Un gran detective y un oscuro e inquietante caso de homicidio, se dan cita en una intrigante aventura de corte clásico que pondrá en jaque tu ingenio.
De la mano del desarrollador italiano Artematica Entertainment nos llega este título adaptación del cómic “Martin Mystère: Operación Dorian Gray”. La serie de cómics, creada por Alfredo Castell en 1982, narra las aventuras de Martin, un detective que colabora con la policía y se ve metido en oscuros casos, siempre con la arqueología y el estudio de antiguas civilizaciones de trasfondo.
Aunque hayamos podido ver en los últimos años que los juegos de aventura han estado experimentando cambios relevantes, renovándose para adaptarse a un nuevo concepto de aventura más dinámico, quizás menos engorroso que el modo clásico “point'n'click”; los integrantes de Artemática han demostrado ser fieles al estilo tradicional y no han optado por renovar el género en absoluto. Pero han creado un título de calidad y técnicamente bien acabado, que si bien no es un juego que destaque especialmente en ningún aspecto, es una buena opción para los aventureros de siempre, los aficionados a la serie de cómic y también para los más jóvenes que quieran adentrarse al género empezando por un título tallado sobre el patrón de los clásicos.
La policía te necesita
Todo empieza cuando Travis, inspector de policía, llama a Martin para pedirle que investigue el asesinato del Profesor Eulemberg, en su villa de Nueva York. Martin, que se acaba de levantar de una pesadilla, tendrá que resolver los primeros “retos” del juego, como conseguir la llave del armario para vestirse o encontrar el número de teléfono del mecánico; sencillos puzzles para ir calentando en un juego que se irá complicando, aunque no demasiado.
Con una interfaz sencilla, y unas pocas pero suficientes acciones posibles (mirar/examinar, coger/usar y hablar) que se escogen con el botón derecho del ratón, iremos desenvolviéndonos por los distintos escenarios, todos ellos hechos con mucho acierto y calidad. Aunque sean en dos dimensiones, son posiblemente lo mejor de todo y se agradece aún más tratándose de la adaptación de un cómic. De hecho el ver unos personajes que sí están en 3D desentona un poco, a pesar de que hayan conseguido un buen efecto de sombras que se adaptan bastante al relevo del fondo. Hay otros detalles que, repito, sólo son detalles, pero demuestran que en ocasiones se ha optado por la vía fácil para ahorrarse animaciones engorrosas de hacer, poniendo la pantalla de color negro cuando nuestro personaje está subiendo o bajando escaleras, o manipulando objetos grandes integrados al escenario bidimensional; y acto seguido vuelve a aparecer la escena con los cambios que ha provocado la acción.
No estamos solos
Como en todas las aventuras, la interacción con otros personajes de la historia es fundamental para avanzar y también hacer creíble la historia. Son varios los personajes con los que tendremos que hablar, casi todos están muy bien caracterizados tanto por el aspecto físico como por su forma de comportarse. Quizás habrían podido hacer las texturas y los polígonos a una mayor resolución ya que técnicamente se ven un poco desfasados.
Los diálogos – algo muy importante en este género – son bastante buenos en general pero no tienen la genialidad que pudimos ver en otras aventuras como el archiconocido Monkey Island en cualquiera de sus aventuras, y el humor de nuestro protagonista es en mi opinión, bastante peor que el del protagonista de Broken Sword, por ejemplo. Algunas bromas de Martin son muy forzadas.
La interpretación en español de los diálogos es aceptable dentro de lo que se puede esperar de un título de estas características, pero algunas veces es simplemente desastrosa. Seguro que los actores que han dado voz a los personajes no son malos, pero se nota que no siempre sabían en qué contexto se pronunciaba alguna frase o alguna palabra, porque hay casos en que el tono usado resulta totalmente incoherente con las circunstancias.
Unos efectos de sonido escasos y de poca calidad los compensa una banda sonora realmente buena, variada y acertada para cada ocasión. Hay música de fondo en todo el juego, y una melodía para cada sitio que visitaremos. En ningún caso molesta y, todo lo contrario, acompaña bien los escenarios y las circunstancias.
Un juego clásico para una historia clásica
Las investigaciones de Martin le llevarán a visitar México y seguramente unas de las mejores escenas del juego: una pirámide Azteca. Allí descubrirá algo de lo que muchos querrían apoderarse.
La historia se divide en actos y cada acto lo separa una breve cinemática. A los puzzles que nos encontraremos les falta un poco de dinamismo pero están bien construidos y hay alguno francamente creativo. La mayoría tienen cierta lógica y otros sólo es cuestión de cargarse de paciencia y probar todo lo que se nos ocurra hasta resolver la situación. Por lo menos tendremos que esperar al último acto para sentirnos realmente en peligro y añadir un poco de carga psicológica a la situación. El tiempo nunca será el problema para descubrir como resolver algun que otro lío en el que nos hayamos metido, y cualquier observación relevante de nuestro personaje será una buena pista.
Poco a poco, nos iremos encaminando hacia el final de una aventura que se podría calificar de bastante típica y también relativamente corta. Al menos los aventureros experimentandos posiblemente así la encontrarán.
Martin Mystère es un juego aceptable en la mayoría de sus aspectos, aunque tecnológicamente está algunos años atrasado. Es recomendable para jugadores que quieran probar su paciencia y audacia con un juego del estilo de siempre pero que tenga una dificultad media. Es curioso ver que aún quedan desarrolladoras que saben hacer las aventuras con la fórmula tradicional y no se dejan influenciar por las exigencias del mercado.
