Kingdom Hearts Birth by Sleep no es un capítulo más dentro del entramado argumental de Kingdom Hearts, es un episodio clave repleto de buenas ideas, personajes inolvidables, escenas cinemáticas para el recuerdo y una de las pocas veces en las que Star Trek se enfrentó a Star Wars cara a cara. Sí, en serio.
PlayStation Portable fue una videoconsola muy especial que supo reivindicar el verdadero valor de estos sistemas: acoger juegos más atrevidos, experimentos dentro de sagas de gran presupuesto y ofrecer nuevas historias a sus seguidores. Producir un videojuego de primer nivel para PSP era más barato que para PS3 por las limitaciones técnicas del sistema. Si a eso se le suman unas estupendas cifras de ventas, que la convirtieron en la más vendida de 2010, te queda una máquina ideal para probar cosas nuevas y vender bien. Fue gracias a este contexto por lo que tuvimos el estupendo Crisis Core: Final Fantasy VII, Metal Gear Solid: Peace Walker y Kingdom Hearts Birth by Sleep. Tres videojuegos fundamentales en sus respectivas franquicias. Crisis Core nos hizo amar a Zack de por vida, sin Peace Walker no habría The Phantom Pain, y Birth by Sleep abrió las puertas de la serie Kingdom Hearts al pasado, a La Guerra de las Llaves Espada, a los planes de Xehanort y a su relación con Eraqus, a Vanitas y a los Maestros de la Llave Espada: los inolvidables Ventus, Aqua y Terra.
Pero Tetsuya Nomura y su equipo no solo emplearon Birth by Sleep para diseñar los cimientos de su multiverso ludoficcional, también para probar ideas nuevas en la narrativa. Kingdom Hearts: Chains of Memories y Kingdom Hearts II ya daban pista que se quería que jugasemos con alguien más que con Sora. En el título de Nintendo DS controlamos primero a Sora y luego a Riku (digámoslo así para no entrar en destripes argumentales). Los actos de uno y otro sucedían de forma paralela, pudiendo conocer más a fondo la historia de la Organización XIII, y todo lo relacionado con la encantadora Naminé, pero siempre jugando al despiste. En Kingdom Hearts II se hizo algo parecido al empezar nuestra partida primero con Roxas y luego permitirnos jugar con Sora. Y visto en perspectiva, y aunque el ritmo de aquellas vacaciones de verano fuera algo lento, la bella tristeza de la puesta de sol de Villa Crepúsculo no se olvida. Por mucho que Naminé lo intente.
Pero Birth by Sleep llevó este concepto un paso más allá. Si hay algo precioso en el núcleo argumental de Kingdom Hearts, y que se explica a fondo en Kingdom Hearts III, es que aunque dos personas estén separadas por la distancia siempre estarán unidas por sus corazones. Cuando Sora, Kairi y Riku salen de las Islas del Destino pasan de ser amigos de la infancia a adultos que se pierden en un mundo de oscuridad; metafóricamente hablando, claro. Pero lo que sintieron entre ellos cuando eran puros, cuando compartían paopus en la orilla de la playa, siempre los mantendrá conectados. Pero la vida los separa, los hace tomar caminos diferentes como nos ocurre a todos al hacernos adultos; se ven menos, pero sus corazones les hará reencontrarse. Como le dice Sora a Kairi al final del primer Kingdom Hearts: “Kairi, ¿recuerdas lo que dijiste antes? Yo también estoy siempre contigo. Volveré, te lo prometo”. A lo que Kairi responde: “sé que lo harás”. Porque eso es en esencia Kingdom Hearts: viejos amigos de la infancia separados por la oscuridad de la vida adulta que luchan sin éxito por reencontrarse. Y eso se transforma en la clave narrativa de Birth by Sleep: tres guerreros que se separan y que se persiguen los unos a los otros porque se quieren.
“Nosotros tres siempre seremos uno”
En mi opinión, las escenas cinemáticas de Kingdom Hearts Birth by Sleep son las mejores de toda la saga. La batalla en la Necrópolis de Llaves Espada, el todopoderoso y anciano Xehanort enfrentándose a la vez a Ventus, Aqua y Terra, y estos vestidos con sus poderosas armaduras para intentar hacerle frente sin éxito, nos deja con muchos momentos espectaculares. Pero lo mejor es el mensaje que transmite esta escena: la idea de que los tres maestros estarán conectados, y juntos, ocurra lo que les ocurra, sin importar lo que tengan que sufrir.
El propio título del juego ya nos lo insinúa. Como declaró Tetsuya Nomura en una entrevista, las siglas de Birth by Sleep son BBS a propósito, haciendo referencia a los antiguos Bulletin Board System (también BBS) de los 90, un software que permitía a usuarios conectarse a una red mediante una línea telefónica para compartir y consultar datos. En la misma entrevista también comprendemos por qué este el Kingdom Hearts con la historia mejor servida y ordenada, pese a lo densa que es. Estamos mal acostumbrados, por culpa Kingdom Hearts III, a que lo importante se cuenta solo al principio y al final del juego, pero eso no pasa en Birth by Sleep. Aquí hay revelaciones importantes cada dos por tres.
