satírico, paródico, sobre temas como la guerra, la supremacía humana o el expansionismo. En el primero, la estrategia de Terran Command tiene éxito… En lo segundo me temo que no tanto. ¿Deseas saber más? Te lo contamos en nuestro análisis.

Siempre es genial pararse a reflexionar un poquito sobre Starship Troopers, aunque en ocasiones pueda ser un tema un tanto polémico. De todas formas, me voy a lanzar a la piscina: creo que la película está profundamente infravalorada, y al mismo tiempo creo que algunas personas corren el riesgo de sobrevalorarla por compensación, por no ser capaces de ver que también cae en algunas de las cosas que critica. La idea era darle un guantazo con la mano abierta a todos los convencionalismos del cine palomitero, a toda la falsa épica de la ciencia ficción de los noventa y, aunque en líneas generales lo consiguió, también derrocha la testosterona y la incoherencia propia de esos productos. Eso en apariencia, porque en el fondo tiene un mensaje antibelicista, satírico y desesperanzador, características que, por cierto, no comparte con la novela en la que se inspira. De hecho, sus raíces son bastante complicadas; el libro original fue escrito por Robert A. Heinlein a finales de los años cincuenta y, a pesar de su gran influencia en la ciencia ficción moderna, lo cierto es que todavía hoy su obra sigue envuelta en polémica y controversia por su tonito fascista, supremacista y probélico de fondo, que según cada lector, puede interpretarse como una crítica como un alegato.

¿Cuáles son esos elementos fascistas? Unos cuantos, pero me voy a quedar con dos. El primero es que la sociedad de Starship Troopers es distópica; la ciudadanía solo se puede conseguir si entras en el ejército, la disidencia se castiga con la pena de muerte, y la propaganda es tan bestia que recuerda a la obra maestra de Orwell, 1984. El segundo es que la guerra contra la raza alienígena, una especie de insectos que colonizan otros planetas por esporas (biología mal), la inician los seres humanos por un simple deseo expansionista. Casi cabe por ahí la loca teoría del espacio vital de la Alemania nazi y demás. Dicho de otro modo, lo que en la película es simple parodia, en el libro es la representación de una sociedad fetiche para el autor. Muy heavy, sí. Afortunadamente, la adaptación al videojuego viene en forma de título de estrategia en tiempo real que sigue la estela humorística de la cinta de Verhoeven y sus excesos hollywoodienses, aunque sin su chispa de genialidad. Veamos qué tal ha salido.

Para entender al bicho hay que pensar como el bicho

La historia de Starship Troopers: Terran Command sigue un recorrido que ya conocemos; es decir, la humanidad, organizada en una especie de dictadura militar, está en guerra con una raza de artrópodos conocidos como Aráknidos, y después de unos cuantos disgustos inexplicables el alto mando decide que ya es hora de poner fin a la guerra… por las malas, evidentemente. De esta manera, el título de The Aristocrats te pone a los mandos de unas cuantas unidades de la infantería móvil, y te lleva de la mano por localizaciones y planetas que te sonarán si has visto la película original (hay otras dos, pero por salud mental prefiero pasar de ellas), como Klendathu, el temible y escarpado mundo natal de los bichos. En general, todo está lleno de detallitos que van directos al corazón del seguidor de la franquicia.

Terran Command se salva de la quema pública porque su acción es lo suficientemente adictiva y variada

Eso sí, es verdad que, al margen de su valor nostálgico, el título se queda bastante corto en materias de representación del universo cinematográfico de la licencia. Me explico: el modo campaña funciona como una sucesión de escenarios predefinidos que cuentan una historia fija, a costa de la libertad del jugador. ¿Como Warcraft, entonces? Sí, pero mal. En las obras maestras de Blizzard estabas deseando saber qué pasaba a continuación, qué era lo que había ocurrido con tu personaje favorito, o cuáles eran las consecuencias de determinados acontecimientos en el plano general de Azeroth, mientras que en Terran Command todo eso da completamente igual. No hay ni protagonistas; lo único que hay son pinceladas que complementan la información que ofrecía la película allá por 1997, que ya de por sí era escasa, y nada pasa de anecdótico, de ser un entorno ideado para soltar burradas a diestro y siniestro sin especial criterio.

Esto último no me parece mal per se, ya que es parte de la esencia de esa ciencia ficción canallita que representa Starship Troopers, pero el guion ha sufrido un golpe mortal en el proceso. Hemos pasado de citas míticas, que se debaten entre la parodia y la brutalidad humana, como “La mera idea de un bicho inteligente me parece ofensiva” (un meme que se adelantó dos décadas a su tiempo, todo hay que decirlo), o “El único insecto bueno es el insecto muerto”, a idas de olla bastante cafres e incluso innecesarias, cuya inclusión aquí me ahorro para evitar llenar esto de movidas de mal gusto. No todo es malo, ¿eh? También hay momentos que están muy bien pensados, sobre todo los relativos a la propaganda que hace de interludio entre escenarios de la campaña, pero en general me queda la sensación de que el mensaje no ha calado del todo en el estudio. Es humor sin objetivo.

