Han pasado ya cinco años desde que Don’t Nod, especialmente conocidos por la saga Life is Strange, sorprendieran al mundo con Vampyr. En este action RPG la compañía gala intentó crear un ambicioso mundo vivo donde nuestras decisiones como chupasangre impactaran directamente en la ciudad; a pesar de su fallido sistema de combate, fue una obra con muchos defensores y un espíritu muy particular que en parte hereda el título que hoy nos ocupa.
Hemos podido jugar aproximadamente 2 horas a una versión bastante cercana a la final de Banishers: Ghosts of New Eden, un action RPG de mundo abierto donde nos convertiremos en jueces, jurados y verdugos de las pobres almas de este reino, todo con una importante decisión de fondo: ¿seríamos capaces de dejar ir a la persona que más amamos, o traicionaríamos todos nuestros principios para traerla de vuelta?
¿A quién vas a llamar? ¡A los desterradores!
La premisa de Banishers: Ghosts of New Eden se centra en la figura de los banishers o desterradores, personas que se dedican a cazar espíritus que han quedado atrapados en nuestro reino; estos entes pueden materializare de muchas formas, llegando a causar daños a los vivos, tanto de forma directa como indirecta. El primer punto de interés lo encontramos en la inusual pareja protagonista, ya que manejaremos a Red y Antea, dos desterradores enamorados. No solo es poco habitual controlar a una dupla de personajes que mantienen una relación ya establecida, sino que además uno de ellos, Antea, es un espíritu.
Tras una misión complicada, Antea es asesinada ante los ojos de Red. Al descubrir ambos que Antea ahora es un fantasma, se les plantea un dilema importante, y por tanto a nosotros como jugadores: desde el principio tendremos que comprometernos con una resolución al problema de Antea. Tendremos que decidir si buscaremos su descanso para que su alma pueda pasar al otro mundo, o bien si intentamos resucitarla a través de rituales poco éticos, consumiendo las almas de otras personas, e incluso engañando y matando a gente únicamente para nuestro beneficio.
Esta decisión inicial tan relevante nos situará en un camino concreto, pero sus responsables nos comentaron que podremos cambiar de parecer a lo largo de la aventura. Es más, esperan que así lo hagamos. Y es que Banishers: Ghosts of New Eden es un título en el que, a pesar de situarnos en una estructura jugable muy reminiscente de los más recientes God of War, el componente narrativo y nuestras elecciones a la hora de juzgar a los personajes que nos encontremos tendrán una importancia vital. No solo eso, sino que, al menos de momento, parecen las principales fortalezas del juego.
Pudimos jugar dos secciones muy diferenciadas en esta primera toma de contacto. En la primera, disfrutamos de una parte del prólogo del juego, muy lineal, cinematográfica y tutorizada para familiarizarnos con sus mecánicas. En la segunda, se nos dio libertad para recorrer la región de New Eden (un mundo abierto de un tamaño mucho mayor del que esperábamos), así como disfrutar de misiones secundarias y encargos del mundo, todo ello con unos Red y Antea muy evolucionados para poder así experimentar la profundidad que exhibirán los combates del título a medida que avanza la trama.
Banishers: Ghosts of New Eden se juega en tercera persona con una cámara trasera muy cercana en nuestro hombro; podemos alternar el control entre Red y Antea en cualquier momento, ya sea durante la exploración del mundo o durante los combates. Las habilidades sobrenaturales de Antea nos permitirán descubrir elementos invisibles en nuestro plano, así como desplazarnos más rápido. Red, por su parte, es quien interactuará con elementos como cofres o palancas haciendo uso de su cuerpo físico.
Estas diferencias que implican la forma espiritual de Antea también se trasladan al combate. Si habéis jugado a los últimos God of War, aquí encontramos unas luchas muy similares; no en vano, sus responsables nos confirmaron que se inspiraron en la jugabilidad exhibida por Kratos para diseñar sus sistemas, y se nota. Red hará uso de golpes ligeros y fuertes con una espada, y también contará con un rifle de la época para atacar a distancia; podrá hacer un ataque final, esquivar, protegerse y hacer parry para contraatacar. Antea aparecerá en ocasiones para ayudarnos a alargar los combos, y si queremos cambiar el manejo entre uno y otro tendremos que rellenar una barra. No podemos hacer que Antea se manifieste físicamente mucho tiempo, y si su barra de vida se agota tendremos que volver a cargarla a golpes con Red.