El motivo es que Tetsuya Nomura suele empezar sus videojuegos diseñando la jugabilidad, pero, en esta ocasión, empezó por la historia. Él mismo explicó que lo primero en lo que pensó fue en “la escena en Islas del Destino en la que Terra y Riku hablan, así como en la que Aqua charla tanto con Sora como con Riku (...). Deseaba muchísimo transformar esas ideas en realidad. Se me habían ocurrido desde antes de finalizar el desarrollo de Kingdom Hearts II”. Y se nota. Gracias a haber pensado primero en la historia, esta precuela conecta de maravilla con el resto de juegos de la saga.
“Aquella sería la última noche que pasamos bajo las mismas estrellas”
Uno de los elementos más interesantes de Birth by Sleep en lo argumental es conocer la relación entre Eraqus, maestro de la luz, y Xehanort, maestro de la oscuridad. En Kingdom Hearts III y Dark Road se ahonda en ella. Son viejos amigos; lo son desde que eran niños, y les gusta jugar juntos. En el cierre de la Saga de El Buscador de la Oscuridad, esto se representa con una partida de ajedrez. Xehanort le hace un jaque a Eraqus en Birth by Sleep, pero este se lo devuelve en Kingdom Hearts III, lo perdona y le enseña el camino de la luz. Esta rivalidad amistosa, tan común en manga y anime, se hizo especialmente interesante en la versión occidental del juego. El motivo es que a Xehanort lo dobló Leonard Nimoy, actor conocido por encarnar al señor Spock en Star Trek. Y la voz de Eraqus es la de Mark Hamill, es decir, la de Luke Skywalker en Star Wars.
La presencia de estos dos actores le dio más intencionalidad a varios elementos propios de Birth by Sleep y de Kingdom Hearts. Uno es la importancia de las estrellas en su imaginario, pues cuando una se apaga quiere decir que un mundo ha desaparecido devorado por la oscuridad. Por otra parte, el entrenamiento al que Eraqus somete a sus alumnos, así como su orden de que se alejen de la oscuridad, recuerda mucho al entrenamiento de los Jedi al que Luke fue sometido; aunque no olvidemos que los jedis están fuertemente inspirados por los samuráis romantizados de Akira Kurosawa, y que tanto inspiraron a George Lucas.
Desde esa perspectiva, es fácil ver en Terra a un joven Anakin Skywalker siendo sometido por los oscuros susurros de un Lord Sith, a Ventus como alguien que intenta recuperarse de la toxicidad del lado tenebroso y a Aqua como una madre cariñosa, como Amidala, que quiere que todo acabe bien. En su cabeza era espectacular, claro. Como ya sabéis, sale mal. Birth by Sleep tiene un final espectacular y trágico, muy en la línea de los otros juegos de la saga. Es imposible no quedarse un poco roto por dentro al llegar a la conclusión de los trabajos de Tetsuya Nomura.
“Lo mantendré a salvo hasta que despierte. Para siempre si es necesario”
Birth by Sleep tiene un final espectacular y trágico
En una entrevista que pude hacerle a Tetsuya Nomura y a su equipo, me interesé por la influencia del budismo zen en su trabajo, en concreto por conceptos propios del Zen acerca del sufrimiento, la no individualidad o el vacío. Suzui, codirector de Melody of Memory, me dijo que el Zen es algo que está tan dentro de su cultura que resulta inevitable que sus temas aparezcan en sus juegos. Se lo pregunté precisamente por Birth by Sleep. Todos los personajes sufren y pierden sus cuerpos y su misma identidad. De alguna forma, se pierden a sí mismos, pero su voluntad resiste.
Ventus acaba perdido en el corazón de Sora, curándose. Aqua queda sumergida en el mundo de la oscuridad, y Terra pierde su cuerpo, pero su espíritu se agarra a su armadura y sigue luchando. Birth by Sleep consigue que te encariñes con cada uno de ellos por el destino trágico que les aguarda, pero también por cómo llegamos a las conclusiones de sus relatos a través de su jugabilidad. Al principio del artículo comenté que este título era un experimento narrativo y lúdico. Lo es porque cada uno de los tres maestros tiene su propia línea argumental que se cruza con la de los otros, y todos se juegan de manera diferente. Terra es contundente, Ventus es más rápido y Aqua apuesta por la magia.
Uno de los Kingdom Hearts que mejor equilibran historia y combate, y sabe abrir la historia a nuevos arcos
Además, cada uno cuenta con sus propias habilidades que vamos mejorando y decidiendo cómo usar, lo que implica acabar generando una gran conexión con cada uno de ellos de forma individual. Esta treta funcionó aquí a las mil maravillas. Aunque se repitieran escenas al intercambiar el control entre uno y otro, querías jugar más y más con cada uno de los héroes hasta alcanzar el fatal desenlace. Square-Enix intentó hacer algo parecido en Kingdom Hearts Dream Drop Distance con Sora y Riku, pero se olvidaron de lo importante: dejar al jugador que decidiera con quién jugar, cuándo y en qué orden.
Personalmente, Kingdom Hearts Birth by Sleep es uno de mis videojuegos favoritos. Adoro a sus personajes y me parece un juego muy valiente, en parte, creo que por haber podido salir en PSP. Es uno de los Kingdom Hearts que mejor equilibran historia y combate, y sabe abrir muy bien la historia que ya conocíamos a nuevos arcos dramáticos. A día de hoy es perfectamente jugable en cualquiera de los recopilatorios de la franquicia. Pero cuidado, puede partiros el corazón.