Análisis de Kinect Joy Ride

Análisis de Kinect Joy Ride
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3, 2, 1... ¡Ya! La primera carrera de Kinect acaba de comenzar, y lo hace gracias a un videojuego donde ya no tendremos que interactuar ni con una cruceta, ni con un stick analógico. Bienvenidos a la primera competición automovilística donde tu volante es completamente invisible.

¿Qué es el lanzamiento de cualquier dispositivo sin su correspondiente videojuego de carreras? Microsoft lo sabe muy bien, y por ello para Kinect, el periférico de detección de movimiento destinado a Xbox 360, ha preparado un título muy especial: Kinect Joy Ride.

Desarrollado por los canadienses de BigPark, en realidad, el producto fue inicialmente concebido como un videojuego descargable que sería lanzado de manera completamente gratuita a través de la plataforma Xbox LIVE Arcade. No obstante, después de unas negociaciones, durante el 2009 se decidió darle la vuelta al desarrollo para seguir trabajando en él, puliéndolo lo máximo posible hasta convertirlo en un interesante título de lanzamiento para la plataforma Kinect.

Esta es la breve historia de Kinect Joy Ride, obra que llega al panorama del entretenimiento más puramente ocasional con el sencillo objetivo de darnos velocidad, giros y carreras al más puro al estilo Mario Kart. ¿El resultado? Tal vez algo menos exigente del esperado, aunque aún así resulta una buena manera de sujetar un volante ficticio en el aire, una imagen que hemos protagonizado -seguro- en algún momento de nuestras vidas, y que ahora regresa con fuerza gracias a la capacidad de detección de movimiento de Kinect. ¿Preparados para correr a toda velocidad frente a la pantalla de vuestro televisor?

¿Cómo llegar el primero? Pues muy fácil, usando el turbo. Así, furgones como el de la imagen dejarán en ridículo hasta al bólido deportivo que tenemos delante.
¿Cómo llegar el primero? Pues muy fácil, usando el turbo. Así, furgones como el de la imagen dejarán en ridículo hasta al bólido deportivo que tenemos delante.

El primer volante invisible
Videojuegos de carreras hay muchos, pero sólo existe uno en el que no tengamos que usar controlador alguno para girar. Ése es el simple concepto desde el que arranca Kinect Joy Ride, que detecta el movimiento de nuestras manos en el aire para determinar cuánto y cómo girará nuestro vehículo dentro del videojuego.

Una detección que no es demasiado precisa -principal defecto del título- pero que se ve apoyada por el hecho de que sólo tenemos que centrarnos en ello. De acelerar y de frenar ya se encarga automáticamente un videojuego donde también caben posibilidades menos utilizadas como derrapar (inclinando nuestro cuerpo en el giro), usar el turbo (desplazándonos desde atrás hacia adelante) o realizar acrobacias una vez en el aire, ya sea inclinando nuestro cuerpo hacia adelante, hacia atrás o hacia los lados.

Estos son los principios básicos -y tal vez no demasiado profundos- para comenzar a disfrutar de un título fuertemente apoyado en la presencia de diferentes modos de juego, la mayor parte tendentes a la competición con otros usuarios.

Dalo todo en pruebas como Acrobacia, para conseguir fans con los que desbloquear nuevos modos, vehículos y circuitos.
Dalo todo en pruebas como Acrobacia, para conseguir fans con los que desbloquear nuevos modos, vehículos y circuitos.

Competición sobre ruedas...
Carrera Pro, de esta manera, se presenta como el reclamo jugable principal del producto. Un modo de juego con carreras de ocho pilotos donde podemos enfrentarnos tanto a la IA como a un segundo usuario mediante pantalla partida. Llegar el primero es el objetivo principal, algo que podremos conseguir a bordo de diferentes vehículos (dotados de distintas características) que, por cierto, iremos desbloqueando a medida que progrese el juego.

En definitiva, un planteamiento muy similar al de Carrera de combate, aunque en esta ocasión podremos usar ya los tradicionales objetos presentes en los videojuegos de karts (trampas en forma de minas, cohetes explosivos, items de supervelocidad...). Todo lo que sea necesario para llegar en primera posición.

Por último, dentro de la variante más competitiva de Kinect Joy Ride, no podemos dejar de comentar la Carrera de Xbox Live, especialmente indicada para que hasta ocho jugadores online diriman sus disputas en los variados -aunque no numerosos- circuitos disponibles, los cuales recorren un embarcadero, un desierto y hasta una verde pradera decorada al estilo chino, entre otros.

Los avatares nos representan en un título muy colorido y bien definido, con texturas a la altura y unos circuitos que -aunque escasos- muestran un más que decente apartado artístico.
Los avatares nos representan en un título muy colorido y bien definido, con texturas a la altura y unos circuitos que -aunque escasos- muestran un más que decente apartado artístico.

... y cooperación sobre ruedas
Completando el repertorio de modalidades nos encontramos con varias opciones cooperativas (para dos jugadores) como Destrucción, donde acabar con todos los elementos destructibles del escenario antes de que se acabe el tiempo; Acrobacia, en la que realizar saltos sobre un "half pipe" con el objetivo de lograr el máximo de giros y saltos mortales con nuestro coche; Sprint, donde tenemos tres carriles entre los que maniobrar para evitar los obstáculos que se acerquen; y Truco, una modalidad que nos saca de nuestro habitáculo motorizado para ponernos sobre las alas de una avioneta con el fin de imitar las poses mostradas en pantalla.

En resumen, modos adicionales que no logran quitarnos esa sensación agridulce de encontrarnos ante un título que no llega a estimularnos para desbloquear nuevos circuitos o vehículos. El sistema de progresión, basado en la consecución de fans mediante la superación de las pruebas propuestas, no termina de funcionar, un aspecto negativo que se une a un control poco preciso.

Eso sí, existen posibilidades todavía curiosas como la de modificar el color de nuestro bólido, la de desbloquear nuevos estilos de coche, o la de ver las fotos que Kinect saca de nosotros en momentos claves de la partida (podemos subirlas a www.kinectshare.com). Aspectos que ayudan a alargar un poco la vida de un título que, sin embargo, podría haber dado mucho más de sí.

Regular

Sin sello

Kinect Joy Ride

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Kinect recibe su primer videojuego de conducción, y lo hace con un resultado aceptable, aunque muy mejorable. Kinect Joy Ride carece de un control preciso, de un sistema de progresión adecuado y de incentivos para mantener nuestras manos sobre su invisible volante, pero por su variedad de modalidades de juego y posibilidades online podría convertirse aún así en una alternativa para los que busquen competición inmediata hasta que aparezca algo que supere lo presente.

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