Análisis de DiRT 3

Análisis de DiRT 3
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Rallies, buggies, trucks, gymkhanas, trailblazers... ¿Imposible meterlo todo en el mismo videojuego? La tercera entrega de Dirt responde a esta pregunta con el mejor planteamiento de conducción "off-road" de la presente generación. Codemasters nos demuestra que el motor arcade sigue funcionando en la mítica franquicia Colin McRae. El placer de conducir sobre arena, gravilla y barro ya está otra vez aquí.

Hace ya más de tres años que Colin McRae, el famoso piloto de rallies escocés, murió en un accidente de helicóptero. No obstante, y aunque perdiera la vida aún joven (39 años), su legado ha sido tremendo, tanto en el mundo de la competición como en el de los videojuegos. Y es que si muchos conocemos a este hombre es por su aparición en multitud de títulos de conducción desde el año 1998.

La serie Colin McRae Rally, desarrollada desde el primer minuto de su existencia por Codemasters, supuso probablemente el primer acercamiento serio a la disciplina, con un control excelente y una experiencia muy cercana a lo que se vive dentro de un coche de rallies. Así, casi sin darnos cuenta, es como llegamos a la octava entrega dentro de la franquicia, un Dirt 3 que se enmarca dentro de una subserie (Dirt) que desde su nacimiento apostó por una combinación entre disciplinas puras de rally con otras más "off-road", al estilo de Raids o carreras de "buggies".

En resumen, el mundo rally de siempre, con todas sus licencias pero con cierto aroma a deporte extremo. Un enfoque que ahora resulta algo más moderado, ya que esta tercera entrega ya no apuesta tanto por ponernos en la piel de un piloto que recorre el mundo en su caravana, superando circuitos donde se disparan cohetes a su paso. Con Dirt 3, el tono espectacular y "rookie" del anterior se difumina para dar paso a algo más equilibrado, con un buen balance entre rallies puros, carreras de trucks, exhibiciones de derrapes o pruebas de velocidad con vehículos especiales, entre muchas otras disciplinas.

El mejor motor "off-road"
Sin embargo, lo más importante de todo es que la extraordinaria sensación de conducción que Codemasters ha aplicado a la saga desde sus orígenes se mantiene, con un sistema de control más cercano al arcade que a la simulación. Y no es algo que nos preocupe, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de opciones que se incorporan, desde los seis niveles de dificultad disponibles hasta la oportunidad de desactivar ayudas como el ABS, la trazada ideal, el frenado asistido o el control de estabilidad.

Cierto es que reduciendo las asistencias al mínimo la experiencia de conducción no difiere sustancialmente, y es que a Dirt 3 se le nota ser el típico juego de carreras donde no es necesario tener grandes conocimientos para ponerse a jugar. Por poner otro ejemplo, hasta los ajustes de vehículos son muy sencillos, y con una simple barra podremos modificar en pocos segundos la relación de marchas, la carga aerodinámica, la suspensión o el diferencial.

Algo que apoya aún más la sensación de accesibilidad es que la técnica de rebobinado se recupera, permitiéndonos usar una cantidad determinada de "flashbacks" (normalmente cinco) por carrera, algo ideal por si hemos impactado y provocado severos daños que pueden acabar afectando, una vez más, a nuestra conducción. Incluso podría darse el caso de sufrir colisiones terminales que nos hicieran acabar nuestra actuación antes de tiempo, algo posible gracias al renovado sistema de daños, francamente mejorado con respecto a Dirt 2.

La Gymkhana es la estrella de Dirt 3, una modalidad donde hacer disfrutar a los espectadores con derrapes, donuts y grandes saltos.
La Gymkhana es la estrella de Dirt 3, una modalidad donde hacer disfrutar a los espectadores con derrapes, donuts y grandes saltos.

Otros factores que ayudan a conseguir que la sensación de juego sea satisfactoria es que cada uno de los vehículos disponga de una respuesta diferente. De esta manera, es posible comprobar la pericia que requiere pilotar un bólido de motor trasero -de los años 60- comparando con un modelo más moderno. Y esto es una gran ventaja, sobre todo considerando que Dirt 3 contiene cerca de 50 modelos diferentes, entre los que se incluyen coches de rallies de variadas épocas (años 60, 70, 80 y 90), de la clase S2000, del temido Grupo B (que destacan por su descomunal potencia), de la serie Open...

La presencia de numerosas localizaciones (Finlandia, Noruega, Kenia, Mónaco o Michigan) también ayuda al resultado final, gracias a terrenos de asfalto, gravilla, arena, barro... que provocan distintas sensaciones de conducción y exigencias. Y, del mismo modo, influye sobremanera la climatología (nieve o lluvia), así como la época del día, ya que si al atardecer podremos deslumbrarnos, en competiciones nocturnas -normalmente rallies- deberemos tener cuidado con las curvas oscuras del horizonte.

