La redacción de 3DJuegos ha sido invadida por Nathan Spencer y su brazo biónico. El mítico Bionic Commando regresa más de 20 años después con la ambiciosa intención de hacernos olvidar al original con su espectacular salto a las tres dimensiones.
Por fin hemos tenido oportunidad de pasar las primeras horas con Bionic Commando con la tranquilidad de la redacción, y hemos recorrido arriba y abajo las derruidas calles de Ascension City para contaros qué nos ha parecido la próxima promesa de los siempre fascinantes Capcom.
Nathan Spencer se “pone las pilas” y no sólo cambia radicalmente su aspecto físico, sino también todos los patrones jugables que hicieron grande a su predecesor. El balanceo sigue presente, y los poderes del brazo mecánico también; pero el abandono de las 2D nos traen una experiencia completamente nueva.
Armas de Destrucción Masiva
Con un par de rápidas cinemáticas la campaña individual de Bionic Commando rápidamente nos pone en antecedentes. Los engendros biomecánicos que en su momento salvaron la tierra de la destrucción total en la actualidad son vistos como amenazas para la sociedad, y están recluidos en prisiones de máxima seguridad. Es el caso, por ejemplo, de Nathan Spencer, que ha pasado los últimos años encerrado y al que han privado de su brazo mecánico.
La situación en un futuro todavía más lejano, sin embargo, ha cambiado drásticamente, y ahora las autoridades vuelven a recurrir a la ayuda del protagonista, que ahora presenta un aspecto muy distinto. Lejos queda su cabellera corta y rojiza, y ahora el héroe ofrece un look más transgresor, marcado por una barba desaliñada y un peinado en forma de rastas.
Ya con los primeros minutos de Bionic Commando rápidamente nos damos cuenta de nos encontramos ante algo especial, y podemos sentir a cada paso que damos el increíble mimo que Capcom ha puesto con el título que nos ocupa. Para cualquier compañía el menú de un videojuego es un mero paso obligatorio que se soluciona, literalmente, “de cualquier manera”. En este nuevo videojuego de la compañía nipona el menú es un delicioso ejercicio temático que entronca perfectamente con el espíritu del videojuego, y que ofrece un modelo muy original de distribución de las opciones, acompañado todo ello de una fantástica revisión del tema musical original de Bionic Commando pasado por un elegante barniz de piano.
Si esto es aplicable para menús e interfaces, el cariño y el mimo no es menos en el resto de aspectos del videojuego, los más importantes. Comenzaremos en un edificio en ruinas dando nuestros pasos iniciales en el ejercicio de nuestra primera misión, y buscando nuestro brazo mecánico que ha sido lanzado en una cápsula diferente, y que se ha extraviado en el proceso de transporte. Así tomaremos contacto con los movimientos más básicos de Nathan, y experimentaremos con los tiroteos y combates más sencillos que encontraremos en el videojuego.
Ingeniería Biomecánica
En el momento en que damos con el legendario brazo comienza la verdadera aventura, no sin antes tener que superar un arduo tutorial. Éste es de carácter completamente voluntario, pero nos ofrecerá las primeras y francamente necesarias instrucciones sobre cómo manejarnos con las funciones de este atípico complemento.
Esta parte se realiza a modo de flashback justo después del mencionado prólogo de acción, y nos presenta a Nathan con el aspecto del original. Pelo rojo, uniforme verde y gafas de sol, muy en la línea de lo que pudimos ver en el memorable y reciente Bionic Commando Rearmed. Tras superar, o abandonar, el mencionado tutorial realizaremos nuestro primer salto del ángel desde la azotea de un edificio, y tras caer en las calles de Ascension City comenzará nuestra aventura.
A ras de suelo el panorama es devastador, los edificios se desploman ante nuestros ojos, y las llamas y la actividad radiactiva marcan el camino estableciendo unos muros invisibles muy bien definidos. Así pues, y a pesar del descomunal tamaño que parece atesorar la urbe, nuestro tránsito a través de ella está claramente marcado. Esto no significa, sin embargo, que no podamos establecer nuestras propias rutas y recorridos desplazándonos por la ciudad, pero si que focaliza la acción para que no nos perdamos.
A los pocos minutos de testear empíricamente nuestras habilidades recién adquiridas con el brazo mecánico, rápidamente comenzarán los retos y los combates. Los saltos dejarán de ser un entrenamiento con caída segura, puesto que a pesar de que las botas de Nathan permiten salvar intactos enormes precipicios, si caemos sobre una sima o una zona radiactiva moriremos sin remisión. Los combates, por otra parte, podrán ser solventados mediante el cómodo e intuitivo uso de las armas de fuego o utilizando nuestro brazo para golpear. Los enemigos son tremendamente agresivos y certeros hasta en los niveles de dificultad más bajos, así que seguramente alternar ambas técnicas será la mejor estrategia.
Todavía es pronto para emitir un juicio sobre si este Bionic Commando estará a la altura del original, pero lo cierto es que las impresiones de momento son muy positivas. El videojuego llegará a las tiendas en mayo para PlayStation 3 y Xbox 360, la versión de Pc deberá esperar.