¿Cazador o presa? Con la mítica película Depredador de Arnold Schwarzenegger como inspiración, en el análisis de Predator: Hunting Grounds ponemos a prueba a este videojuego de acción con multijugador asimétrico que enfrenta al temible Predator contra cuatro soldados. ¿Quién saldrá victorioso de la lucha?
Rodeado de soldados enemigos, en mitad de la selva, corres y disparas con el único fin de alcanzar el punto de extracción sin perder la vida en el intento. Y entonces lo escuchas. Ese sonido, ese inconfundible gorjeo que te hace temer lo peor. Está aquí, al acecho, listo para asestar un golpe mortal. Instintivamente alzas la mirada buscando entre las ramas de los árboles; ¡y te giras!, rápido, creyendo que está detrás tuya. Nada. Solo silencio. Y de repente… muerte. Hay algo increíble en Predator: Hunting Grounds, y es precisamente esta capacidad para hacerte sentir vulnerable ante la amenaza de este cazador de otro mundo, tal y como hiciera la mítica película de Predator protagonizada por Arnold Schwarzenegger en la década de los ochenta. Por desgracia, esta gran fortaleza es también una virtud efímera. Lo que en unas primeras partidas resulta emocionante, poco a poco este multijugador asimétrico (1vs4) pierde fuerza y se vuelve anodino, demasiado repetitivo, convirtiéndose en una experiencia que sí, sabe divertir, y a veces incluso regalarte escenas de acción memorables, pero definitivamente se queda lejos de aprovechar todo su potencial. Y es una lástima.
Si eres fan de la saga cinematográfica disfrutarás con todos esos pequeños guiños a la película de John McTiernan, incluyendo una renovada banda sonora que te mete de lleno en la acción, pero el último trabajo de los autores del discreto Friday the 13th se queda muy corto cuando de lo que se trata es de sorprender. La primera vez que huyes en helicóptero está genial, ¡es emocionante!; como también es impagable ese momento en el que contra todo pronóstico derrotas al Predator a tiro limpio en las peores condiciones imaginables. Hasta cuando la bestia activa la cuenta atrás para autodestruirse, intentas cancelarla, y saltas por los aires; hasta en ese momento, las sensaciones son geniales. ¡Es como la peli! Pero como digo, toda esa emoción se evapora rápidamente por culpa de la escasa variedad de contenidos. Repites las mismas misiones una y otra vez contra unos enemigos terriblemente ineficaces cuya IA da para lo justo: apretar el gatillo y no matarse.
Así que una y otra vez te lanzas a la acción a la espera de toparte con un rival digno; alguien que de verdad sepa controlar al Depredador, pues es entonces cuando la acción cooperativa de Hunting Grounds muestra su mejor cara. Porque si bien siento que no está a la altura del legado de este clásico de la acción y el terror, algo tiene el juego de Illfonic que de alguna forma te invita a echar una partida más.
¿Cazador o presa… armada hasta los dientes?
La elección es sencilla. Predator o soldado, ¿qué eliges? La primera opción es, claro, la más atractiva. Cómo resistirse a la idea de controlar a una auténtica máquina de matar con un arsenal de armas futuristas y una agilidad tal, que es capaz de moverse por las ramas de los árboles a velocidades de vértigo. Por no mencionar su habilidad para volverse prácticamente invisible, o buscar fuentes de calor para localizar a sus objetivos a decenas de metros de distancia. Con tales virtudes, pareciera que esta bestia de otro mundo es una criatura invencible pero nada más lejos de la realidad, y es algo que creo Hunting Grounds refleja de forma efectiva. Si te pilla desprevenido, y estás solo, date por muerto. Nada podrás hacer frente a este monstruo. Pero claro, aquí entran en acción tus aliados.
Con ellos podrás frenar a la bestia, a la que no le quedará otra más que cazar furtivamente usando trampas, separando al grupo para que nadie interfiera en sus planes. Su poder es inmenso, te puede matar con un par de golpes certeros, pero para ello necesita sigilo y la estrategia, lo que resulta una experiencia de lo más divertida. Por ambas partes además, pues también es genial sentir la presión de saber que alguien te está observando en la distancia, listo para asestar un golpe letal, y no saber exactamente dónde está. Ha habido partidas en las que, como soldado, no dejaba de mirar a la retaguardia alzando la mirada en busca de esa pista que me indicara dónde diablos se encuentra el Predator. ¿Unas hojas cayendo del cielo? Suficiente para que todos abramos fuego. A veces a la nada. Porque la bestia es tan rápida, que en esos instantes puede haberse situado en nuestra retaguardia, abriendo fuego con su cañón de energía, o bien usando un arco, cuchillas, lanzas o lo que sea que tenga a su alcance.
Su mayor problema es que la diversión que ofrece es efímera
Estas batallas son las que de verdad merecen la pena pero no son tan habituales como me hubiera gustado. Dependes enteramente de la destreza del rival, de la habilidad de tus compañeros, pues sin ella, lo que tienes es un juego de acción bastante simplón al que le falta un mundo de contenidos con los que enriquecer la experiencia. Los tiroteos son en general bastante anodinos, pues los enemigos controlados por la IA se limitan a avanzar y disparar sin preocuparse siquiera de las coberturas. No hay nada emocionante en estas batallas, ni tampoco son un reto, por lo que la única amenaza real es un Cazador que no lo tendrá nada fácil en las primeras partidas. Más bien está muy limitado, pues debe subir de nivel para desbloquear trampas y otras armas especiales, que son las que aportan "alegría" al combate. Lo mismo vale para los soldados, que progresivamente desbloquearán nuevas armas y ventajas tácticas con las que personalizar la experiencia.
