Imagínate que un buen día un misterioso ser te secuestra y te mete en un barco en medio de la nada del que sólo puedes escapar participando en un macabro juego. ¿Sus participantes? Nueve personas. ¿Sus salidas? Nueve puertas. ¿El tiempo que nos queda para sobrevivir? Nueve horas. Así es 999, una novela interactiva de la que sólo saldremos con vida resolviendo sus enrevesados puzles.
Hotel Dusk, Another Code, Phoenix Wright, Profesor Layton... El género de la novela interactiva ha resucitado y se ha fortalecido de manera sorprendente en Nintendo DS, consiguiendo encandilar tanto a veteranos del sector del videojuego como a nuevos usuarios dispuestos a interactuar mientras leen y se divierten.
Así que a nadie debería extrañar que otra compañía de reputada trayectoria, como Chunsoft, haya decidido incorporarse a la tendencia de mezclar interesantes historias con satisfactorios puzles. De hecho, bajo esa misma premisa, nace 999: Nine Hours, Nine Persons, Nine Doors, videojuego exclusivo para Nintendo DS creado por los mismos que hicieron posible otra novela interactiva, 428: In a Blockadded Shibuya (2008), que recibió una puntuación perfecta por parte de Famitsu.
Juego mortal
De esta forma, y para seguir con los éxitos, 999 continua sus pasos para erigirse como una intrigante aventura cuyo eje principal es el guión que Kotaro Uchikosi (participó en Ever 17: The Out of Infinity) ha escrito para la ocasión. A medio camino entre películas como "Saw" o "Cube", y con un paralelismo más que evidente con respecto al film "House of 9", el japonés nos propone un argumento de ficción dotado de un ritmo lento, con mucho suspense, pero altamente absorbente y profundo.
Con múltiples giros, la trama nos sitúa en la piel de Junpei, un joven que se ve arrastrado hasta el camarote de un crucero perdido en mitad de la nada, aunque pronto descubrirá que no está solo en el que se dibuja como un macabro juego -conocido como "Nonary Game"- donde participan nueve personas (aparentemente sin conexiones entre ellos) que se ven obligados a colaborar para sobrevivir. Todo podría ser hasta llevadero si no fuera porque el barco se está hundiendo, por culpa de un (suponemos que desequilibrado) particular capitán -un tal Zero- que nos ha dado nueve horas para encontrar la salida en este navío repleto de puzles y trampas mortales.
En definitiva, una auténtica pesadilla para nuestros protagonistas, pero una verdadera gozada narrativa para los usuarios. A aquellos que les guste leer mientras resuelven algún que otro puzle, 999 es un magnífico regalo. La técnica novelística empleada es, con casi toda seguridad, una de las más depuradas para la portátil de doble pantalla, ya que no sólo se dedica a contar lo que está sucediendo, sino a dar descripciones detalladas del entorno, a mostrarnos diálogos de personajes y hasta a incidir en los pensamientos internos del protagonista.
Una novela electrónica, en definitiva, que no sería videojuego si no fuera por la interacción que nos otorga, permitiéndonos optar entre varias opciones durante el progreso del juego (se promete largo) que afectan al transcurso del mismo. Incluso podemos causar la muerte de diferentes personajes o nuestra prematura desaparición de la trama -y, por tanto, fin de la partida- en hasta seis finales distintos, aunque sólo uno es el verdadero.
Pero este no es el único poder interactivo que tenemos como jugadores. Un factor esencial de 999 son los puzles, que nos invitan (con mecánicas reminiscentes de aventuras gráficas como Myst) a explorar diferentes entornos para, habitualmente, encontrar una salida. Y esto será algo que deberemos conseguir buscando en los escenarios (normalmente habitaciones cerradas) una serie de objetos que utilizar y combinar entre sí. De esta manera, tendremos situaciones como, por ejemplo, abrir un armario para encontrar un destornillador que, a su vez, nos servirá para obtener la foto de un marco que, en su parte posterior, oculta una pista valiosa para resolver el enigma.
Todo utilizando el stylus a fin de interactuar con entornos basados en imágenes estáticas, como la práctica totalidad de una obra firmemente apoyada en una serie de fondos e imágenes de personajes que muestran su estado de ánimo en virtud a un estilo artístico "anime" muy remarcado. Eso sí, que nadie se engañe, porque todo en 999 está muy occidentalizado, desde el guión hasta algunas situaciones donde no falta el lenguaje soez y situaciones dantescas.
En resumen, un título muy maduro que a veces roza lo "gore" pero sin llegar a sobrepasar nunca el límite de lo absurdo, como suele ocurrir en este tipo de producciones. Los japoneses de Chunsoft parecen haberse comedido bien dentro de un producto que también se promete muy rejugable. Y no podía ser de otra manera, sobre todo si consideramos que el videojuego es lo más parecido a ponernos delante de uno de esos "libros juego" (recuérdese la serie "Elige tu propia aventura") que tanto abundaban entre los años ochenta y noventa.
Sin lugar a dudas, una propuesta francamente interesante de la que tan sólo tememos que no termine de llegar a Europa, puesto que además de poseer cientos de líneas de texto, su éxito de ventas (que no de críticas) ha resultado ser discreto tanto en Japón como en EEUU.