Una de romanos. Los alemanes de Crytek cambian de registro con una exclusiva de lanzamiento para Xbox One. Con Ryse: Son of Rome buscan la gloria, ahora también en el coliseo. Os contamos cómo hemos sobrevivido al circo romano en la modalidad cooperativa mostrada en plena Gamescom. ¡Lucharás para vivir!
La reacción ante Ryse: Son of Rome (uno de los grandes exclusivos de lanzamiento para Xbox One) fue cuanto menos polémica cuando se mostró por vez primera en el pasado E3. El videojuego que están desarrollando los alemanes de Crytek sorprendió -y no para bien- por la cantidad de eventos “quick time” en que se basaba, dándonos una jugabilidad que invitaba a manejar a un general romano (conocido como Marius Titus) en una muy personal lucha de venganza.
Un viaje al interior de este líder que supondrá la excusa principal de la campaña, que nos promete un carácter realmente épico y visceral. Sin duda, un enfoque apetecible, más considerando que los juegos sobre la temática no abundan, además de que no siempre están realizados por grandes de la industria, como en este caso los autores del laureado Crysis.
Lucha o muere
Pero esta vez nuestra atención no recae sobre la vertiente individual, sino sobre el componente multijugador. En concreto, durante la Gamescom pudimos probar una modalidad cooperativa (para dos jugadores) bajo el título de “Blood Brothers”. Una opción atractiva que nos arroja a nuestra suerte en el interior de varios coliseos a los que deberemos sobrevivir. Ayudarnos entre nosotros será fundamental, pero también ser fieros con el manejo de la espada.
Los desarrolladores han prometido cerca de una decena de mapas para esta modalidad, la cual descansa en la mecánica de cumplir varios objetivos mientras despachamos a las oleadas de soldados, bárbaros y demás calaña que intentará acabar con nuestra vida. Pero somos gladiadores, grandes expertos en la técnica de la lucha, así que no les resultará nada fácil. Más cuando estamos en compañía de otro jugador y tenemos a nuestra disposición un elevado número de recursos.
Cada escenario dispone de sus propias particularidades. Uno puede tener trampas al estilo de palos con pinchos que rotan continuamente; otro estar basado en diferentes alturas, con abismos mortales. Aprovechar el terreno en nuestro beneficio es fundamental, pero no es lo más importante... Por supuesto, ser buenos con el acero y el escudo es prioritario, algo que en consecuencia nos lleva al origen de la controversia vinculada a este juego: los eventos “quick time”.
Ryse: Son of Rome continúa defendiendo el sistema de combate que estrenó en el pasado E3. Tenemos un botón para ataque normal y otro para ofensiva fuerte, los cuales se pueden combinar con el fin de crear combos. También podemos elevar el escudo para romper una embestida rival, dejándolo expuesto a un contraataque. El esquema funciona. Es básico y tal vez algo lento, pero recompensa el “timing”, más cuando entran en juego las ejecuciones, activables en el momento en que aparece una calavera al lado de la cabeza de nuestro rival.
Las ejecuciones son sencillas de iniciar, aunque no tan fáciles de resolver. Un aspecto muy positivo es que se haya eliminado la guía para pulsar la secuencia de botones planteada para cada “finisher” (hay muchos diferentes). Ahora, en su lugar, la silueta del enemigo en cuestión se colorea del color del botón que debemos presionar, todo durante un brevísimo instante. Acertar implica un ataque más contundente -y sanguinario-. Fallar no castiga.
Al menos, y tal vez para no poner las cosas tan fáciles, los diseñadores están pensando en eliminar esta ayuda de colores en los grados de dificultad más elevados, de forma que debamos intuir el botón a presionar (aspecto que los desarrolladores afirman que será posible). Argumentos esperanzadores para un juego, y en concreto para una modalidad cooperativa, en la que existen ejecuciones asistidas, aún más espectaculares si cabe que las individuales.
Ryse: Son of Rome será un videojuego que preste una especial atención a la sensación de progresión. Por ejemplo, al final de cada batalla cooperativa recibiremos una puntuación en función de cómo lo hayamos hecho. Hasta durante la propia partida tendremos el "feedback" del público del coliseo, mediante un indicador que nos avisará si la gente se está aburriendo o se lo está pasando en grande con el baño de sangre.
Cuanto más nos esforcemos, más experiencia ganaremos y más ascenderemos, obteniendo acceso a nuevas ejecuciones, cada vez más brutales. Incluso puede que obtengamos nuevas habilidades -accesibles todas ellas mediante las direcciones en la cruceta del mando-. ¿Queremos curarnos? ¿Necesitamos incrementar nuestro daño en los ataques? ¿Deseamos ganar más experiencia? ¿Nos interesa ralentizar el tiempo? Todo esto será posible en el videojuego de Crytek, mediante una simple presión del stick direccional.
Después de todo, el título ha mejorado ligeramente con respecto a lo que vimos en el E3. Sin embargo, todavía nos quedan dudas sobre su propuesta. El espíritu hack 'n slash, combinado con eventos "quick time", en este caso resulta en una jugabilidad tal vez algo automática. Esto es algo que sigue sintiéndose a pesar de los esfuerzos realizados. Pero habrá que esperar para conocer el verdadero resultado. ¿Gloria o pasto de los leones? Sólo podremos saber el destino de los alemanes el próximo mes de noviembre