Análisis de Lucius

Análisis de Lucius
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Encarna al hijo del Diablo y conviértete en su brazo ejecutor en esta interesante aventura gráfica que recuerda a clásicos del cine terror como La Profecía o La Semilla del Diablo. Inocente, formal, introvertido... pero también cruel, maquiavélico y muy poderoso. Lucius se ha propuesto satisfacer los deseos de su padre ofreciéndole un auténtico baño de sangre.

Lucifer tiene muchas formas de hacer notar su presencia, y una de ellas, la más mortífera, es encarnar toda su maldad en el cuerpo de un niño inocente. ¿Quién va a sospechar que el causante de una serie de violentos asesinatos es un muchachito de seis años? Nadie. Y de eso ya nos encargaremos nosotros, tomando directamente el control de este crío endemoniado llamado Lucius.

Esta aventura gráfica, por tanto, nos propone algo tan interesante como encarnar al hijo de Satanás, teniendo como único objetivo eliminar a las personas que moran en su hogar. Sigilo, exploración y algún que otro puzle son los componentes claves que dan forma a esta interesante, aunque algo irregular aventura, que por argumento y situaciones de juego recuerda a grandes clásicos del cine como La Profecía o La Semilla del Diablo.

Luciferi Excelsi
No todos los días se nos permite encarnar al hijo del Diablo, ni mucho menos convertirnos en una letal máquina de matar bajo la perspectiva jugable de una aventura gráfica. Precisamente por ello Lucius resulta tan -a priori- atractivo. Sin embargo, el programa tarda muy poco en mostrarnos sus limitaciones jugables, con un diseño de la acción que se nos antoja tan prometedor como irregular en su plasmación en pantalla.

Porque urdir complejos y maquiavélicos planes para acabar con la vida de inocentes es algo que nos llama muchísimo la atención por novedoso. Más teniendo en cuenta que actuamos como un niño que parece no haber roto un plato en su vida. Sin embargo, Lucius es una aventura excesivamente lineal que no permite salirse de los planes trazados por sus desarrolladores, muy a pesar de lo que pueda parecer en los primeros compases de la partida.

Y es que al inicio de cada capítulo, en el que se nos propondrá acabar con la vida de un inquilino muy concreto, el programa nos dará toda la libertad del mundo para explorar la mansión de nuestros padres terrenales, y así averiguar la mejor forma de acabar con la vida del inocente -a veces no tan inocente- marcado por el Demonio. ¿Qué ocurre? Que por mucho que podamos movernos libremente por la casa, al final terminaremos haciendo exactamente lo que los desarrolladores querían, sin darnos la más mínima oportunidad de actuar como nos venga en gana.

Decisión bastante lógica que no criticamos por limitada, ya que entendemos que orquestar asesinatos tan crueles como los de Lucius solo es posible siguiendo un guión muy estricto. Sin embargo, sí nos parece errónea la forma en la que se han planteado estos desafíos por lo extremadamente simples que resultan. Porque hablamos de una aventura gráfica sin rompecabezas ni diálogos en la que lo más complicado que vamos a hacer es averiguar qué objetos necesitamos para asesinar a una persona... sin saber siquiera cómo hay que asesinarla.

Lucius nació el 6 de junio de 1966. Fecha muy significativa que evoca directamente al número maldito del demonio: el 666.
Lucius nació el 6 de junio de 1966. Fecha muy significativa que evoca directamente al número maldito del demonio: el 666.

En algunos casos, Lucius jugará muy bien sus cartas guiándonos sucintamente hacia la víctima a través de las conversaciones de otros personajes, o con sutiles pistas anotadas en el cuaderno en el que este macabro niño plasmará sus pensamientos. Pero en otros, vagaremos de habitación en habitación tratando de deducir qué diablos se supone que debemos hacer para acabar con la vida de nuestro objetivo. Y eso, como os podéis imaginar, termina por arruinar una experiencia de juego que daba para muchísimo más.

Sobre todo porque hay muy buenas ideas de fondo, como la necesidad de actuar siempre de forma disimulada para que nadie sospeche, o la posibilidad de usar determinados poderes diabólicos -telequinesis, control mental...- que se verán afectados si hay crucifijos o sacerdotes cerca, que nos dejan entrever el enorme potencial que se esconde tras Lucius. Sin embargo, como decíamos, la acción resulta condenadamente limitada, y ni tan siquiera estos poderes especiales sirven para romper la monotonía y simpleza que nos acompañará prácticamente desde el inicio de la partida. Tampoco ayuda la presencia de misiones secundarias totalmente anodinas que solo cumpliremos por mejorar las habilidades de Lucius.

A nivel argumental, el programa tampoco está a la altura de la magnífica idea con la que nace, presentando ciertos detalles que nos han gustado mucho, como por ejemplo la ejecución de la mayoría de las muertes que provocaremos; pero también de otros menos positivos como la simpleza de su narrativa, la pobre ejecución de sus secuencias cinemáticas, o lo planos que resultan muchos de los personajes con los que nos cruzaremos.

El inspector McGuffin tratará de dar explicación a las trágicas muertes provocadas por Lucius. ¿Dejarás que descubra toda la verdad?
El inspector McGuffin tratará de dar explicación a las trágicas muertes provocadas por Lucius. ¿Dejarás que descubra toda la verdad?

Imágenes del pasado
En este sentido, Lucius juega muy bien sus cartas al recrear con gran precisión el hogar de un poderoso senador estadounidense en la década de los 70, incluyendo elementos típicos en este tipo de historias como la corrupción, escándalos sexuales, intriga, cultos satánicos, etc. También nos gusta mucho cómo los asesinatos afectan a los inquilinos de la mansión, que modificarán su comportamiento conforme los crímenes se suceden mes tras mes. Además, el diseño de la casa es tan acertado, que tras un par de horas de juego nos sentiremos como en nuestro propio hogar, visitando cada una de sus estancias de forma instintiva según nuestras necesidades. Lucius, por si acaso, tendrá a mano un simpático mapa-dibujo con la ubicación de cada habitación.

Desgraciadamente, el apartado audiovisual de esta aventura gráfica tampoco está a la altura. El diseño de la casa, bien ambientada en la década de los 70, es uno de sus principales atractivos; pero si hablamos del diseño y modelado de personajes, el resultado es bastante discreto. Lo mismo se puede decir de sus robóticas animaciones, o la casi nula expresividad de sus rostros. Las secuencias cinemáticas también flojean más de la cuenta, presentando un acabado poco lúcido que daba para muchísimo más teniendo en cuenta el guión tan oscuro con el que nace el juego.

En lo que respecta al sonido, una de cal y otra de arena. Por un lado, como es habitual en FX Interactive, el juego llega traducido y doblado al castellano, lo que se agradece muchísimo por la profesionalidad de los actores de doblaje. La banda sonora también está muy bien, y recuerda mucho a la de clásicos del cine como La Profecía, con el apoyo de temas corales que le sientan genial. Sin embargo, estas piezas son muy poco variadas y pronto se tornan algo repetitivas. El resto de efectos sonoros cumplen, sin más, con su cometido.

Regular

Sin sello

Lucius

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Una gran idea mal ejecutada. Solo así se entiende como un juego tan prometedor como Lucius se ha quedado tan lejos del nivel de calidad de otras aventuras gráficas. Nos ha encantado su ambientación y el concepto de juego sobre el que se cimenta la acción, pero lejos de resultar diabólicamente divertido, el asesinar a inocentes se ha convertido en una tarea poco inspirada y muy limitada en lo jugable. No es una mala aventura gráfica, eso que quede claro, pero es una idea que daba para mucho más.

Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración:
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