David Cage y el equipo de Quantic Dream encaran un nuevo videojuego que parece centrarse, de nuevo, en la historia de varios protagonistas, o lo que es lo mismo: lo que otorgó éxito a Heavy Rain y lo que no ayudó a Beyond: Dos Almas a repetir éxito. Detroit: Become Human pone sobre la mesa una historia de androides que piensan, viven, sufren y reflexionan como seres humanos.
Salimos de la presentación dando la mano a David Cage y felicitándolo por lo mostrado en la demo. El trabajo que ha hecho con el equipo de Quantic Dream es absolutamente prometedor, y si gustas de sus aventuras cinemáticas te gustará saber que todo apunta a que van por el buen camino. Pensábamos que Kara iba a ser la principal del juego, pero resulta que ahora conocemos a Connor, un androide especializado en tratar casos surgidos con androides que se rebelan contra sus dueños.
El estudio francés asegura que su videojuego para PlayStation 4 es un “neon noir thriller” y promete bifurcaciones en la historia como no se han visto hasta ahora en obras pretéritas. En la escena que hemos visto, que es la misma que se ha expuesto en el tráiler, pudimos acceder a dos finales totalmente distintos. Si nos fijamos en el clip de Sony hay cinco posibilidades diferentes; resta esperar que cada cambio acabe siendo importante para el desarrollo de la propia trama.
El máximo inconveniente que presente Detroit: Become Human es la fecha de lanzamiento. El exclusivo de PlayStation 4 aún no ha concretado una fecha ante sus usuarios, y no se tiene muy claro cuándo llegará a las estanterías de las tiendas. En todo caso, y lo que debe ilusionar a todos es que lo visto es muy prometedor, y que parece que Quantic ha entendido qué quiere la gente de sus particulares aventuras cinemáticas.
Puntos claves
- ¡Un nuevo protagonista! La historia ya no es solo de Kara, y Connor aporta un nuevo trasfondo detectivesco al software.
- Contar con varios protagonistas ayudará a ofrecer situaciones más interesantes que las vistas en Beyond: Dos Almas.
- Más bifurcaciones en la trama que nunca. En una simple escena que nos han enseñado ya había más de cinco desenlaces diferentes.