Nos desplazamos hasta San Francisco (EEUU) para convertirnos por un día en Sly Cooper, protagonista de uno de los regresos más esperados de este 2012, sobre todo para los usuarios de PS3. Plataformas clásicas, sigilo, variedad de situaciones y, sobre todo, el mantenimiento de las bases del original en un videojuego que pretende cumplir la siempre difícil misión de satisfacer a los fans.
Han pasado siete años desde el último videojuego dentro de la franquicia Sly Cooper, una de las más queridas por los usuarios de PlayStation. Y la expectación se nota. Ha crecido desde el anuncio de una nueva entrega durante el pasado E3, y lo cierto es que no se ha detenido en todo este tiempo. La mejor prueba la hemos tenido recientemente con la visita a los estudios de Sanzaru Games, en San Francisco (EEUU), donde en cada pasillo y rincón podía respirarse una gran pasión por la saga que un día crearan los responsables de Infamous, los también estadounidenses de Sucker Punch.
Ahora, la compañía se encuentra totalmente enfrascada en nuevos proyectos, y tal vez ahí radica la principal razón por la que hayan dejado la marca en manos de Sanzaru Games. Puede que no sea la empresa con el currículum más arrollador (basado en ports, como el de Secret Agent Clank para PS2), pero parece estar realizando un espléndido trabajo con Sly Cooper: Ladrones en el tiempo.
Desde luego, ser fans de la propia serie de videojuegos ayuda, y es que de ahí arrancó su interés por llevar la trilogía a un formato HD (recordemos, The Sly Collection) para PS3. Eso les ha ayudado definitivamente a comprender mejor el concepto plataformero original, el cual están intentando rescatar fielmente, en esta nueva entrega, para no defraudar a los miles de seguidores que esperan este exclusivo regreso para la bestia negra de Sony.
SCE, por tanto, tenía muchos motivos para confiar en estos desarrolladores, en cuyas oficinas puede sentirse ya la tensión de un lanzamiento cercano (el juego llegará al mercado este mismo año). Los californianos se juegan mucho, y por ello no van a modificar sustancialmente lo que hizo grande a los juegos de Sly Cooper anteriores, sino que más bien van a leer sus mejores atributos para traerlos a la actual generación, con todas las ventajas (y dificultades) que ello implica.
Ladrones en el tiempo
Todo bajo un interesante argumento que nos sitúa (a modo de secuela de Sly 3) en el papel de nuestro querido mapache ladrón en salvar un misterioso libro, el Thievius Raccoonus, cuyas páginas, que contienen todo un compendio de técnicas pertenecientes a nuestros ancestros ladrones, están empezando a borrarse misteriosamente. Una sencilla excusa, en definitiva, para llevarnos a diferentes episodios temporales y localizaciones, gracias a la máquina del tiempo que el propio Bentley (ya sabéis, esa tortuga tan simpática sobre silla de ruedas) se ha encargado de fabricar.
Sly Cooper: Ladrones en el tiempo es por tanto un título que pretende, ante todo, ofrecernos una potente variedad de planteamientos. Ese es el principal motivo por el que divide su estructura en diferentes mundos donde a su vez gozamos de un limitado grado de exploración antes de sumergirnos en los distintos niveles que contiene. Y lo más interesante no es esto, sino que cada fase comprende el uso de un personaje en particular, con lo que será frecuente alternar en la acción a Sly Cooper, Murray, Bentley y, sobre todo, a los antepasados de nuestro héroe, como podría ser el caso de Rioichi Cooper (un maestro chef, inventor del sushi, con dotes samuráis).
El humor se plantea como algo clave, por tanto, en una aventura muy equilibrada donde tan pronto estaremos explorando el "hub" que interconecta niveles (en busca de desbloqueables, por qué no) como decidiendo si completar antes una fase u otra en función de si nos apetece manejar más a uno u otro personaje.
Respetando al original
Sin embargo, hay algo aún más importante que todo esto, y son las propias mecánicas de juego. Resulta curioso, en este sentido, que a Sanzoru Games le cueste hablar de su juego como un plataformas, pero en esencia es este el género que mejor define a la obra. Sly Cooper: Ladrones en el tiempo no duda en imitar a sus predecesores, calcando tanto estilo como posibilidades de juego. Así, el videojuego vuelve a centrarse en la superación mediante saltos y sigilo de múltiples obstáculos, desde secciones que requieren pura habilidad hasta otras donde deberemos escapar de las miradas de los enemigos que patrullan el área.
