Análisis de Castlevania Lords of Shadow II. Drácula contra el mundo

Análisis de Castlevania Lords of Shadow II. Drácula contra el mundo
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Con intención de cerrar su trilogía Lords of Shadow, Mercury Steam presenta la nueva entrega de la serie. Su trabajo por un lado respeta con escrúpulo algunas de las claves que hicieron grande al original, pero por otro presenta novedades fuera de lugar y mal ejecutadas. El nuevo Castlevania es, por lo tanto, un juego de contrastes y uno que despertará acalorado debate.

La serie Lords of Shadow de la marca Castlevania nos cautivó desde el principio. Los primeros materiales que se comenzaron a mostrar del original a modo de promoción nos llamaron mucho la atención por lo valiente y arriesgado de su concepto antes de su salida, y ya con el juego ya en las manos descubrimos una obra estupenda y un producto extraordinario que ayudó a cuajar una fama y renombre para el estudio español Mercury Steam que, hasta entonces, sólo podíamos intuir por sus prometedores trabajos anteriores. Todo se concebía como una trilogía desde el punto de vista narrativo que tenía como punto intermedio el igualmente brillante Mirror of Fate, un lanzamiento recibido con frialdad por la crítica internacional, pero que en 3DJuegos nos encantó.

Ahora, con enorme expectación a su alrededor, llega al mercado Lords of Shadow II, una continuación directa de lo que ya hemos venido viendo, y un cierre definitivo a este arco argumental. Sus responsables, lejos de acomodarse, han buscado introducir algunas novedades bastante rompedoras para con el antiguo espíritu de la serie, mucho más clásico. El resultado es el de que los cambios son en general más aparatosos que efectivos o numerosos, y que sólo algunos funcionan y realmente enriquecen la experiencia de juego. ¿Por lo demás? Algunos de los "fichajes" son un paso atrás para la franquicia, y en conjunto recibimos un entretenimiento netamente inferior a lo que nos han brindado sus dos potentes predecesores pero igualmente estimable dentro del género.

Los Señores de la Noche

A nivel de guión quedamos más que satisfechos con el trabajo que se llevó a cabo con la primera entrega de esta serie dentro del universo Castlevania. La presentación de personajes ya conocidos con interesantes giros, y la consecución de una campaña con mucho gancho de cara al espectador gracias a una serie de interesantes golpes de efecto y al hecho de llevarnos de la mano a través de una gran variedad de escenarios eran sus claves. La segunda parte, sin embargo, ha buscado de forma llamativa a nivel conceptual, pero seguramente equivocada desde el punto de vista de su ejecución, una estructura rompedora basada en constantes saltos temporales. Algo confusa y que pierde interés con celeridad.

Pero comencemos por el principio, aunque con muchas precauciones para no caer en spoilers. Confiamos en que el aficionado nos permita ser muy vagos en cuanto a dar detalles en todo lo que tiene que ver con el argumento, puesto que sería muy fácil destripar este episodio. En el título encarnaremos a un Gabriel Belmont que, por motivos que seguro recordamos, está castigado a la vida eterna y ya algo cansado de ello. El programa, de hecho, comienza con un sobresalto que le despierta de su aletargada existencia, y ahí es cuando comienza a dispararse la historia que se nos cuenta. Se nos ofrece un acuerdo, recuperar la condición mortal y el descanso eterno a cambio de un enésimo enfrentamiento contra fuerzas diabólicas.

Lords of Shadow II tiene lugar entre el pasado y la era moderna, uno de los mayores puntos de interés del programa.
Lords of Shadow II tiene lugar entre el pasado y la era moderna, uno de los mayores puntos de interés del programa.

Así recibe luz verde una campaña individual que nos llevará de la mano a través de una historia que se desarrolla a caballo entre una ambientación moderna y la más clásica con castillos y mazmorras. Por el camino viviremos algunos momentos absurdos, protagonizaremos unos diálogos flojos y nos veremos sumergidos en una historia que mezcla intrigas de empresas y negocios de la forma menos estimulante que podamos imaginar. Algunos giros no tienen ni pies ni cabeza, pero el plan maléfico de las fuerzas de la oscuridad tiene ese gracejo propio de quien sabe no tomarse en serio, y ofrece un resultado simpático y más propio de las maquinaciones de villano de un cómic de superhéroes que de lo que tradicionalmente había venido ofreciendo la saga. Seguramente todo ello debido a la necesidad de dar contexto y engorde a todo lo que tiene que ver con la parte moderna, una inclusión que parecía extraordinaria para dar aquel giro a esa sorprendente recta final de la primera entrega, pero que aquí no ha acabado de rendir como esperábamos.