El componente narrativo y nuestras elecciones parecen las principales fortalezas de Banishers: Ghosts of New Eden
Cuando manejamos a Antea, combatimos a puñetazos, pero más adelante desbloquearemos poderosos conjuros de explosión, desplazamiento o de invocación de espadas, entre otros. Enfrentaremos tipos de enemigos muy variados, tanto físicos como inmateriales (incluso pueden poseer cadáveres del campo de batalla en mitad de las refriegas, cambiando así su estado), que serán más débiles dependiendo de su condición hacia uno de los protagonistas.
Por supuesto, también contaremos con árboles de habilidades donde potenciar a nuestros personajes, donde mejorar nuestras características y aprender nuevas técnicas, pero también tendremos sistemas de crafteo y de mejora de inventario, así como de personalización de nuestro equipo a través de amuletos y similares. En general, el combate de Banishers: Ghosts of New Eden se sentía muy bien, dando encuentros divertidos, dinámicos y rápidos gracias a la mecánica del cambio de personaje según los tipos de enemigos y las diferencias entre sí. Tengo dudas de cómo aguantará el tipo conforme avancen las horas, ya que parece que será una parte muy importante del conjunto; de hecho, muchos de los retos secundarios del juego que tendremos en su escenario, como los Voids o los nidos, se centran en desafíos particularmente complicados dentro de las luchas. Pudimos jugar varios de ellos, y sí, las sensaciones son muy buenas, pero echo en falta un poco más de complejidad y recursos en los combates. Veremos qué tal funciona en la versión completa a lo largo de las horas.
La verdad está ahí fuera
Como mencioné antes, el principal atractivo de Banishers: Ghosts of New Eden reside en su narrativa, y es algo que se explota al máximo en un tipo de misiones especiales que presenta: los Haunting Cases. Estos casos secundarios nos mostrarán problemas de todo tipo que viven los habitantes de New Eden en relación a espíritus; todos están relacionados con temática paranormal, y suelen tener como responsable a un fantasma con alguna clase de arrepentimiento, y a un vivo que no dice toda la verdad. La jugabilidad en estos casos cambia bastante, recordando por momentos a los títulos de Sherlock Holmes de Frogwares. Recabando información de las partes implicadas, haremos un perfil de las mismas que irá cambiando según los elementos que vayamos encontrando en las diferentes escenas del caso. La exploración será vital para encontrar los objetos clave para entender lo que ha pasado.
En estos casos, la ambientación y la apuesta de Banishers: Ghosts of New Eden por una narrativa llena de ambigüedad y fascinantes dilemas morales se revelan como unos enromes aciertos capaces de justificar por sí mismos todo el conjunto. La escritura de estas misiones es excelente, con un plantel de secundarios que, no solo muestran estupendas interpretaciones, sino que plantean problemas muy complicados de juzgar desde una perspectiva moral; esta dificultad a la hora de dictar una sentencia acerca de lo ocurrido es la chispa necesaria para hacer que brille esa decisión importante del principio: ¿seremos capaz de condenar el alma de esta persona, aún entendiendo sus motivos? ¿Preferiremos perdonar o castigar? ¿Dónde dibujaremos la línea a la hora de elegir usar o no estas almas en beneficio de Antea?
Pudimos jugar varias, y todas se las apañaban para hacer que, al final, nunca tuviéramos claro si estábamos haciendo lo correcto, y eso es maravilloso. Según sus responsables, uno de sus objetivos era que el jugador no se sintiera juzgado a la hora de seguir ciertos caminos, y eso es algo que solo podían conseguir con un guion de esta calidad. Es cierto que podrían haberse añadido mecánicas más parecidas a las del detective más famoso del mundo, como las de explorar más detenidamente los objetos o la ropa de los personajes, ya que la resolución a nivel jugable es muy sencilla; sin embargo, eso no quita que se sigan con el mayor de los intereses, y que me haya quedado con muchas ganas de seguir gozando esta suerte de Entre Fantasmas colonial.
En definitiva, Banishers: Ghosts of New Eden pinta bastante mejor de lo esperado. Es una propuesta mucho más ambiciosa que Vampyr, no solo a nivel de escala, sino también en lo jugable y narrativo. El interesante conflicto inicial entre Red y Antea sirve para vertebrar una historia de tintes sobrenaturales en un mundo abierto lleno de historias que contar; puede que no esté aupado por un apartado técnico apabullante, pero a nivel artístico lo compensa con solvencia. Aunque mis mayores dudas surgen de su jugabilidad, sobre todo en relación a la sencillez del combate y a lo incómodo de su navegación por su mundo, en apariencia, vacío (y a las fricciones entre ambos apartados), tendremos que esperar a la versión final para disiparlas. Banishers: Ghosts of New Eden llega el próximo 13 de febrero a PS5, Xbox Series X/S y PC.
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