Super Mario es indiscutiblemente una de las mayores instituciones de la industria del videojuego. Desde su concepción original en 1981, como protagonista de Donkey Kong, la mascota de Nintendo ha protagonizado docenas de videojuegos, los cuales han vendido en conjunto más de seiscientos millones de títulos.
Todos los números que rodean a Super Mario son grandilocuentes, por lo que es lógico entender que Nintendo haya explotado a su personaje fetiche en todos los frentes: protagonizando películas, series de televisión, cómics y todo tipo de merchandising. Pero en mi opinión, lo más fascinante de Super Mario es que semejantes logros los haya conseguido, víctima además de un cliché muy trillado, el retrato de un fontanero italo-americano. Mientras otras corporaciones han optado por animales antropomórficos o figuras enérgicas y vigorosas, la mascota de Nintendo es, literalmente, un señor gordo con bigote. Uno que sigue despertando la misma fascinación que antaño, después de casi cuarenta años sin cambiar apenas de aspecto.
Shigeru Miyamoto concibió a Super Mario como un personaje multidisciplinar. Que pudiera protagonizar cualquier videojuego cualesquiera que fuera su temática. Razón por la que Miyamoto se resistió en un primer momento a bautizar a su personaje, lo que provocaría verdadera confusión dentro de la misma Nintendo. En la compañía nipona le llegaron a llamar con diversos motes, como Mr. VideoGame, JumpMan, el Carpintero o KyujoMan, algo así como el "rescatador" en japonés. No sería hasta al cabo de dos años cuando, como tantas veces se ha contado, el personaje quedaría oficialmente bautizado como Mario, en honor al casero de las primeras oficinas de Nintendo of America en Nueva York.
La pregunta es evidente: ¿por qué un señor gordo con bigote? El diseño de Super Mario salió de la virtuosa pluma de Miyamoto, quien lo concibió de este modo más por restricciones técnicas que por una verdadera intención de retratar a un operario de mediana edad. Por ejemplo, al contar con tan solo una cuadrícula de dieciséis por dieciséis pixeles para dibujar al personaje, éste tenía que ser por fuerza bajito y regordete. Para contrastar con el fondo negro de Donkey Kong, tenía todo el sentido que sus ropas fueran de colores vivos. Gracias a un peto, una prenda habitual para un obrero, las animaciones de salto serían más evidentes. Y finalmente, la gorra y el bigote tenían como único propósito camuflar la boca y el pelo del personaje, de forma que Miyamoto pudiera ahorrarse dibujar unas cuantas animaciones.
En lo único que probablemente se dejó inspirar el diseñador fue en los personajes de Popeye, el famoso marinero amante de las espinacas, pues mucho antes de esbozar los primeros bosquejos de Donkey Kong, el propósito de Nintendo era desarrollar un título basado en esta franquicia. No solo el triángulo protagonista del juego recuerda al de esta serie de principios del siglo pasado, sino que su ambientación en un gran edificio en construcción está sacada directamente de uno de sus capítulos emitido en 1934.
En su segunda aparición oficial, Super Mario ejercería de villano. Fue en Donkey Kong Jr., donde la mascota de Nintendo sirve de némesis; algo que evidentemente Nintendo no volvería a permitir. Y dos años más tarde, tras aparecer como protagonista en un par de Game & Watch, protagonizaría Mario Bros. Un título muy importante por bautizar por fin al personaje de manera oficial, por presentar a su hermano Luigi, por introducir por primera vez a las icónicas tortugas de caparazones de colores y por establecer definitivamente su profesión como fontanero. Aunque eso no impediría que el personaje, como había planificado Miyamoto en primer lugar, ejerciera en el futuro todo tipo de ocupaciones; desde médico a juez de un partido de tenis. El título que lo encumbró definitivamente sería el posterior Super Mario Bros., el cual se convertiría en el juego más vendido del siglo XX con más de cuarenta millones de cartuchos repartidos por todo el mundo.
Una lectura:
- La Historia de Nintendo
- Uxío Pérez (Dolmen Editorial)
- Un interesante repaso en castellano a la historia de la corporación, el cual recoge en sus páginas, naturalmente, el nacimiento de Mario y su posterior éxito internacional.
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