DICE tiene preparado su próximo episodio de su afamada y divertida visión de la guerra en los videojuegos. Battlefield 4 no sólo es su próximo capítulo, sino que es una experiencia más intensa, potente y explosiva que nunca. La franquicia se sitúa en la frontera entre generaciones y promete no dejar indiferente a nadie.
Estocolmo ha sido la ciudad elegida por Electronic Arts y DICE para abrir los ojos al mundo con Battlefield 4, de forma paralela a la presentación de la GDC en San Francisco. Los primeros atisbos de primavera casi no se han notado en un día frío que ha precedido al evento al que 3DJuegos ha asistido en el centro de la ciudad. El acontecimiento ha consistido en una demostración en directo, un par de palabras de los directivos y, después de una pequeña fiesta, una serie de presentaciones monotemáticas. Un apasionante paseo por lo que puede llegar a ser Battlefield 4 que ha surtido sobrado efecto: dejarnos con ganas de más.
Lo mostrado ha dejado ver un videojuego asombroso desde el punto de vista visual, uno que no hace sino abrir un optimista futuro para la próxima generación que nos hace verla con cautela pero también con ilusión puesto que se nos contó que todo se efectuó en un PC del que suponemos especificaciones técnicas similares a las que brindarán las próximas máquinas. Eso sí, nada debe distraernos de que la experiencia clásica de la franquicia parece seguir en pie, sin embargo viene apoyada por una destrucción incrementada, por asombrosas técnicas de destrucción y por una jugabilidad que parece expandir sus horizontes gracias a la mejora tecnológica.
La Guerra según DICE
La demo se ha centrado en un nivel ideado a modo de composición cíclica, es decir, que empezaba igual que acababa. Nos encontrábamos en el interior de un vehículo hundiéndose en el mar, con otros tres soldados aliados. Las caras de los compañeros, recreadas con un grado de realismo impactante, daban a entender que la situación no podía ser peor: el coche se hundía y nadie excepto el protagonista tenía la posibilidad de usar una pistola para abrirse camino por la luna del coche. A un segundo de disparar, se da un fundido en negro y volvemos atrás en el tiempo.
A continuación comenzamos un cinematográfico flashback en el que protagonizamos una misión que transcurre entre un colegio ubicado en el centro de una ciudad destartalada y plagada de hostiles y el objetivo final, que se encuentra en lo alto de la torre de un edificio en ruinas, ubicado en las afueras. Un viaje que suena sencillo si lo describimos con palabras, pero que supuso no sólo una epopeya de sangre, sudor y lágrimas, sino que además también ha servido de inmejorable carta de presentación para mostrar al mundo las bondades gráficas de un juego que aparecerá a caballo entre la actual generación y la próxima.
Desde los primeros momentos de la demostración, quedó claro que la calidad visual ha dado un salto con respecto a la anterior entrega. Battlefield 4 se nutrirá de la potencia del motor Frostbite 3, una versión remozada y convenientemente evolucionada que toma como punto de partida el ya sobradamente conocido Frostbite 2. DICE ha centrado en dar una mayor dimensión a todo: la densidad poligonal, la calidad de las texturas, la complejidad de los efectos de luz y los filtros, las animaciones de los personajes, los efectos de explosiones y de partículas, etc. Todo ello es un espectáculo que promete poner las cosas muy difíciles a otras herramientas similares como CryEngine 3.
En un lugar de excepción se encuentran las físicas y el concepto de interacción con los escenarios. Como bien sabemos, la saga ha hecho siempre gala de prestar especial atención a la destrucción de los entornos, y de cómo ésta afecta a las mecánicas de juego. Si bien en el pasado esto ha resultado siempre un verdadero gancho comercial y jugable, en esta ocasión nos hemos empezado a encontrar con un auténtico ejemplo de lo que se podrá lograr en la próxima generación de máquinas en cuanto al grado de interacción con lo que nos rodea.
De hecho en cierto momento y justo en el fragor de un combate, un Recker según se nos dijo controlado en tiempo real, se encontraba junto a su pelotón tras unas barreras de hormigón aguantando el fuego directo de una torreta montada en un vehículo. Mientras el enemigo mantenía sus devastadores disparos, nosotros veíamos cómo la barrera de hormigón tras la cual se encontraba nuestro protagonista iba desintegrándose y perdiendo su capacidad de cobertura. La opción de huída que había coreografiado el equipo consistía en volar en pedazos una pared que cubría el flanco del edificio. Acto seguido, Recker se encontraba flanqueando al enemigo y acabando fácilmente con él, un ejemplo muy claro de cómo poner al servicio del apartado gráfico un avance tecnológico que va mucho más allá de la mera belleza visual.
¡Destroy Everything!
La destrucción se ha mostrado como un elemento generado de forma dinámica y tan orgánica que su aplicación en el entorno de las mecánicas de juego es algo natural. Su implementación en la saga no es algo nuevo, y, como muchos recordarán, ya lleva varias entregas a nuestras espaldas, aunque para los paladares más exigentes pudo ofrecer unos resultados algo alejados de lo que nuestras fantasías rogaban. Por lo que hemos visto en la demostración, esta característica va a tener ahora una disparatada relevancia más allá del aspecto visual y de espectáculo. Todo parece indicar que esta realidad con Battlefield 4, y especialmente con la próxima generación de consolas, llegará a buen puerto y no se quedará en esa magia de presentación que luego se esfuma.
Por otro lado, ya abordando las mecánicas de juego, cabe destacar la posibilidad de dirigir el fuego de nuestro escuadrón. En un momento dado el equipo se encontró con un conjunto de hostiles bien ubicados en el interior de un edificio de dos plantas. Con apretar un sólo botón, el jugador marcó a los oponentes para que nuestro escuadrón les aplicara el clásico fuego de supresión. Acto seguido, Recker tenía vía libre para flanquearlos y acabar de forma rápida y letal con el combate. Además, durante la demostración hemos podido ver cómo el protagonista pedía también soporte aéreo para barrer determinadas áreas del escenario.
La presentación nos ha dejado muchas cosas claras, pero sobre todo ha mostrado un Battlefield 4 intenso, con una atmósfera opresiva muy bien conseguida y un aspecto visual fotorrealista que provoca una sensación de estar viviendo una película de acción. Esta primera demostración ha dejado bocas abiertas, pero no tanto por las novedades en unas mecánicas de juego algo continuistas, como con un aspecto visual rompedor. Como siempre en estos casos hemos echado en falta conocer la fecha de un lanzamiento definitivo que se rumorea para otoño, y además, tenemos que lamentar que aún no podamos hacer nada más que conjeturas acerca del modo multijugador, pues la presentación se ha centrado exclusivamente en la parte off-line del programa.
De cualquier manera, esta primera toma de contacto con Battlefield 4 ha sido positiva. Nos encontramos con un juego con carácter y muy potente. Ya conocemos al equipo de desarrollo, y sabemos gracias a eso que la calidad estará ahí en todo momento, así que permaneced atentos y muy pronto os traeremos más acerca de este presumible bombazo.