El que será, presumiblemente, el último contenido descargable para Bioshock 2 está ya entre nosotros. Nos sumergimos en La Guarida de Minerva para descubrir el mejor DLC que el juego de 2K Marin ha traído hasta la fecha. Tres capítulos de una duración muy respetable para una poderosa combinación ganadora.
Con más de cuatro horas de duración y un más que aceptable precio de 9,99 euros o 800 Microsoft Points, La Guarida de Minerva salta al ruedo de Bioshock 2 para cerrar su fecundo apartado de contenidos descargables que hasta ahora han traído consigo Metro, Sinclair Solutions y el estimable The Protector Trials.
Sin embargo en esta ocasión 2K Marin da el do de pecho para cerrar el sobresaliente Bioshock 2 con un DLC a la altura de lo que merece. Volvemos a explorar la historia de Rapture antes de abandonarla, probablemente para siempre, desde un punto de vista completamente diferente e imprimiéndole a la acción un ritmo impecable y trepidante.
Diosa de la Sabiduría
Cambio total de tercio. La Guarida de Minerva es un contenido descargable basado en la experiencia individual de Bioshock 2 aunque con numerosos retoques y ajustes y una historia con mucho gancho. Aquí conoceremos la historia de Al, El Pensador, un superordenador instalado en las entrañas de Rapture, y también de su creador, Charles Milton Porter, a su vez responsable de los cerebros cibernéticos de todos los mecanismos de seguridad que plagan la ciudad submarina de Andrew Ryan.
En esta ocasión encarnaremos a un nuevo Big Daddy, Sigma, que será revivido por el mismísimo Porter y que recorrerá La Guarida de Minerva tratando de desvelar una serie de secretos que se nos expondrán al comienzo de la aventura y que, lógicamente, no expondremos en el análisis para evitar spoilers.
La historia es uno de los puntos fuertes de esta expansión. Tiene chispa, resulta fresca, y está adornada como siempre con abundantes materiales que iremos encontrando por el camino, en forma de grabaciones de audio por ejemplo, y que contribuirán a completar la narración en la medida que nosotros mismos deseemos.
El diseño de niveles cambia radicalmente en esta ocasión, con unos decorados algo más pequeños en tamaño y con unos fondos mucho más sofisticados, cargados del estilo retro-futurista del que tanto se ha beneficiado el juego, y que maximiza en esta ocasión un look fantasioso y pseudocibernético con el que ya había coqueteado alguna vez durante el pasado. El lugar está plagado de sorpresas, y dado que es uno de los puntos neurálgicos de la ciudad cuenta con nuevos bots de seguridad así como con Splicers más poderosos con algunos plásmidos inéditos a su servicio.
La presencia de nuevos plásmidos, precisamente, tampoco podía faltar, y el más llamativo es el del pozo gravitatorio, que nos permite crear un vórtice que absorbe a los enemigos y a los objetos dejando a los primeros inconscientes durante unos instantes. Por otra parte la obtención de los plásmidos y el rápido ritmo con el que iremos descubriéndolos en la aventura es uno de los principales motivos para progresar en el DLC, y es que la sensación de recompensa en el jugador será constante merced a ello.
En el juego, de hecho, las opciones de arsenal están mucho más reducidas en cuanto al número de elementos que portamos simultáneamente, y eso lejos de ser una limitación amplía notablemente el reto y la profundidad táctica de la expansión. El Adam será más necesario que nunca, y en ocasiones tendremos sólo nuestro ingenio y únicamente un arma y un plásmido para derrotar a un Big Daddy que acompañe a una Little Sister que, obviamente, necesitamos.
La Guarida de Minerva es una notable forma de despedir los contenidos descargables de Bioshock 2. Tiene chispa, mucho ritmo y ofrece más de cuatro horas de entretenimiento a un precio francamente bajo. ¿Alguien da más?
