Zelda regresa al espíritu clásico, al que le vio nacer. Una reimaginación de A Link to the Past que llega a Nintendo 3DS como un auténtico regalo dedicado a los fieles seguidores del héroe de Hyrule. Una aventura de mecánicas tradicionales pero con mucha profundidad estereoscópica que además nos traerá un nuevo argumento, retos inéditos y grandes enfrentamientos. Comprobamos el poder de la Trifuerza en pleno E3.
Cuando se anunció un nuevo Zelda para Nintendo 3DS no eran pocos los que esperaban una aventura del estilo de Phantom Hourglass o Spirit Tracks, siguiendo la tendencia portátil de los últimos años. No obstante, la Gran N nos sorprendió una vez más. Era hora de volver a los orígenes, o al menos así lo creyeron los nipones. El clásico de SNES, A Link to the Past, se convertiría en referencia indiscutible para su nueva aventura.
Así es como nace el nuevo The Legend of Zelda: A Link Between Worlds, una secuela de aquel reputado título, el cual el mismo Eiji Aonuma (director de la franquicia) ha sentenciado en más de una ocasión que constituye su principal referencia. Una obra magistral que creó escuela en el género, llevándonos a un fantástico mundo de espadas, magia y epopeyas del lado del héroe de la Trifuerza, que debía salvar al reino de Hyrule de las garras del temible Ganon.
Todavía se desconoce si seguiremos estos mismos pasos en el videojuego que están preparando los nipones para la portátil estereoscópica, pero podemos dar por hecho que gozaremos de nuevo argumento. Todo rodeado del aroma a clásico que nos proporciona el manejar a Link desde una perspectiva cenital, en un universo 2D que gana una extraordinaria representación mediante la tecnología 3D de la consola.
Entre mundos
El resultado visual es uno de los más agradables que hayamos visto en la máquina. Ahora que lo hemos tenido entre las manos parecía hasta el paso lógico: diseñar un Zelda de espíritu bidimensional pero con escenarios y personajes tridimensionales que adquieren volumen y profundidad gracias a las posibilidades de la máquina. Nintendo 3DS adicionalmente nos proporciona en esta ocasión una tasa estable de 60 imágenes por segundo (incluso con el 3D activado), otorgando así al videojuego un acabado formidable en términos de fluidez.
Lo hemos podido comprobar en las míticas tierras de Hyrule, un mapeado que es idéntico al del clásico de SNES, aunque con la lógica reinterpretación en términos gráficos. Para la ocasión, los "sprites" se convierten en modelados perfectamente perfilados y animados, mientras que los decorados se nutren de texturas que tratan siempre de mantener la esencia del original.
Un trabajo realizado con mucho mimo. Pero el apartado visual no es lo único novedoso en este legendario periplo. La respuesta en el control de nuestro protagonista ha sido ampliamente mejorada, generando una sensación de satisfacción muy plena. Atacar con la espada, defendernos con el escudo y usar los variados items que siempre nos ha traído esta licencia constituyen los aspectos más sobresalientes del programa.
Todo esto ahora se ve favorecido por la pantalla táctil, ideal para arrastrar objetos y equiparlos en pocos segundos. Una auténtica gozada que se complementa en lo relativo a interfaz con los clásicos corazones de vida y un indicador de magia que se irá consumiendo -y regenerando automáticamente- a medida que usamos las diversas técnicas que aprenderemos.
Una de las más importantes, la cual sirve para hacer el juego de palabras del título (A Link Between Worlds), la tenemos en la capacidad de hacer que Link se convierta en parte de las paredes del entorno. De esta forma, seremos capaces de alcanzar lugares inaccesibles -también cuando estemos en mundo abierto-, convirtiéndose en una de las ideas más ingeniosas y originales que han pasado por un videojuego de Zelda en las últimas décadas.
Sin duda, una genial implementación que ayudará a hacer los puzles más retantes. Y es que tenemos la poderosa sensación de que los enigmas van a constituir una parte crucial en esta nueva aventura portátil. ¿Hasta qué punto? Lo desconocemos, pero la mazmorra jugada (una especie de reimaginación de la Torre de Hera en A Link to the Past para SNES) nos hace ser optimistas, con un nivel de reto que esperemos ponga las cosas difíciles a los más curtidos en la materia.
En realidad, y después de esta segunda toma de contacto con el producto, la sensación de que se intenta atrapar a los jugadores de toda la vida es todavía más potente. Nintendo les dará cientos de guiños, desde los entornos (volveremos a ver el castillo de Hyrule, así como la casa de Link) hasta los enemigos, con el regreso de jefes como Moldorm, ese enorme gusano que se movía -y continúa moviéndose- erráticamente por el escenario.
Por tanto, muy buenas noticias en general para un título del que todavía nos quedan algunas incógnitas por desvelar. La principal tiene que ver con la mecánica de teletransportanos entre mundos (existirá la posibilidad de viajar a una versión oscura de Hyrule), y otras versan sobre la posibilidad de ver alguna opción multijugador (lo cual sería lógico considerando la trayectoria de la serie).
En cualquiera de los casos, A Link between Worlds parece que va a convertirse en uno de los lanzamientos más importantes de Nintendo 3DS para este mismo 2013, ya que Nintendo ha anunciado que la obra llegará a las tiendas el próximo mes de noviembre. La leyenda de Zelda quiere seguir haciendo historia.