La larga espera para disfrutar de la segunda parte de la aventura “The Longest Journey”, llega a su fin. Ricos personajes y una ambientación de lujo, se fusionan con acción e incluso sigilo. Un auténtico salto a las 3 dimensiones.
Las aventuras gráficas ya no son lo que representaron hace más de una década. Las grandes compañías como LucasArts disponen de títulos contados y viven de las rentas pasadas de estos grandes estandartes del entretenimiento. Salvo honrosas excepciones como la serie Star Wars, ya sea en su vertiente arcade o rolera, siguen gozando del tirón y la aceptación de los compradores.
No obstante parece que para subsistir en este difícil mundo de las aventuras gráficas, es necesario introducir novedades; ahí tenemos si no al aclamado “Fahrenheit”, con sus distintos modos de juego, incidiendo en la jugabilidad del mismo.
Pero en los tiempos actuales parece primar el poderío gráfico, si un juego no cumple ese requisito indispensable parece que las compañías son reacias a ponerlo en la calle. Es una pesadilla para los “aventureros” de todas las épocas, pues todos han crecido con la entrañable serie “Monkey Island” o con “Indiana Jones”. Estos grandes estandartes de la industria del videojuego supusieron para su época unos adelantados a su tiempo, eso si, con unos gráficos de escándalo cuando salieron… Pero no pasa como con las aventuras actuales, no hay grandes clásicos como lo son los magníficos juegos de LucasArts.
Como ya estamos acostumbrados, lo actual adolece de magia, de ese carisma especial que hacía que una aventura te atrapara hasta que la llave de turno no abría una puerta impenetrable. Nos podrán apabullar con excelentes gráficos y mil filigranas, sonidos envolventes, texturas casi reales, paisajes con calidad fotográfica, pero todo esto no es nada comparado con una aventura donde lo más importante sea el argumento y las diferentes historias que haya que resolver.
No todo está perdido y ya se están anunciando a bombo y platillo algunas aventuras bastante interesantes que irán llegando en breve. Algún estudio independiente, muy relacionado con LucasArts está tramando historias de vampiros… Esperemos que no les chupen la sangre las grandes compañías a las que solo les interesan los royalties.
Una historia contada por su protagonista
En el anterior juego de la saga de “The longest Journey” veíamos como a una estudiante de arte con aires seudo místicos le sucedían una serie de acontecimientos con una trascendencia para su vida que serían definitivos para su desaparición. Esa chica en cuestión se llamaba April Ryan, un buen día se da cuenta de sus poderes para pasar de una dimensión a otra; nuestro mundo está conectado con un universo paralelo que está descomponiéndose, de tal forma que para que los dos se encuentren en perfecto equilibrio conviene que arregle ciertos “entuertos” de extraordinaria magnitud.
La trama se iba enmarañando cada vez más, el ambiente se tornó enrarecido y la protagonista se vio envuelta en un mundo mágico, acompañada de seres de apariencias extrañas y, en ocasiones, con no muy buenas intenciones…
Como en toda aventura también se hacía uso de objetos, se interactuaba con los personajes secundarios, que en la primera parte eran bastantes, convirtiendo esta primera aventura en toda una leyenda. Pero no siempre las historias tienen un final feliz y April quedó atrapada en el otro mundo (llamado Arcadia) y jamás pudo volver a su mundo real (Stark, como lo llamaban los seres de Arcadia).
En el presente todo se interconectará con esta historia por medio de Zoë Castillo, una chica que vive en Casablanca con su padre, un hombre de negocios bastante ocupado. Corre el año 2219, y en el mundo han surgido continuos problemas, la llamada Estática ha ocasionado el Hundimiento, causa por la que el mundo está sumido en la indefensión, los humanos ya no pueden traspasar el cielo y se han visto privados de libertad para explorar otros planetas.
En este contexto, nuestra protagonista femenina siente unas extrañas visiones que le han estado perturbando de forma persistente. En las apariciones puede ver a una niña que le repite varias veces que salve a April Ryan. Esto cada vez le pone más nerviosa, hasta el punto de pensar que se está volviendo loca. Además Zoë siente que no sabe que hacer con su vida, no ve color y pasa su tiempo entre su casa y el gimnasio, donde por lo menos puede relacionarse con alguien. Entre la necesidad imperiosa de realizar un cambio radical de vida y las extrañas visiones, en cualquier momento pueden pasar cosas muy embarazosas.
