Weird West es un RPG de acción que sigue la historia de cinco personajes en un salvaje Oeste que se nutre también de la fantasía oscura para poblarlo de todo tipo de criaturas y magia negra. Un juego lleno de posibilidades sistémicas heredero de la fórmula Arkane. Te lo contamos todo en el análisis de Weird West.
No tardé más que un momento en reconocer la firma de Raphael Colantonio en cuanto me puse con Weird West. Al diseñador le gustan los mundos basados en sistemas que interaccionan no solo con el jugador o con el entorno, sino también entre sí mismos. Así, Weird West es marca Arkane sin ser Arkane: un juego donde la personalización del estilo de juego prima por encima de todo lo demás. ¿Quieres labrarte una reputación en este extraño Oeste? Verás resultados en forma de aliados que llegan inesperadamente para salvar el día, por ejemplo. ¿Quieres crear el más absoluto caos? Puedes aniquilar a toda una población y convertir el lugar en un pueblo fantasma que morará con criaturas sobrenaturales mientras el causante (tú) es perseguido incesantemente por la justicia.
Weird West es un juego del Oeste y no lo es. La marca grabada a fuego de Dishonored se nota también en el gusto por la fantasía oscura y extraña. Hay una cierta fascinación en empezar a comprender las siniestras reglas mágicas que conforman este mundo. Cuando te das cuenta de que monstruos como los sirénidos no solo se alimentan de la población, sino que también pueden consumir sus recuerdos. Desde el primer minuto notas como este ambiente está viciado por lo grotesco y lo fantasmagórico. Por una extraña magia negra que comienza con el mismo jugador encarnando, literalmente, a un elenco de personajes, cada uno con sus historias y motivaciones, pero un elemento común.
Este es uno de los elementos más singulares de Weird West, convirtiéndolo en un juego coral. Cinco personajes distintos que tienen sus condiciones y habilidades especiales. Por ejemplo, una cazarrecompensas retirada, un hombre convertido en un cerdo antropomórfico u otro con la habilidad de transformarse en hombre lobo. Es una idea interesante que el juego lleva hasta sus máximas consecuencias. Podría correr el riesgo de romper la continuidad o la sensación de progresión del jugador, pero no lo hace. ¿Por qué? Porque somos capaces de trasladar algunas habilidades al siguiente, permitiéndonos mejorar nuestra velocidad, daño, habilidades sigilosas o de combate, por ejemplo. Otras sí son definitorias de cada personaje y escasas, también, lo que favorece la rejugabilidad del título.
Su elenco de personajes es uno de los elementos más singulares de Weird West
Una vez te sueltan al terreno de juego, eso sí, la libertad es absoluta. Libertad para cumplir los objetivos como te venga en gana, matar incluso a los NPCs clave de la historia y aniquilar a los enemigos desde las formas más tradicionales a las más creativas. Puedes hacer uso del arsenal, compuesto por pistolas, fusiles, escopetas, arcos, explosivos o armas de corto alcance; pero es interesante ver cómo, sobre todo ante una escasez de munición acusada, WolfEye Games quiere que explotes el elemento creativo usando ataques elementales, aprovechando el terreno a tu favor, incluido la lluvia o el fuego. Muchas cosas en Weird West pueden ser un arma. Además, el mapa es lo suficientemente grande como para llenarse de misiones secundarias, lugares secretos con alijos y misiones de cazarrecompensas, por ejemplo, por si queremos subir más de nivel a nuestro personaje e ir más preparados para la misión principal.
Oeste cenital
El problema son las limitaciones técnicas. Colantonio está acostumbrado a hacer juegos que sacan partido a todos estos elementos en complejos escenarios con muchas capas. El mundo de Weird West, en cambio, está formado por una serie de niveles separados por un mapa que nunca termina de despegar del todo. Las praderas, poblados, minas, cañones y demás entornos que visitamos no poseen una profundidad ni un diseño tan estimulante para querer jugar con todas estas mecánicas y a menudo, incluso para el uso del sigilo, es más sencillo complicarse menos la vida y tirar de fuerza bruta y muchas, muchas balas.
