Son pequeños, adorables pero cuando tienen hambre no hay quien los pare. Encima, han invadido su planeta, pero hay una solución... ¡Sí, comerte a todos los invasores! Esa es la propuesta de Namco Bandai para este verano, un videojuego que bien podría representar el momento en que Katamari conoció a un glotón como Pacman.
Si a los creadores de Katamari Damacy se les pusiera a trabajar en un proyecto asequible y orientado hacia un público de menor edad, probablemente el resultado sería The Munchables, un título que llega a Wii con la divertida idea de obligarnos a comer todo lo que nos encontremos por el camino.
Con un diseño encantador y muy colorido, lo último de Namco Bandai hereda las mecánicas de la franquicia Katamari pero esta vez no rodando para hacernos más grandes, sino ingiriendo a los piratas espaciales que han osado con invadir nuestro planeta y, de paso, robar los orbes legendarios que proveen de comida a nuestros glotones amigos.
Bajo esta premisa se nos invita, a través de ocho mundos (divididos en 24 niveles), a experimentar una jugabilidad plataformera muy sencilla, basada en el control de un munchable que deberemos de hacer crecer en base a un nutriente muy poco común en un videojuego: los enemigos. Así es como progresaremos en una aventura no demasiado larga -dura apenas unas horas- ni tampoco muy difícil, aunque resultará ideal para los que quieran algo de acción simple y, sobre todo, para los más pequeños de la casa.
Cuando Katamari conoció a Pacman
The Munchables está planteado para un solo jugador, no tiene muchas opciones adicionales a las de la propia aventura ni tampoco emplea las capacidades giroscópicas del wiimote en demasía. Tanto es así, que es necesario el uso del nunchuk para mover a Comilón o Mandíbulas (los dos personajes seleccionables) a través de mundos repletos de colorido y simpatía donde los piratas han sido modelados con forma de frutas y verduras para que nuestros hambrientos personajes no tarden mucho en comérselos.
Y es que en eso se basa la mayor parte del videojuego, en tragar -presionando el botón A- todo lo que podamos para aumentar nuestro nivel y tamaño. Una cifra nos muestra en todo momento lo grande que somos, algo muy útil puesto que determinados rivales tendrán un nivel más alto que el nuestro, momento que aprovecharemos para atacarles -mediante el botón B- y dividirlos en partes para así hacerle entrar a formar parte de nuestra digestión.
No hay muchas cosas que se les resistan a los dos protagonistas de Munchables, salvo una cámara que no se puede rotar (lo cual puede resultar molesto en ocasiones) y una jugabilidad, en definitiva, bastante repetitiva y sin grandes alicientes, aunque citemos la presencia de unos jefes de nivel que pocas veces supondrán un verdadero reto.
Cómete a tus enemigos
En cualquier caso, nos encontramos ante una obra con muy buenas intenciones. Llega a ser entretenido, algo adictivo y posee detalles como evaluar nuestra actuación en cada fase en función de lo grandes que nos hagamos o de la cantidad de objetos (como bellotas especiales) que encontremos durante la partida.
Puede que se nos premie con algún divertido accesorio con el que decorar a nuestra bola con dientes, pero ni el humor de la historia, ni el acertado diseño de ciertas partes del juego y ni tan siquiera su originalidad logran restar la sensación de que Namco Bandai podría no sólo haber conseguido un buen juego, sino uno excelente.
Desgraciadamente, The Munchables, tal vez por su orientación hacia usuarios de corta edad, se queda a medio camino. Le ha faltado la efusividad de ver crecer a nuestras criaturas hasta cotas brutales, pero también el desafío que su hermano mayor, Katamari Damacy, sí consiguió tener. Incluso le ha faltado algo de limpieza a sus gráficos, que a pesar de aprovechar el efecto "blur" denotan cierta dejadez, sobre todo en el aspecto de la resolución.
Como extras podremos encontrarnos con un modo espejo, otro cooperativo (muy anecdótico) y una enciclopedia en la que consultar los enemigos con forma de verduras, frutas... que nos comemos en la aventura. También tenemos el Canal Tobemon, un lugar idóneo para ver tanto vídeos de introducción como para escuchar la más que aceptable banda sonora del videojuego.
Ritmos marchosos, alegres, desenfadados y tan coloridos como los entornos que exploraremos nos acompañan en un videojuego que pide menos de lo habitual a nuestro bolsillo. Tal vez, este último aspecto, sea un factor a tener en cuenta para perdonar un poco los defectos y aplaudir algo más las virtudes de The Munchables, un producto que puede recomendarse siempre que se tenga en cuenta el tipo de público al que se dirige.
Comer es un placer y Namco Bandai nos lo demuestra con un producto que, aunque poco desafiante, logra ser entretenido sobre todo si consideramos que va dirigido tanto artística como jugablemente a un público de corta edad. No obstante, nadie debería de alejarse de esta versión deglutidora del mítico Katamari Damacy si es que sus pretensiones no van mucho más allá de disfrutar con un título simple, agradable, divertido y que puede matar nuestra hambre jugona durante al menos unas cuantas horas.
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