En condiciones normales no haríamos tanto énfasis en una historia que no está a la altura siempre que la experiencia jugable ayude a pasar por alto esos problemas, pero hay varios motivos que nos lo impiden. En primer lugar porque tradicionalmente la serie Castlevania ha mimado mucho esa parte, incluso el original de esta sub-saga, y en segundo porque todo lo que tiene que ver con lo narrativo salpica de forma drástica a la jugabilidad. Las cinemáticas están presentes de forma constante, e incluso en algunos momentos del tercio inicial de juego rozan lo intrusivo. Su metraje es excesivo, y los constantes cambios de época y la abusiva presencia de secuencias oníricas y de personajes que van y vienen sin aportar gran cosa pueden irritar a algunos.

Por lo demás, ¿justifica la parte jugable esta sobreexposición de un hilo narrativo tan discreto? Sólo parcialmente, puesto que Lords of Shadow II puede que no pase de lo correcto, pero no es un mal videojuego. El problema es que en todos los sentidos no ofrece novedades con respecto a lo que hemos visto en otras propuestas del género, y lo cierto es que las escasas veces que se atreve a salirse de la fórmula que tan bien fijaron con su predecesor fracasa con estrépito. Demasiadas secciones de sigilo sin ningún interés y pobre ejecución, y en líneas generales las partes ambientadas en la era moderna a años luz de las mucho más interesantes ambientadas en el pasado.

Los combates son mucho más dinámicos, y acaban convirtiéndose en la gran baza del nuevo Castlevania.
Los combates son mucho más dinámicos, y acaban convirtiéndose en la gran baza del nuevo Castlevania.

Regreso al Pasado

Analizando este videojuego puramente desde la óptica jugable hay algunas consideraciones que hacer. En primer lugar Lords of Shadow II vuelve a apostar como punto fuerte por los combates, no de forma tan preeminente como en el pasado, pero definitivamente como el principal condimento de su composición. Las escenas de acción, de hecho, son las mejores partes del conjunto, con algunas secuencias como las de la primera hora de juego, la que los aficionados vieron en la demostración jugable, ofreciéndonos sin duda los momentos más redondos de la campaña, única oferta. Lástima que la campaña no aguante ese ritmo, porque nos habríamos encontrado con un programa que quizá hubiera recogido demasiado a nivel de inspiración de la franquicia God of War y del propio original, pero que hubiera resultado mucho más rotundo. En cambio el nuevo Castlevania ha tratado de encontrar su identidad en la mezcla de géneros, y así no sólo no ha logrado acabar por ofrecer algo diferente, sino que además de parecer un totum revolutum de otros lanzamientos no acaba por conseguir reproducir las mejores virtudes de éstos.

La cámara, por ejemplo, viene a solucionar un motivo de crítica del original, que apostó por las perspectivas automatizadas para mostrarnos siempre hacia dónde debíamos mirar. De acuerdo en que aquella era una fórmula algo anacrónica en el momento que vivimos, pero nosotros no vimos demasiado problema en ello a pesar de que se recortaba la posibilidad de interactuar con un entorno que ahora se abre un poco más acabando con esa sensación de pasillo eterno del pasado. En esta entrega se apuesta por permitirnos movernos hacia delante y hacia atrás con libertad por los mapas, y en algunos puntos determinados esconde algunas sorpresas. Así que en esta ocasión la apuesta por la cámara plenamente manual nos da algunas alegrías a la hora de multiplicar las posibilidades de una exploración en la que ahora ponemos mucho más de nuestra parte, aunque también nos dará algún disgusto en forma de un caprichoso comportamiento en los combates. A menudo tendremos que redirigir su ángulo en el momento más inoportuno, lo que nos puede costar más de un disgusto en los combates más exigentes o si apostamos por los niveles de dificultad más altos.