La combinación de ingredientes da lugar a un enfoque tan conocido -para los amantes de la serie- como poderoso, y eso es algo muy positivo. Puede que no veamos grandes innovaciones, con pruebas que nos proponen esquivar los típicos láseres, evitar focos de vigilancia o robar llaves para seguir avanzando, pero resulta sorprendente cómo el esquema, propio de la pasada década (e incluso la anterior a ésta, si nos apuráis) sigue funcionando.
Este regusto a dinámicas plataformeras clásicas viene directamente inspirado por las influencias recibidas de los anteriores videojuegos de Sly Cooper. Crear las adaptaciones en HD definitivamente ayudó a los desarrolladores a comprender mejor las dinámicas jugables ideadas por Sucker Punch. Ahora bien, imitar a alguien no siempre es fácil, ni tampoco lo único que debes hacer. Tienes que comprenderle muy bien, al tiempo que añades una propuesta fresca y original. Sanzoru Games, afortunadamente, también parece haber comprendido este último aspecto.
Amigos y trajes, las novedades del nuevo Sly Cooper
Evidentemente, no nos encontramos ante grandes innovaciones, pero al menos el videojuego se preocupa por darnos alternativas. Así, se nos desveló que controlaremos a otros personajes como Murray (mas centrado en la acción y en el uso de la fuerza bruta) o Bentley (que nos presentará su contundente repertorio de "gadgets"). Un carrusel de situaciones que, sin embargo, se centra mayoritariamente en Sly Cooper y sus ancestros, como es el caso del ya citado Rioichi, que mediante sus habilidades de sigilo -propiciadas por su traje samurái- nos ayudó para movernos por el decorado sin ser detectados.
Y sí, lo sabemos, queréis escuchar verdaderas novedades. Lo cierto es que no hay muchas, por lo menos que se hayan desvelado, pero podemos comentar uno de los aspectos en los que más incidieron los estadounidenses: la presencia de distintos uniformes. En cualquier momento de la misión podremos equipar a nuestro protagonista con un repertorio de trajes que iremos consiguiendo y que no sólo nos servirán para superar la fase en juego, sino también para hallar tesoros ocultos en aquellos que ya hubiéramos superado.
Para más detalles, comentar que tuvimos ocasión de probarnos una especie de uniforme a lo Robin Hood cuya mayor particularidad es que nos permitió lanzar flechas, y no precisamente para acabar con enemigos, sino para acertar dianas y lanzar cuerdas que nos sirvieran posteriormente para navegar a través del escenario.
Una llamativa incorporación que tendremos que ver si logra añadir complejidad y elementos puzleros a la aventura, lo cual sería sin duda algo muy de agradecer. En cualquier caso, nos gustó que el título no resultara especialmente fácil. Al parecer, nuestras vidas son infinitas, y nuestra única penalización por fallar un salto o ser detectados parece que consiste en mandarnos al último "checkpoint"; pero la presencia de un único nivel de dificultad puede suponer un gran aliciente, y más si el reto está tan bien ajustado como en las partidas que pudimos disfrutar en las oficinas de Sanzaru Games.
Una visita que aprovechamos para echar una ojeada a los correos de los fans (con peticiones como añadir algún jefe final equipado con una AK-47), pero que sobre todo nos dio algunos datos adicionales, como que habrá monedas que recolectar -ideales para desbloquear elementos accesorios-, que se está estudiando la integración de los controles de Move y que se añadirá una vertiente multijugador. Eso sí, siempre manteniendo el espíritu original.
¡Cartoonízate!
Un espíritu que se muestra colorido, con una estética "cartoon" enfatizada por los elegantes bordes negros que presentan cada uno de los modelados en escena. Y los fans pueden estar tranquilos, porque una de las características más demandadas (el mantenimiento del aura original) se ha cumplido, con los diseños originales de los personajes, que en lugar de ser reinventados han sido retocados para ajustarse a los gustos de los seguidores de esta franquicia.
Un esfuerzo, en consecuencia, muy intenso que se ve materializado en el "hardware" de PS3, dándonos mundos tres veces más grandes que los de la trilogía original, a la par que se introduce una mayor densidad en los niveles. Las animaciones de los personajes y su expresividad, de igual forma, se ven favorecidos por las bondades de la máquina, que ofrecerá soporte para 3D estereoscópico a todos aquellos que dispongan de un televisor o monitor compatible.
Mucho trabajo, pues, detrás de un lanzamiento que cuenta en adición con voces a la altura. Así, entre los dobladores hemos podido distinguir a Nolan North (responsable de la voz de Nathan Drake). No será el único, y es que se nota la mano de Sony Computer Entertainment tanto en el ámbito financiero como de realización para un regreso que, aunque no llegue a revolucionar, sí que supondrá un brillante exponente en el género, y más en una época en que los plataformas no abundan precisamente.