Por otra parte, caben destacar los avances realizados por Codemasters en términos de inteligencia artificial. No es que nos terminen de convencer los comportamientos de los rivales, pero Dirt 3 -teniendo en cuenta el desolador panorama del que gozan los videojuegos de conducción- podría decirse que hace su trabajo muy bien. Esto no quiere decir que los pilotos nos cierren siempre la puerta en las curvas, pero la sensación de presión existe. Y también la de realismo, gracias a detalles como ver al piloto de delante realizar un trompo, a varios coches de detrás involucrarse en lances de carrera o a otros bólidos sumiéndose en un accidente múltiple de forma fortuita.

Si eres un piloto inexperto, estás de suerte, porque así de simple será la pantalla de modificación de tu vehículo.
Si eres un piloto inexperto, estás de suerte, porque así de simple será la pantalla de modificación de tu vehículo.

Todos estos factores sumados: manejo, variedad de coches, ayudas, diversidad de trazados, IA y realismo de puesta en escena, hacen que Dirt 3 sea el mejor exponente dentro de la subsaga, pero aún lo es más cuando comprobamos el excelente abanico de pruebas disponibles. Todas ellas son introducidas de manera muy digestiva dentro de la que supone la modalidad principal de juego, Campeonato Dirt, dividida en cuatro temporadas más un tutorial que se pueden superar por primera vez en unas 5-6 horas.

Básicamente, el campeonato se basa en controlar a un piloto desde sus primeros pasos hasta la gloria mundial, algo que podrá alcanzar ganando puntos de reputación en función de diversos factores como la posición en cada prueba, el vehículo utilizado o la superación de determinados retos (velocidad punta, ventaja al llegar a meta, vuelta rápida...). En pocas palabras, un sistema de progresión reformado con respecto a Dirt 2 pero que sigue dándonos premios en forma de nuevos vehículos, diseños y eventos para seguir compitiendo.

Y un factor al respecto que nos ha gustado es que se castiga al jugador que abuse de los "flashback" (restando puntos de reputación), al mismo tiempo que se premia a aquellos que opten por ciertos modelos a la hora de entrar en una competición. Un resultado, en definitiva, calculado al milímetro para que -conforme vayamos progresando- nuestro avance sea cada más difícil, obligándonos a obtener las mejores posiciones en los eventos con la finalidad de poder seguir adelante.

Gymkhana de posibilidades
Unos eventos que suponen, por cierto, la clave fundamental para entender Dirt 3. Ciertamente, nos encontramos ante el catálogo de pruebas más variado de toda la serie, con los clásicos rallies (pruebas punto a punto), pero también con carreras de Rally Cross (para 8 pilotos en circuitos de varias vueltas), competiciones de Land Rush (trucks y buggies) o eventos Trail Blazer, que son algo así como recorridos desde un punto A hasta otro B mediante vehículos especialmente preparados para alcanzar altísimas velocidades.

Además, se integra el Head 2 Head, especialmente interesante por ser una competición one-to-one en un circuito donde cada piloto dispone de su propio trazado (separado del rival por un muro); o Drift Showcase, que es una prueba consistente en ir de un punto a otro para después volver intentando realizar por el camino el máximo de derrapes posibles.

Smash Attack, consistente en derribar con nuestro coche paneles alienígenas en el menor tiempo posible es otra de los novedades (bastante circunstancial, por cierto), pero la mayor estrella del conjunto es sin duda Gymkhana, un evento especial donde se nos invita a realizar trompos y otras maniobras (saltos, donuts, derrapes...) para obtener el máximo de puntos dentro del tiempo establecido. Todo un reto donde es importante conectar unos trucos con otros a fin de obtener multiplicadores, pero con un poco de paciencia se termina por dominar.

Cristales rompiéndose, arañazos, alerones desprendidos, abolladuras, ruedas fuera de sus llantas... El sistema de daños es espectacular.
Cristales rompiéndose, arañazos, alerones desprendidos, abolladuras, ruedas fuera de sus llantas... El sistema de daños es espectacular.

Completando el repertorio de modalidades, y alejándonos ya del campeonato, nos encontramos con que Dirt 3 ofrece un atractivo multijugador, que destaca principalmente por incorporar pantalla dividida para participar en muchas de las pruebas ya comentadas. Evidentemente, el apartado gráfico sufre, pero es un alivio que el "frame rate" no se resienta demasiado.

Por supuesto, existe la opción de jugar online para todos los que lo deseen, concretamente en partidas de hasta 8 usuarios que comprenden prácticamente todas las disciplinas de la campaña individual: Rally, Rally Cross, Trail Blazer, Gymkhana, Land Rush, Head 2 Head... y otras modalidades específicas para el online, para jugar tanto en competivo como en equipos de varios jugadores.