En esas confrontaciones de desafío máximo es donde Lords of Shadow II no perdona, y es que sus luchas son en general más dinámicas y menos encorsetadas que en el anterior. Es la parte que salva al juego de ser muy inferior, y la que lo convierte en un producto interesante y estimable, porque definivitamente el resto de facetas no están a la altura. Gabriel se ha convertido en un guerrero mucho más versátil, y en sus movimientos recuerda indefectiblemente a Kratos, paralelismo al que por supuesto ayudan algunos cambios en el arsenal como el debut de un látigo de sangre que multiplica las similitudes. La acción es ágil, cuenta con un número razonable de combos y, además, tiene un punto muy interesante de animarnos a probar nuevas cosas en batalla merced a su esquema de mejora del arsenal por el que cada arma tiene su propio árbol de mejoras y desbloqueos. Invertimos puntos para sus compras, y así se construye una de las grandes bazas del producto a la hora de fomentar nuestro lado más experimentador con los combates. Podríamos dividir las luchas en tres vertientes claramente diferenciadas, la del látigo para las acciones más rápidas, la de la Espada del Vacío para recuperar la salud y la de unas garras que nos permiten apostar por los golpeos más pesados.

El sistema de mejoras está bien pensado, y nos permitirá progresar en diferentes disciplinas de nuestro arsenal fomentando la variedad.
El sistema de mejoras está bien pensado, y nos permitirá progresar en diferentes disciplinas de nuestro arsenal fomentando la variedad.

Como primer pilar de Lords of Shadow II, ésta de la acción es una buena base. No es espectacular, pero cumple de sobra y, sin ser brillante, nos regala las mejores partes de este trabajo. No obstante cualquier tipo de consideración que pudiéramos hacer sobre la excesiva duración de algunos enfrentamientos palidece ante lo flojo que resulta el otro gran entretenimiento que presenta a efectos jugables este Castlevania, y hablamos de la desconcertante presencia del sigilo. La discreta ejecución de estas mecánicas y lo poco que encajan en el concepto general vienen a explicar la escasa atención que ha recibido toda esta parte en la fase promocional del juego: mostrándose ausente de demos o tráilers. ¿El motivo? Sus conceptos no tienen apenas variedad, se limitan casi por completo a permitirnos tomar forma de rata para sortear miradas y rompecabezas de gran pobreza y escasa inspiración o, por el contrario, a poseer a enemigos. Por si fuera poco las posibilidades de uno u otro formato son tan rígidas que no nos dejan ningún margen para improvisar, con algunas limitaciones que el aficionado irá descubriendo y que resultan a veces muy frustrantes.

Asimismo, también hay otras cosas para tratar de aportar variedad. La primera que podríamos mencionar es la recogida de desbloqueables, con los que podremos incrementar las capacidades de los personajes reuniendo el número necesario de cada tipo para acumular sus bonus. Por otra parte también hay algunas secciones de plataformas, que son algo rígidas y no demasiado desafiantes y que ayudan a dar algo de color a la experiencia. Como ayuda podemos mencionar que si lo deseamos podemos apretar el botón adecuado para que la inteligencia artificial nos destaque con un brillo luminoso los siguientes pasos a dar. En última instancia quedan los jefes finales, también frecuentes como en la primera entrega, aunque definitivamente menos imponentes. La ruptura que suponen con respecto al ritmo general es suficiente motivo para que, seguramente, el aficionado pase por alto que sus mecánicas están algo más trilladas que antaño y que los encuentros adolecen de cierta imaginación, y de la bienvenida a sus presencias con los brazos abiertos.

Hay cierta libertad para moverse hacia delante y hacia atrás en los escenarios, y en algunos rincones puede que encontremos alguna sorpresa.
Hay cierta libertad para moverse hacia delante y hacia atrás en los escenarios, y en algunos rincones puede que encontremos alguna sorpresa.

Desde las Sombras -Gráficos y Sonido-

Si hemos expresado una sensación positiva en algunas partes de la receta jugable y una percepción más discreta en otras, mucho más positivos tenemos que ser con todo lo que tiene que ver con la vertiente audiovisual de la obra. Aquí sí que Mercury Steam ha echado el resto, y ha mantenido el listón con respecto a lo que habíamos visto en su espectacular y todavía muy resultón Lords of Shadow original. Es obvio que en PlayStation 3 y Xbox 360 no puede competir con las máquinas de nueva generación y lo que se podría haber logrado con un desarrollo centrado en ellas y en PCs de alta gama, sin embargo pese a sus obvias limitaciones es un extraordinario testigo de la brillantez artística del equipo español.