La guerra interminable

Guerra contra los alienígenas en un juego de estrategia realmente masivo

El título del apartado es tanto una referencia literaria como una descripción literal de lo que vas a encontrarte en Terran Command: una sucesión de escaramuzas, tiros y maldiciones constantes en mitad de un páramo lleno de arena y de cadáveres. Estamos ante un juego de estrategia en tiempo real de enfoque bélico, pero muy parco en detalles, con casi ningún tipo de gestión más allá del movimiento de tus tropas, y con un sistema de construcción muy limitado. No esperes, por tanto, optimización de bases, ni siquiera la posibilidad de poner a mano los edificios militares, ya que básicamente todo viene dado por defecto. Sí que hay un sistema de captura de zonas y puestos de avanzadilla, al estilo de Company of Heroes, pero evidentemente no consigue mirar de tú a tú a la legendaria estrategia de Relic en ningún instante.

Te cuento todo esto porque, en esencia, el papel del jugador se reduce a tomar los mandos de un número variable de escuadras, a fin de seguir unos objetivos concretos. Las misiones van desde resistir las brutales hordas de insectos en edificaciones maltrechas, a infiltrarse en unas minas extrañas o, incluso, recuperar a un prófugo al que la justicia quiere ejecutar públicamente por televisión, lo que le da cierto factor sorpresa al título. Sin embargo, estos objetivos no son especialmente imaginativos, ni cambian de partida a partida, lo que reduce drásticamente la capacidad de generar historias propias y todo ejercicio relativo a la rejugabilidad. En realidad, el sistema es tan lineal que, para ser honesto contigo, no sé hasta qué punto casa completamente con el género… Y aún así tiene un encanto que te atrapa, un poderoso hechizo que te lleva a seguir echando sesiones cortas hasta que finalmente terminas la historia. ¿Y después? Después te quedan unos cuantos desafíos bastante complicados y poco más, ya que no hay ni siquiera juego en línea.

Guerra contra los alienígenas en un juego de estrategia realmente masivo

No obstante, Terran Command se salva de la quema pública porque su acción es lo suficientemente adictiva y variada como para mantener el interés durante un buen número de horas, algo que se debe, en parte, a la variedad de soldados y de bichos que pueblan la guerra del futuro. En este sentido, uno de los puntos fundamentales de la fórmula es precisamente la importancia de adaptarse a los enemigos, tanto utilizando el terreno a tu favor como a través de un sistema de debilidades y fortalezas que recuerda vagamente a lo visto en Total War, pero con menor profundidad. Por ejemplo, los ingenieros, armados con lanzallamas, brillan especialmente en el combate a corta distancia, y te permiten defender pasajes estrechos con gran facilidad; en cambio, son completamente inútiles contra unidades de largo alcance, justo al contrario que los francotiradores. Dicho esto, no entiendo por qué no podemos controlar nunca a los bichos, si precisamente el combate es lo mejor del juego.

Tus tropas tienen una inteligencia artificial que parece absolutamente incapaz de valerse por sí mismas

En cualquier caso, volvamos a los humanos, porque la optimización de tus efectivos en el combate también implica que hay un grado de microgestión elevado, con demasiados clics, alarmas, hordas, y una inteligencia artificial que parece absolutamente incapaz de valerse por sí misma. Entiendo que sentirse abrumado sea parte de la experiencia, pero al final se vuelve frustrante colocar manualmente a tus soldados para que no se corten la línea de disparo los unos a los otros. A diferencia de lo que vimos en la sensacional franquicia de Creative Assembly, no se pueden hacer grupos de unidades, ni establecer formaciones especiales; todo lo tienes que hacer a mano, circunstancia que te complica la vida de manera un tanto artificial.

En cuanto al apartado audiovisual, una de cal y otra de arena: la optimización es genial, puesto que el título corre en 4K incluso en equipos que empiezan a acumular una cifra indecente de años a sus espaldas, pero los modelos y las texturas no son nada del otro mundo. En muchos casos el resultado es plano, soso, y desmerece una representación artística de Klendathu que, contra todo pronóstico, es notable, con bichos y escenarios clavaditos a los de la película. En temas de sonido, actuación de voz más que decente (aunque solo en inglés) y una banda sonora que pasa sin pena ni gloria, en parte porque algunas alertas de sonido terminan haciéndose profundamente cansinas con el paso del tiempo.

Entretenido pero justito

Sin sello
Guerra contra los alienígenas en un juego de estrategia realmente masivo

Starship Troopers - Terran Command

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Starship Troopers: Terran Commands es uno de esos títulos que tienen grandes inspiraciones pero que se quedan a medio camino por cuestiones de recursos y de ambición. Sus principales problemas son una palpable falta de contenido y que la campaña, aunque ofrece una acción variada, no plantea objetivos ni misiones verdaderamente memorables. La historia también es flojita, no tiene el impacto satírico de la película y es intrascendente, hasta el punto de que todos los elementos narrativos están ahí, agarrados a un clavo ardiendo, con la esperanza de que el jugador pille las referencias y no quiera saber nada más. A pesar de todo, su adictiva fórmula de estrategia en tiempo real y su enfoque bélico lo salvan del fracaso, si bien solo es recomendable para grandes seguidores del género o de la franquicia cinematográfica. Con un poco más de trabajo podría haber sido notable.

5 Cosas que debes saber:
  • Buena ambientación y estética, con elementos que recuerdan a la película.
  • El modo campaña es demasiado lineal y ofrece cero rejugabilidad.
  • Muy escaso de contenido y modos: no tiene online ni puedes controlar a los bichos.
  • Su estrategia se centra en la acción y lo hace bien, pero se echa en falta algo más.
  • Apartado audiovisual del montón, aunque con una buena optimización.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 10-20 horas
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