Se agradece que la progresión de niveles sea bastante rápida, y que con dinero del juego, sea relativamente barato desbloquear cajas de botín con cosméticos, pero a Predator: Hunting Grounds le falta mucho para alcanzar el nivel de calidad deseado. Ya no hablo solo de los problemas de matchmaking que ha sufrido en sus primeros días de vida, con largas esperas para poder disfrutar de su acción en la piel del Cazador, o de los bugs y errores que pueden entorpecer la experiencia general. El mayor problema al que hace frente este título de PS4 y PC es que su diversión es efímera. Todas esas primeras veces durante el combate, al vencer y sufrir una derrota, al descuartizar a un rival o volar por los aires todo a tu paso, las disfrutarás a lo grande… hasta que dejas de hacerlo, porque siempre es lo mismo; porque no hay grandes diferencias entre una misión y otra; porque solo tienes tres escenarios a los que no se les ha sacado nada de provecho.
Y aunque antes destacaba que me gusta que el Cazador se sienta vulnerable, que no sea invencible, creo que el equilibrio de poder está muy mal calibrado… en su contra. Es vulnerable en exceso; casi que parece la presa en lugar de ser el cazador, lo que obviamente no está bien. En las distancias cortas, en un uno contra uno, es invencible, pero basta que los soldados se coordinen mínimamente para superar sin demasiadas dificultades el duelo contra el alienígena. También echo en falta más enemigos, porque no son muchos, así que hay momentos de la partida en la que los soldados se limitarán a esperar y verlas venir, lo que rompe con el ritmo de la acción.
Hay una buena base para crear un gran videojuego de acción con multijugador asimétrico, pero en estos momentos, Hunting Grounds adolece de una alarmante falta de contenidos que debe ser subsanada lo antes posible si no quiere caer en el olvido más pronto que tarde. Para más inri, el rendimiento en PlayStation 4 y PS4 Pro no es tampoco el mejor, lo que sorprende teniendo en cuenta que este no es un título especialmente llamativo en lo visual. Aunque el Depredador presenta un aspecto imponente y resulta fantástico verle correr y saltar por los árboles, el modelado de los soldados es bastante discreto, con unos efectos visuales que aprueban sin más. Por eso sorprende que en consola aún se resienta en algunos momentos, con ralentizaciones que no son graves, pero sí un pequeño incordio. Desde Illfonic ya han prometido actualizaciones para corregir este y otros problemas, como las ya comentadas largas esperas para acceder a una partida.
Si eres fan de la película encontrarás detalles que te encantarán, siendo el sonido uno de los grandes protagonistas, pues el Depredador es tal cual lo vimos en la película, incluyendo la risa diabólica de la autodestrucción o el grito de furia cuando sana sus heridas. Lo que me lleva a hablar de su llamativa sangre verde, que está ahí, como una pista para seguir los pasos de la bestia si hemos logrado herirla de gravedad. Si es que por poder, puedes usar el barro para camuflar tu posición, o en la piel del Cazador, detectar en la distancia las conversaciones de otros jugadores. Por eso me apena que Predator: Hunting Grounds no haya sido más ambicioso a la hora de expandir su acción con más modos de juego y escenarios en los que combatir. De lo primero no hay variaciones, es siempre lo mismo, con sutiles cambios en las tareas de los soldados que al final del día deben llegar al punto de extracción… o matar al Cazador, cuya única misión es acabar con los soldados. No hay más. Así que por mucho que puedas disfrutar por momentos de sus combates, llega un punto -demasiado pronto- en el que sientes que siempre es lo mismo.
Esto acaba de empezar y hay mucho margen de mejora, por lo que aún podemos ser algo optimistas en cuanto al futuro de Predator: Hunting Grounds. ¿Lo primordial? Ampliar la experiencia de juego con más contenidos, con nuevas misiones y más alternativas a la hora de encarar su acción. Si lo consigue, puede transformarse en un juego de acción con multijugador asimétrico de lo más interesante. Ahora mismo… cumple con lo justo, pero no es ni de lejos ese gran juego que merece el universo Predator.
Aunque tiene potencial y es capaz de divertir con las batallas que plantea, a Predator: Hunting Grounds le falta mucho para alcanzar el nivel de calidad deseado. Su acción, si bien divertida, es también muy simple, por lo que se echa en falta más que nunca una mayor variedad de misiones y desafíos a los que hacer frente. Retrata bien la esencia de la mítica película Predator, pero no es suficiente para mantenerte pegado a él más allá de unas pocas horas de juego. Y es una lástima.
- Ponerse en la piel del Predator. Su agilidad y arsenal de armas. ¡Autodestruirse!
- Guiños a la película, la música y los sonidos que emite el Depredador.
- Cuando encuentras al enemigo perfecto y juegas con un equipo compenetrado.
- Alarmante falta de contenidos. Pocos mapas y pocas variaciones en el combate
- Enemigos con una IA muy pobre; no suponen una amenaza
- Problemas en el matchmaking y desequilibrio de poder entre el Predator y los soldados
