Inmenso. No se nos ocurre otra palabra mejor para transmitir lo que hemos sentido tras jugar unas horas a Xenoblade Chronicles X. Gráficamente es apabullante, su banda sonora es un canto a la belleza, las opciones roleras son infinitas y su acabado es extraordinario. Un J-RPG de otro planeta.
A pesar del tiempo transcurrido desde el estreno del juego en Japón. A pesar de todos los vídeos que hemos visto. A pesar de que sabemos lo mucho que está gustando a los que lo han probado. Da igual, Xenoblade Chronicles X sorprende igualmente cuando lo pones por primera vez en tu consola. En 3DJuegos hemos podido hacerlo, constatando lo que ya se sabía, que es uno de los más ambiciosos J-RPG de los últimos tiempos.
Sus 15 gigas de descarga no dejan lugar a dudas. Es un título enorme, y es de lo primero que te percatas una vez te lanzan a su mundo. La distancia de dibujado es espectacular, al igual que el detalle en los entornos y lo vivo que se muestra todo. Un auténtico golpe sobre la mesa de Monolith Soft, que nos demuestra lo que es capaz de hacer una Wii U. Hasta que no lo veas en tu televisor, no sabrás de lo que estamos hablando.
El motor de juego se ha mostrado inquebrantable durante nuestras primeras horas, y obviamente algunos objetos se generan en la lejanía, pero con transiciones. Es como cuando conoces las limitaciones de tu cuerpo e intentas disimularlas para que pasen lo más inadvertidas posible. Y funciona. Tanto, que el cuerpo de Xenoblade Chronicles X es puro músculo gráfico, con criaturas imponentes y variedad de entornos. La base sobre la que se construye no puede ser más sorprendente.
El héroe sin identidad
La historia es por supuesto otro de los grandes pilares. Conviene resaltarlo, porque tiene más importancia de la que esperábamos. Para que os hagáis una idea, el juego necesita al menos un par de horas para situarnos, con un arranque lento (tradición en los J-RPG), pero que los nipones han considerado necesario para ahondar en el complejo universo narrativo que se nos presenta.
Manejamos a un personaje sin nombre, sin pasado… Caemos en un planeta llamado Mira, nos rescatan y nos cuentan que La Tierra sufrió un terrible ataque colateral fruto de una batalla entre dos razas alienígenas. Somos uno de los pocos supervivientes, y aquí nos toca vivir nuestra nueva vida. No es mala forma de comenzar: ponernos en la piel de nuestro propio protagonista, al que personalizamos a través de un editor que nos permite cambiar bastantes más cosas de las típicas.
Esto también nos ha gustado, y es sólo un ejemplo del increíble potencial que tiene el título en cuanto a opciones. Desde la misma pantalla de configuración se le puede decir a la Wii U que no se apague automáticamente si hemos dejado el juego desatendido. Un detalle, pero es que detalles así los hay a montones. Podríamos hablar de la armería, con un catálogo de armas, accesorios y vestuario inmenso; de la fabricación de nuestros propios instrumentos a partir de la delirante cantidad de objetos que encontraremos desperdigados por el decorado.
El motor de juego se ha mostrado inquebrantable durante nuestras primeras horas de juego
Los responsables de Xenoblade Chronicles X dijeron que podríamos llegar a 300 horas para hacerlo todo… No nos extrañaría después de lo visto. Podéis esperar por tanto un mapa descomunal, uno que desde el principio nos ha dado la impresión de no conocer fronteras. Lo hemos explorado libremente, pero con una extraña sensación de amenaza que no hemos tenido en otros juegos de rol.
Da igual por donde vayas, podrías encontrarte con una especie alienígena de nivel 2 o de repente hallarte a los pies de un mastodonte de nivel 50. Uno nos sirvió para subir nuestro lamentable rango; el otro para morir fulminados. Esa constante, la de andarte con ojo, es una de las que más nos ha gustado de esta toma de contacto. Porque por si no lo sabéis, aquí los combates son en tiempo real. Si un enemigo te avista, prepárate para luchar… o para correr.
El sistema de batalla hereda el sistema de juego que vimos en Wii. En realidad, hay muchas cosas que os parecerán evoluciones de lo visto en Xenoblade Chronicles… pero remarcando lo de "evoluciones". El juego es tan complejo y profundo que hacen falta muchas horas hasta que empiezas a comprenderlo. El mejor ejemplo son las "clases" existentes: ocho en total, que dependiendo de nuestra elección nos proponen enfrentarnos a imponentes criaturas, ayudar colocando sondas en diferentes regiones del mapa o hacer tareas de sociabilidad ayudando a habitantes de New Los Angeles (nuestra ciudad).
Tendremos que comprobar si nuestra elección (que puede modificarse durante la campaña) cambia mucho el juego. Y es que, en realidad, nos hemos quedado con muchas dudas, siendo el mejor indicativo de que nos encontramos ante uno de los juegos más grandes y profundos que hemos jugado. También nos interesa conocer si el arranque tan lento que hemos experimentado se subsana con las horas, y si las misiones resultan interesantes.
Es tan complejo y profundo que hacen falta muchas horas hasta que empiezas a comprenderlo
Un J-RPG con tantas horas requiere ver si su progresión es firme, si sus pilares son tan sólidos como para aguantar tanto tiempo sin resquebrajarse por algún lado. Pero eso sí… vaya pilares. Los valores de producción son de los más elevados que hay en Wii U, con unos gráficos y una banda sonora que dejaréis puesta sólo por lo épica, variada y bonita que es: una maravilla. Y, por cierto, todo son subtítulos en español (voces en inglés).
Hasta el GamePad se aprovecha, bien para jugar (sin necesidad de TV), bien para consultar el mapa en cualquier momento. ¿Hacen falta más cosas? Que no falle, pero para eso tendremos que esperar al próximo 4 de diciembre, momento en que Xenoblade Chronicles X se ponga a la venta en Europa.