El sistema de combate es sencillo y al estilo twin stick shooter de muchos juegos isométricos de acción: un stick para mover al personaje y otro para apuntar. Requiere de mucha precisión; tanta que, aunque no tengas problemas para despachar a los enemigos, tienes una constante sensación de imprecisión en las acciones, de falta de control sobre las mismas, que no ayuda a que disfrutes al máximo de los duelos. Creo que con ratón, la cosa mejorará sustancialmente, pero mi experiencia con mando ha sido algo imprecisa. Los controles se tornan demasiado caóticos y, de nuevo, es más fácil convertirlo todo en una lucha de barras de salud, que explotar las posibilidades del juego, ya que las refriegas suceden demasiado rápido como para ser tan tácticos como lo que permite, por ejemplo, un Divinity: Original Sin 2.
El estilo visual tampoco ayuda demasiado. Tiene personalidad y recuerda sobre todo en los menús y el dibujo 2D a trabajos previos de Arkane. Los niveles se simulan en una especie de mapa de papel, en el que podemos ver los límites de la hoja, creando un estilo muy singular y atractivo. Pero un apartado gráfico pobre limita tanto la exploración como los combates. Las poco detalladas texturas y modelados, con una iluminación a menudo oscura y siniestra, no permite detectar con claridad alijos, cadáveres y elementos que saquear, dificultando un poco la navegación. No ayuda que, en mi caso, no haya versión de PS5, sino que el juego ejecuta directamente la de PS4 con una resolución que emborrona un poco más el conjunto y dificulta algo más esa exploración (y que entiendo que no pasará en PC).
Hay suficientes motivos para interesarse por Weird West
Weird West es un título que define el estilo de Colantonio, apostando siempre por los diseños intrincados y que ofrecen múltiples posibilidades al jugador. Pero creo que el camino de WolfEye Games acaba de empezar. Han sido ambiciosos en el lado sistémico y, aunque puedo entender que las limitaciones visuales, quizá el diseño de sus niveles así como el combate hubieran podido refinarse más, pues son los que realmente sostienen la partida a largo plazo. Pero hay suficientes motivos para interesarse por Weird West, sin embargo: su mezcla de Lejano Oeste con elementos sobrenaturales puede parecer "raro", pero es mucho más atractivo de lo que pensaba. Dividir la campaña en los periplos de cinco personajes ayuda a ver distintas perspectivas del mundo y fomenta la variedad de estilos de juego. Está claro que WolfEye apunta aquí con precisión a un tipo de jugador muy concreto y, si eres su blanco, es fácil caer bajo su siniestro hechizo.
Weird West presenta un Salvaje Oeste muy distinto, lleno de magia negra y criaturas sobrenaturales que logra que te intereses por las reglas que gobiernan este siniestro mundo. También lo hace su estructura, dividida en un elenco de personajes, cada uno con su misión personal y sus habilidades únicas. La marca de Raphael Colantonio queda clara: es un juego sistémico donde la libertad y la interacción entre elementos está a la orden del día. Pero creo que Weird West no está exento de problemas. La mecánica de combate no está muy refinada y el diseño de niveles no es intrincado, lo que no ayuda a querer profundizar en las posibilidades que ofrece el juego. Gráficamente, aunque tiene personalidad, tampoco es muy atractivo y a veces su falta de detalle entorpece la exploración. Es un juego personal que apunta a un público específico. Si estás en su punto de mira, logrará cautivarte.
- Un mundo muy original que mezcla el Salvaje Oeste con una fantasía muy oscura.
- Multitud de posibilidades y libertad de acción con sus causas y consecuencias.
- Diferentes protagonistas que hacen varias la historia y nuestras habilidades.
- Los niveles y el detalle puesto en ellos podría ser mejor, ya que no ayuda a que queramos profundizar en sus sistemas.
- El sistema de combate es cumplidor, pero puede hacerse algo caótico e impreciso.
