Aunque el paso de los años ha convertido al título de Ubisoft en uno de los más queridos de su saga, los comienzos de Assassin's Creed: Black Flag estuvieron marcados por la disparidad de opiniones que rodeó a la cuarta entrega principal de la saga. Con ella, Ubisoft apostó por una precuela de Assassin's Creed III centrada en la piratería en el Caribe, una época conocida como la Edad de Oro de dicha práctica. Y, entre multitud de personajes históricos, se encontró uno que generó tal repercusión en nuestro país que llevó a Ubisoft a financiar su exhumación. Hablamos, como muchos sabrán, de Amaro Pargo.
Por primera vez en la historia, como relató El Día (periódico local de Tenerife) en una noticia publicada en 2017, una empresa de videojuegos se encargó de exhumar los restos de un personaje histórico para poder recrear al mismo con exactitud en el título. Así, la empresa francesa lideró esta operación que colocó a un pirata de Tenerife en el foco mundial de la industria más multitudinaria del mundo. Y, aunque esa historia ya la contaron los compañeros de VidaExtra, hoy toca profundizar en una aún más llamativa: la casa real de Amaro Pargo.
Una hacienda abandonada a su suerte
Entre los incontables rincones más cercanos a la fantasía que la realidad que pueblan la isla de Tenerife, un pequeño punto en el mapa de la isla volcánica está relacionado con la saga más célebre de Ubisoft. En él, sin protección alguna y abandonada a su suerte, se encuentra la casa de Amaro Pargo, un corsario, comerciante y pirata que se convirtió en el centro de la promoción del cuarto título de la licencia en nuestro país.
Ubisoft está detrás de una excelente iniciativa que ensalzó la figura del pirata canario
Llamado por la curiosidad, aparqué relativamente cerca del sitio y junto a mi compañera Sabrina (si esto fuera un videojuego, ella sería mi personaje de apoyo) me dispuse a contemplar con toda la precaución y la admiración del mundo cada rincón de la Hacienda de Amaro Pargo. Más de 250 años después de su muerte, 277 para ser exactos, parte de esta sigue en pie, pero lo cierto es que la misma está marcada por las tejas que ya son parte de la tierra, la madera comida por la lluvia y los muros que a duras penas se mantienen de pie. Y, a tenor de la importancia de Pargo como figura histórica, es una auténtica pena que alguien tan relevante y con tanto peso histórico no sea homenajeado de la forma en que merece.
Imagen: propia
Para los habitantes de Tenerife, este pirata a la altura de Barbanegra y otros personajes ligados a los videojuegos como Sir Francis Drake es una eminencia. En vida, Pargo dedicó gran parte de su fortuna a compensar la desigualdad social a través de donaciones de lo más generosas. De hecho, muchos rumores apuntan a que uno de sus tesoros aún sigue enterrado en algún punto de la isla, pero los años pasan, los siglos se suceden y nadie consigue dar con el preciado botín que el comerciante y prestamista, presuntamente, escondió tan bien que aún sigue intacto.
Sea como fuere, es curioso ver cómo la influencia de los videojuegos consiguió una exhumación que arrojó más luz sobre la figura de Amaro Pargo y su importancia en la Edad de Oro de la piratería. No obstante, a pesar de su importancia y relevancia tanto en la historia de las islas en particular como de España en general, resulta desolador que la que fue su casa se encuentre en las condiciones en las que está. Aún así, la historia de Pargo fue tan relevante que su obra y sus actos ayudaron a cientos de familias de la isla de Tenerife. Y, gracias a ello, su historia pasará de generación en generación a través de los ojos de Assassin’s Creed, la franquicia clave para construir la catedral de Notre Dame.
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