Zoë recibe un encargo de su antiguo novio, le pide que recoja un objeto que es importante, pues el no dispone de tiempo para hacerlo personalmente. Aquí empieza el viaje apasionante que, dentro de diferentes mundos y circunstancias, como ya pasaba en el primer Longest Journey, llevará a descubrir a Zoë un mundo sin igual.
¿Se respeta a la aventura en nuestros días?
Pues esta pregunta es fácil de contestar: no mucho. Así de tajante. Visto lo visto es lícito decir que las aventuras gráficas actuales se parecen más a una película interactiva que otra cosa. Las acciones se reducen en gran medida a mover el ratón en el instante preciso o recorrer algunos escenarios sin realizar ninguna acción específica, a veces esto es un tanto frustrante.
¿Por qué resulta tan difícil para las compañías contentar a los grandes grupos de aventureros que aún existen? No hay aventuras de gran calidad, con un gran elenco de personajes, un buen argumento y emocionantes puzzles; la jugabilidad se resiente por ello. En el caso que nos ocupa, podemos observar que tanto los personajes y el gran argumento se han mantenido a un gran nivel, pero los alicientes que conforman una buena aventura se han descuidado bastante.
Asimismo vemos como se han unido la acción y el sigilo en estas nuevas andanzas. Son características que se han afianzado con el tiempo, que desde que salió al mercado Fahrenheit no han abandonado las aventuras actuales. En Dreamfall el sigilo cuenta con un protagonismo en ciertas escenas, consigue aportar variedad, pero falla estrepitosamente en el manejo del personaje. No se ha ajustado la coordinación de teclas con los movimientos que el personaje realiza, cayendo en picado la escala de interés en los momentos cumbre del juego.
En los momentos de acción parece que también se hayan reído de nosotros, pues el personaje parece más bien un torpe patito luchando con unos ademanes que nadie se cree.
También, y como no podía ser menos, se han incluido pequeños mini-juegos que amenizan los lugares de difícil acceso. Suelen componerse de elementos de concatenación de objetos, ensamblaje de varios mecanismos que hacen que algo se abra o pueda manipularse. Es probable que haya que buscar ayuda para solucionarlos, pero en otras ocasiones mirar a nuestro alrededor de forma atenta será más ventajoso.
Cuando la tecnología llama a tu puerta
Con todo lo comentado en las líneas anteriores puede que se desestime poder adquirir el juego. No os lo toméis todo tan a la tremenda, es probable que los aventureros más curtidos no vean con buenos ojos esta última creación de Funcom, y es cierto que quizás esté más orientada al gran público que a los verdaderos exprime juegos, aunque con todos los inconvenientes que tiene, estaría bien darle una oportunidad. Sobre todo porque viene de una verdadera institución en el género y, también, por la dedicación al entorno gráfico que se le ha dado.
La parte artística no tiene desperdicio, aunque si es verdad que los personajes principales han obtenido mejor aspecto físico que los secundarios. Esto es un fallo como una catedral, pues le quita verosimilitud al acabado final, pareciendo a veces que se ha quedado el trabajo a medias. Los paisajes parecen tener vida propia, casi todo en el escenario tiene movimiento, incluso la ambientación gracias a los efectos de luz tiene un gran acabado. En realidad, el tratamiento de las sombras, las luces y los efectos atmosféricos son lo mejor del juego.
Los gráficos aunque cumplen con su función no acaban de convencer, no llegan a crear el efecto de calidez que atesoraban los del primer “Longest Journey”. En algunos lugares parece como si hubieran sido hechos con prisas, no han sabido conectar lo que deslumbra con el contenido del juego en si. Por ejemplo en las cavernas de Arcadia se echa en falta que las formaciones rocosas tengan una mayor elaboración, algunas texturas no se han conseguido del todo.
Sin embargo el sonido merece mención aparte, al igual que la música. Las voces de los personajes están interpretadas por actores de otras sagas de juegos bastante recientes. Son reconocidas las voces de Zoë (chica que aparece también en Viaje al Centro de la Tierra), o la propia voz de April, que ha cambiado con respecto a su predecesora, y sigue gustando también, la verdad.
Sin ser la mejor aventura de su género podemos vanagloriarnos de la gran calidad que se ha intentado imprimir al juego. La mejor baza que han impuesto los señores de Funcom es el argumento, quu nos mantendrá en vilo de principio a fin, sin embargo las acciones a realizar a veces dejan bastante que desear. Si nos tomamos esta creación como una película interactiva quizás suframos menos, en cualquier caso si eres aficionado a las aventuras gráficas no te la pierdas.
