Por fin he salido de la nave de Elite Dangerous y he descubierto un universo nuevo y fascinante

Por fin he salido de la nave de Elite Dangerous y he descubierto un universo nuevo y fascinante
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Elite Dangerous es uno de los simuladores espaciales que más nos ha acercado a ese eterno sueño de la conquista espacial. Hay otros, acabados o inacabados, pero con la nueva expansión, Odyssey, el juego de Frontier nos lleva más cerca que nunca a esos planetas en los que nunca habíamos podido poner un pie, dejándonos caminar y luchar. He probado la alfa de Elite Dangerous: Odyssey y creo que vamos por el buen camino.

No tengo el carné de conducir y solo he jugado poco más de 60 horas a Elite: Dangerous. No obstante, se trata de un juego en el que tu nave es como una parte más de tu cuerpo. Por ello he desarrollado una especie de sexto sentido que me indica cómo maniobrar en una trifulca espacial y cómo aproximarme con milimétrico cuidado para no esmorrarme contra la pared de una estación interestelar al intentar entrar para atracar en sus muelles. Imaginaos la experiencia cuando me he sentado en la nave de una desconocida para moverme entre planetas en Odyssey, no he podido evitar esa sensación de culpa por no hacerlo en mi nave, de inseguridad porque el o la “taxista espacial” de turno pilota mejor que yo.

Pero es que, honestamente, cuando me tocó jugar a la expansión más grande que ha visto el venerado simulador espacial sabiendo que iba a poder ir a pie, decidí no usar mi HOTAS y tirar de teclado y ratón. ¿La razón? Frontier Development ha sido inteligente al respecto y nos ha puesto las cosas fáciles por si no queremos depender de un sistema de control aparte del tradicional, o simplemente no contamos con un joystick, permitiéndonos pagar por el transporte entre sistemas y planetas. ¡Pero esto no significa que no podamos pilotar nuestra propia nave! ¡Es solo que soy un vago!

No podemos obviar el hecho de que no guste empezar una partida de cero con una Sidewinder de tres al cuarto, pero si queremos podemos pilotarla para llegar a donde queramos y, efectivamente, desmontarnos cuando toquemos tierra. Ojo, y funciona la cosa. Si ya era emocionante salir con el cochecito espacial en Horizons, imaginaos la cosa de estar en un planeta de cuerpo presente, así, sin intermediarios. Bueno, vale… sí que hay intermediarios, porque contamos con un traje que nos ahorra los sufrimientos de las inclemencias del tiempo y con un casco que nos indica a través de una completísima interfaz de qué energía contamos, recursos, salud, escudos, etc. Cuando llegamos a un puesto espacial, viene bien tener packs de energía para no pasarlo muy mal y morir del fresco que hace en el espacio.

Primeros pasos en Elite Dangerous: Odyssey

Evidentemente, los primeros compases del nuevo Elite Dangerous: Odyssey son exactamente como los primeros compases en Elite Dangerous al completo: confusos, desesperantes y, leñe, gratificantes. Las primeras misiones que deberíamos adjudicarnos son las clásicas de recadero, y aunque queramos liarnos a tiros con gente, no tenemos ni el nivel ni las capacidades necesarias para enfrentarnos a ello.

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Por fin he salido de la nave de Elite Dangerous y he descubierto un universo nuevo y fascinante

Mi primera misión (técnicamente la segunda: la primera acabó en muerte porque me puse a andar cuando intentaron escanearme en un planetoide para ver si tenía limpio el historial) transcurrió de la siguiente manera. Primero me desplacé a la lista de misiones a ver qué estaba a mi altura. Después de responsabilizarme de varias recogidas de paquetes, me coloqué frente al mostrador de una aerolínea espacial y pedí un vuelo al primer destino que tocaba. Bajé al muelle para subirme en mi transporte y me recibió una amable señora que rápidamente despegó. Acompañadas (mi personaje es una tía con aspecto de veterana) por un par de temazos de Strauss nos lanzamos al hiperespacio y en unos minutos estábamos aterrizando en mi satélite de destino.

Ahora bien, cuando salí de mi transporte empecé a sentirme francamente tonto. Todavía sonaba en mi cabeza la melodía del Danubio Azul cuando me di cuenta de que hacía frío y no sabía qué tenía que hacer (bueno, al menos ya sabía que si me intentaba escanear un agente de la ley tenía que quedarme quietecito, ejem). No había ni rastro del paquete en la lista de ubicaciones de mi menú. Por fin encontré un panel de información del asentamiento, y ¡por fin encontré la ubicación del paquete! No sin antes dar un par de rodeos, conseguí el paquete y salí al encuentro de mi nave. La nave no estaba. Hacía frío.