Estos son Invasión (consistente en destrozar todos los paneles con aliens del escenario), Outbreak (que es probablemente el primer modo zombi visto en un juego de conducción, apoyado en la idea de que el coche infectado debe contaminar a los demás -algo que se hace golpeándolos- en el menor tiempo posible), Transporter (un "capturar la bandera" donde llevar banderas a nuestra base para conseguir el máximo de puntos), Cat 'N' Mouse (que no necesita explicación) y Joyride (que es un recorrido Gymkhana en multijugador).

Como aspecto a mencionar, necesitaremos un pase VIP para jugar online (el cual viene en la caja del juego), y si no lo tenemos por alguna razón deberemos comprarlo, ya sea en la tienda de PlayStation Network o en el bazar de Xbox Live. Y es importante, ya que si no lo tenemos tampoco podremos disfrutar de otras de las nuevas características, como subir los vídeos a Youtube o recibir cinco vehículos adicionales.

Los efectos de iluminación y las partículas crean un marco incomparable en Dirt 3, sobre todo en escenarios como Kenia. Toda una delicia visual.
Los efectos de iluminación y las partículas crean un marco incomparable en Dirt 3, sobre todo en escenarios como Kenia. Toda una delicia visual.

Sea como fuere, el caso es que todo el conjunto queda excelentemente presentado en virtud a un sistema de menús elegante. Esta vez, y como ya hemos comentado, se olvida el uso de la caravana para interconectar eventos, pero el resultado sigue siendo igualmente llamativo, aunque -todo hay que decirlo- con unos tiempos de carga que, en ocasiones, pueden resultar muy incómodos.

Y eso que la revisión del motor EGO luce realmente espectacular en esta entrega. Los avances con respecto a Dirt 2 son notables, con unos modelados de coches que sólo se pueden calificar como un auténtico acto de culto al mundo del motor. Todo además con las licencias oficiales de WRC, sin miedo a los propietarios de unas marcas que podrían preocuparse al ver un sistema de daños tan real como el que nos propone Dirt 3.

Cristales que se agrietan, parachoques que se desprenden, arañazos, chapa que se abolla en múltiples puntos, puertas que se pierden por el camino, maleteros que se abren... El detalle aplicado a cada reacción del vehículo frente a los impactos sorprende también en la faceta de las físicas, gracias a vueltas de campana, trompos verosímiles o frenadas "in extremis" que, de igual forma, nos hacen contemplar otro de los grandes atributos que sigue conservando la serie Dirt: sus brillantes efectos de humo/partículas en tiempo real.

¿Demasiadas curvas? ¿Visibilidad reducida? Para estos casos nada mejor que fiarse de las indicaciones del copiloto, aunque a veces puedan resultar confusas.
¿Demasiadas curvas? ¿Visibilidad reducida? Para estos casos nada mejor que fiarse de las indicaciones del copiloto, aunque a veces puedan resultar confusas.

Tampoco debemos olvidarnos de los efectos de iluminación, presentes en toda la subserie y ahora rescatados con un enfoque incluso más llamativo que en el pasado. Los faros, el brillo del sol, el impacto de la luz del atardecer sobre los trazados, la ambientación nocturna... Todos estos detalles ahora ganan una representación mucho más pronunciada, sobre todo cuando vemos la acción desde la vista interna que, por cierto, también nos deja ver el gran trabajo que se ha realizado por hacer que el salpicadero de cada coche no sea sólo diferente, sino también idéntico al de los modelos originales.

Esto, sumado al hecho de que contamos con cinco cámaras desde las que pilotar (tres internas y dos externas) y de unas repeticiones con cámara superlenta, nos aseguran no perdernos ni un solo detalle de todo lo que ofrece Dirt 3 tanto en términos visuales como jugables.

Un acabado, en conclusión, que muchas compañías querrían para sus juegos, y que queda acompañado por unos efectos de sonido que logran identificar a cada modelo presente en el disco del juego. Y tampoco hemos de desmerecer a las excelentes melodías que nos acompañan en los menús, además de los comentarios del copiloto, que aunque mejorables, cumplen bien su función para ayudar a conseguir que el videojuego sea difícilmente alcanzado por otro rival en el resto de carrera "off-road" que queda hasta que llegue la próxima generación de consolas.

Magnífico

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DiRT 3

Por: El equipo de 3DJuegos
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Dirt 3 supone el punto álgido de la serie Colin McRae en la presente generación de consolas. Un título que mantiene el motor "off-road" de sus predecesores, con un estilo de conducción arcade impecable y el repertorio de opciones de juego más extenso y variado de toda la subsaga Dirt. Sin duda, un imprescindible para los amantes de los rallies y sucedáneos, además de una cita obligada para todos los aficionados al motor. Codemasters logra llegar otra vez en primera posición a su cita con la arena, la gravilla y el barro más realistas del momento.

Comprar DiRT 3
Jugadores: 1-8
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en español
Duración:
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