The Waylanders es un RPG que nos anima a vivir una fantasía protagonizada por razas de lo más variopintas, viajando en el tiempo entre la era celta y la medieval, y siguiendo el camino marcado por seis clases básicas y hasta 30 más avanzadas. Acaba de salir en acceso anticipado; ¿quieres saber si merece la pena dar el primer salto?
Gato Salvaje Studio es un estudio gallego que decidió beber de la herencia cultural celta de su tierra para crear un RPG único, con unos cimientos sólidos y prometedores, como son la inspiración en Dragon Age: Origins o Neverwinter Nights 2, y un equipo de más de 40 personas formado por veteranos que han pasado por templos como BioWare, Péndulo Studios u Obsidian Entertainment. He podido jugar las primeras horas del primer acto de los tres que presentará The Waylanders y me he quedado con ganas de más.
Aviso para navegantes: actualmente el juego se encuentra en una versión alfa con mucho contenido por incluir y mucho por pulir, evidentemente. El propio estudio es quien avisa en Steam de la corta duración de esta primera experiencia, de la ausencia de algunas voces, de errores, desajustes de mecánicas, etc. No obstante, el título ya consigue tres cosas: tener una identidad propia, ser interesante y, claro, jugable. ¿Puede resultar confuso? Sí, y esa sensación queda especialmente acusada porque faltan nexos que guíen el componente narrativo, por una parte, y el interactivo, por la otra. Pero dentro de cada bloque la experiencia atrapa.
Probamos a fondo The Waylanders, y te contamos en este texto y te mostramos con este gameplay cómo va tomando forma este ambicioso videojuego de rol.
Seis clases, 40 subclases y razas de varias mitologías
Lo primerísimo que hacemos en The Waylanders es crear a nuestro personaje: tipo de cuerpo, raza, clase, trasfondo, características físicas, atributos e identidad. Por ahora el sistema de creación de personajes no es tan profundo o completo como esperamos que sea, pero sí que apunta maneras. Llama la atención la variedad de razas, y se agradece posibilidad de elegir formas físicas e identidades de género más inclusivas. Lo que echo en falta es una mayor sensación de control sobre los atributos y el contexto del personaje, pero todo se andará.
Nuestra misión es acompañar al rey Ith, un rey celta, como guardaespaldas. Su objetivo en los primeros compases del juego es encontrarse con los tuatha, una raza de dioses de la mitología irlandesa. Pero no estamos solos. La comitiva se completa con una variedad de personalidades, entre magos, druidas, guerreros, arqueros, pícaros extraída de los contextos más variopintos. Hay seres inmortales de razas mitológicas, humanos venidos de la misma Grecia clásica o de los bosques celtas. Por extraña que parezca la mezcla (más aún cuando posteriormente se suman personajes como un ser caníbal de 3 metros de alto), la historia y las relaciones interpersonales consolidan el paquete.
Llegado a un punto de la partida, nuestro personaje se halla al borde de la muerte. No obstante, dos de nuestros acompañantes en la aventura consiguen que sobreviva tras meses de tratamientos. Curiosamente, al hacerlo se nos abre la posibilidad de viajar a través de los dos periodos en que transcurre la historia: la Brigantia celta y la Edad Media, en la que el cristianismo ha "suplantado" gran parte de la tradición.
Efectivamente, el variado elenco de seres mitológicos no solo está ahí para conversar y pasar el rato, sino que forman parte de nuestro equipo en el campo de batalla. Reconozco que es complicado hacerse con las mecánicas de combate en este estado del desarrollo, pero sabemos a lo que venimos. Es en tiempo real, pero podemos pausar la acción para plantear bien el orden de acciones, quién ataca a quién, qué magias lanzar, a quién curar, dónde reubicarse… y, ojo, también contamos con la posibilidad de atacar o defenderse en formación, como si de un RTS se tratara, formando un círculo alrededor de los curanderos o magos, atacando en cuña o repeliendo los ataques con una formación de orbe. Además, se puede asignar el comportamiento de nuestro equipo según el nivel de independencia.
La historia se divide en dos líneas temporales
A esto se le añaden clásicos sistemas de progresión por puntos y atributos para cada personaje y la existencia de equipo que podemos recoger en el campo de batalla o en cofres repartidos por el mundo y comprar en tiendas en los centros neurálgicos del juego. Con solo tres horas de juego es imperceptible la ventaja de estas mejoras, pero lo que sí que es más evidente es el sistema de desbloqueo de habilidades para cada personaje. Es evidente que Gato Salvaje tiene en sus planes un sistema de combate elaborado y con proyección, y por lo visto los avances irán llegando a lo largo de estos meses.
The Waylanders contará con localización al castellano y al gallego
Si hay algo que es mucho más claro desde el primer momento es el excelente trabajo visual y sonoro que se está llevando a cabo. Por un lado, el equipo de Gato Salvaje ha conseguido explotar con mucho estilo las posibilidades que ofrece el Unreal Engine, con unos diseños de personajes muy carismáticos, escenarios variados coloridos y bien contrastados —algunos especialmente sorprendentes que ya tengo grabados en la retina— y unos efectos especiales que llenan las batallas de luces, partículas y explosiones muy vistosas. A pesar de estar todavía en esa fase alfa y de los tironcillos de los escenarios más amplios, lo cierto es que van por el buen camino, inspirándose en la riqueza de la cultura celta del norte de España y en muchísimas más referencias mitológicas.
Por el otro, son muy destacables la banda sonora a cargo de Inon Zur (compositor de Dragon Age: Origins y de Fallout 4), que nos acompaña con melodías acordes a cada tipo de escenario, y el trabajo de doblaje que están realizando actores de altísimo nivel. Ojalá pudiéramos disfrutar ya mismo de esa localización al castellano (y, leñe, al gallego) que prometen que llegará al juego, pero eso es algo que llegará a medida que avance el desarrollo.
Hay que tener muy claro lo que quiere hacer The Waylanders y en qué punto está de ese proceso. Tiene buenos artesanos y consejeros detrás, y aunque lo que se puede probar a día de hoy es una muestra muy temprana de su obra, es un buen punto de partida para una experiencia que promete atraparnos con su historia a caballo entre la cultura celta y la edad media. En las comunicaciones con la comunidad y la prensa, Gato Salvaje se ha mostrado transparente, seguro de lo que hace y abierto a los comentarios de los jugadores. Dadles tiempo, pero id preparando el macuto para viajar a Brigantia a finales de año.