¡Ah! Pero tras dar un par de vueltas al menú de acciones, conseguí encontrar la solicitud del viaje de vuelta. Y esto, señoras y señores, fue una misión de "conflicto bajo". Debo dejar claras dos cosas: primero, conozco Elite Dangerous y sé el nivel de complejidad que tiene, pero también sé lo que cuesta dominar sus sistemas de gestión de misiones y los meros controles del juego; segundo, una vez pillado el tranquillo, la cosa coge ritmo y todo es muy gratificante. ¿Todo, Comandante Emegé? No, todo no, porque esto es una alfa.

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Puede llegar a ser Odyssey el simulador espacial que todos ansiamos? Definitivamente, sí

Hay cosas que he visto cambiar en el poco tiempo que llevo jugando (como el tiempo que se tardaba en viajar entre planetas en "taxi"), y es verdad que en ocasiones he temido por la integridad de mi partida cuando se ha quedado todo bloqueado y no he logrado recuperar mi progreso hasta que he cerrado el juego por completo, pero es natural. Pero vengo a decir que Frontier Development está aprovechando muchísimo esta fase para tomar buena nota de los fallos y las recomendaciones (y quejas) de quien está jugando a la fase privada para convertirlo en una expansión digna. Es enorme y muy ambiciosa, por lo que espero que se lo tomen con calma antes de llegar al mercado con algo a medio hacer.

Parte de la grandeza de esta expansión reside en un remozado técnico que afecta a los efectos, los reflejos, las texturas, el detalle de los mapas, la existencia de personajes con su IA, etc. Evidentemente, esto ha afectado al rendimiento del juego, y con deciros que de normal Elite me corría a 100 fps y ahora en ocasiones bajo a 50 a pesar de tener las opciones en "medio", creo que queda bastante clara mi experiencia. Ahora bien, todavía estamos en una alfa, por lo que el trabajo de optimización será uno de los principales caballos de batalla del equipo de desarrollo. Pero no me quiero despistar mucho con detalles técnicos, ¡que ahora hay pistolitas!

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Perdón por dejar el tema pendiente, pero quería generar misterio. Si bien las primeras misiones recomendables que podemos realizar son en zonas de puro chill, las hay que ocurren en zonas de conflicto o que consisten puramente en asesinar a un malhechor. Antiguamente esto implicaba aparecer en una zona de un sistema solar plagada de navecitas y ver los fuegos artificiales. En este caso consiste en llegar a un campo de batalla espacial y tratar de matar un poco, pero todavía no hay fuegos artificiales: el gunplay es francamente tosco. Las armas se sienten algo ligeras, poco rotundas, como juguetes; las mirillas todavía no cumplen bien su finalidad; los disparos parece que no llegan bien a los enemigos (y, de hecho, tampoco los disparos enemigos nos llegan bien a veces)… En definitiva: hay trabajo por hacer; dejémoslo ahí. Sin embargo ya sé de sobra cómo funcionan estas cosas, queda un largo trabajo de pulido por delante y lo bien que está el resto del juego me lleva a ser tremendamente optimista.

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Inconvenientes de la alfa aparte, creo que lo más importante que hay que dejar claro de cara a la futura llegada de Odyssey es que se trata de Elite Dangerous. ¿Qué implica esto? Ofrece una experiencia francamente obtusa. Puede que se trate de un juego del espacio en primera persona (y puede que mucha gente esté ansiosa por empezar una segunda vida en Star Citizen dado el estado de las cosas en nuestras vidas actuales), ¡pero no deja de ser una expansión de Elite Dangerous! Es decir, que tiene mucho de darse cabezazos contra la pared —una pared espacial, por supuesto— hasta que entendemos cómo narices arreglarse con todos los componentes de la jugabilidad, desde pilotar una nave a meterse en líos de facciones.

Entonces, ¿puede llegar a ser Odyssey el simulador espacial que todos ansiamos? Sí, definitivamente, porque no deja de ser uno de los juegos espaciales más vastos que existen, y porque Frontier va por muy buen camino. Aparte de todo lo que tiene que trabajar con ayuda de lo aprendido con la alfa, creo que lo que más necesitará en el futuro es un hermoso tutorial que reciba a quien juegue de nuevas, le dé un reconfortante abrazo y le mande a hacer su primera misión como quien manda a sus hijos a la escuela. Si no, tiene el peligro de que se vayan haciendo el moonwalk, porque no todo el mundo está en disposición de enfrentarse a los menús y las gestiones que hay que realizar antes de lanzarse a la aventura espacial.

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