De hecho un universo tan rico como el de Castlevania es todo un caramelo para unos diseñadores tan talentosos como los del estudio, que se crecen en la parte ambientada en el pasado ofreciéndonos unos telones de fondo tan recargados y abigarrados como esperábamos, pero respetando también ese tono lúgubre y misterioso que necesitan unos decorados como estos. Mercury Steam, incluso, no tiene problema en recrearse en los escenarios más espectaculares, tomando el control de una cámara que por lo demás manejamos nosotros en todo momento para así ofrecernos los ángulos más vistosos para disfrutar del espectáculo. Lo mismo podemos decir de algunos instantes puntuales dentro de los combates como las partes de los QuickTime Events, desactivables desde el menú de opciones, donde la cámara se acerca o se aleja con mucha velocidad a la acción para mostrarnos siempre el ángulo más aparatoso.

Lamentablemente toda la imaginación y deliciosa imaginería visual que exhiben esos parajes no tiene nada que ver con las sufridas, genéricas y pobres calles de la ciudad y mucho menos con las desesperantes y recicladas instalaciones científicas y otros parajes modernos que patearemos. No sólo su arquitectura, en ocasiones confusa, no favorece nada la exploración, sino que además su carácter repetitivo y poco diferenciado nos empuja aún más a sentir una ligera sensación de tedio que no se beneficia en absoluto de ser, así mismo, las partes menos cuidadas en cuanto al entretenimiento.

A nivel visual hay algunos problemas técnicos, menores, y en líneas generales se trata de una producción de un nivel estupendo.
A nivel visual hay algunos problemas técnicos, menores, y en líneas generales se trata de una producción de un nivel estupendo.

El personaje protagonista, por otra parte, presenta un muy buen acabado a sus espaldas tanto en las zonas de exploración como en sus ágiles y poderosos movimientos de combate. Lo mismo podemos decir de sus oponentes, bastante más pobres en cuanto a imaginación para su aspecto y limitados en su variedad, pero con poco que criticar a nivel de ejecución. Sí resulta más peliagudo el tratamiento de los dientes de sierra, con un tratamiento pobre, y de unas cinemáticas que han perdido mucha de la espectacularidad gloriosa del primer lanzamiento apostando por clips in-engine más discretos. Por otra parte debemos destacar muy positivamente la apuesta por la fluidez de la secuela, que mejora muy mucho los discretos resultados de rendimiento de los que hacía gala el original.

En cuanto al audio la banda sonora de Óscar Araujo es extraordinaria, como no podía ser de otro modo. Muy buenas partituras realizadas, además, con una manifiesta amplitud de medios. Por otra parte los efectos de audio hacen los deberes convenientemente, y el título llega a nuestro país traducido al castellano en sus textos pero sin doblar en sus voces. Una decisión que vuelve a sorprendernos, pero que sigue la línea del original y nos permite disfrutar de actores en versión original de la talla de Patrick Stewart o Robert Carlyle.

Interesante

Sin sello
Drácula contra el mundo

Castlevania: Lords of Shadow II

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Lejos de la calidad del primer Lords of Shadow. Así ha quedado situado este nuevo Castlevania que apuesta por la continuidad y el pulido en algunas partes, como las del combate, pero que tropieza en las nuevas que propone: como las del sigilo. A pesar de la pérdida de interés por el discreto guión o por determinadas secciones reiterativas, los seguidores acérrimos de la serie encontrarán motivos en él para no perderlo de vista.

Comprar Castlevania: Lords of Shadow II
  • El combate tiene mucho ritmo, más que en su predecesor.
  • Gráfica y artísticamente es un juego muy vistoso.
  • El estilo de progreso permite experimentar con las armas.
  • El guión deja que desear.
  • Las escasas innovaciones que se aportan no acaban de funcionar.
  • Secciones como las de sigilo, resueltas de forma irregular.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 10-15 horas
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