En plena ola de propuestas gratuitas para los amantes de los títulos de disparos, los integrantes de 1C han lanzado al mercado un juego que aúna temática bélica, enfrentamientos contra otros jugadores y operadores en una sola propuesta. Así, después de tener la oportunidad de asistir a una presentación exclusiva de Caliber, un evento en el que pude charlar con los miembros del equipo, he dedicado varias horas de mi fin de semana a exprimir al máximo la experiencia de los creadores de títulos como King’s Bounty 2 que, al adentrarse en una experiencia más centrada en la acción, han demostrado su capacidad para crear un juego que, por encima de todo, es muy divertido.
Sin embargo, aunque la sensación general es positiva, Caliber cae en los mismos errores que algunas de las anteriores propuestas del estudio ya que no consigue dejar atrás su mayor carga. Aunque es uno de los juegos gratuitos más divertidos del mercado, la experiencia de 1C deja una sensación constante de irregularidad ya que, más allá de esa diversión, es fácil percibir distintos aspectos que empañan la experiencia. Por ello, aunque disfruté mucho mi periplo en las fauces de Caliber, siento que este podría haber sido mucho mejor si se hubieran pulido una serie de elementos que dejan un sabor de boca agridulce.
La diversión por bandera es la seña de identidad de este juego
Caliber ofrece opciones de todo tipo para aquellos jugadores más inquietos que quieran experimentar
Seré honesto: por encima de todo, Caliber es un juego divertido. Ya sea en el modo PvE, en el clásico PvP o en la curiosa propuesta híbrida que junta aspectos del PvE con el PvP, las sensaciones que transmite este título son positivas. En la primera modalidad, tuve la oportunidad de ahondar en el exitoso modo horda que tanto nos gusta a los fans del género, en un modo base que apuesta por distintos objetivos a lo largo del mapa y en el desafiante Spec Ops que ofrece un reto para los jugadores más habilidosos; a su vez, en el modo PvP disfruté enfrentando a otros jugadores en el clásico duelo por equipos y en el modo conflicto que enfrenta a equipos de 4 sin posibilidad de respawn.
No obstante, la experiencia más particular de Caliber la ofrece el modo híbrido que aúna lo mejor del PvE y el PvP. En una propuesta similar al clásico modo conquista, cada equipo tendrá un lado del mapa y tendrá que enfrentar a multitud de bots a la vez que intenta completar el objetivo secundario. Al carecer de respawn, la victoria se decantará del lado de aquellos que logren acabar con el equipo rival y, al mismo tiempo, alcancen el objetivo límite de puntos. Además, para aportar más “salsa” a la propuesta, a medida que avance el tiempo la IA neutral (los bots) se volverá más inteligente y los soldados que genere serán más fuertes y con más vida.
Así, Caliber ofrece opciones de todo tipo para aquellos jugadores más inquietos que quieran experimentar con las distintas modalidades del PvE, el PvP y el sistema híbrido. A esto, además, hay que sumarle las cuatro clases disponibles en el juego: asalto (más versátil e ideal para inexpertos), médico (de apoyo para el resto del equipo), apoyo (blindado, perfecto para romper líneas enemigas) y francotirador (más estratégico y enfocado a la distancia). De esta forma, Caliber ofrece una gran variedad de modos, de operadores y de otros aspectos como mapas, skins y armas. Pero, por desgracia, no es oro todo lo que reluce.
El juego flaquea en algunos puntos importantes
Aunque la jugabilidad es divertida, hay distintos aspectos que denotan que estamos ante un título que podría dar un poco más de sí. En lo referente a las distintas opciones jugable, destaca el uso de la 3ª persona que cambia a 1ª cuando se apunta; sin embargo, la ausencia de coberturas y las pocas animaciones de salto suponen un problema para los que buscan un título más inmersivo. Además, el desequilibrio entre héroes es patente ya que, por desgracia, la poca utilidad de los francotiradores no invita ni siquiera a darles una oportunidad. De hecho, existen operadores de distintas nacionalidades (rusos, estadounidenses e incluso españoles) que, por decisión del estudio, merecen más la pena que otros. Y esto, en esencia, desvirtúa el posible equilibrio que debería tener el juego.
A nivel visual, negar que es un juego que cumple a la perfección con su premisa sería caer en una mentira. Caliber es, por suerte, un título que rinde bien y que, además, es efectivo en lo que intenta. No obstante, la falta de animaciones en según qué situaciones denota que, aunque se esfuerce en intentarlo, estamos ante un juego gratuito con todo lo que eso conlleva. Y, entre los principales problemas de este, y aprovecho para dar un giro de 180º, se encuentra el desnivel que provocan las compras con dinero real. Esto, sumado a los errores de matchmaking, pueden dar lugar a partidas muy descompensadas que tiran por tierra toda la diversión que puede ofrecer el juego.
Por ello, aunque es un juego divertido que se disfruta más en compañía con amigos, es importante tener en cuenta que Caliber no es capaz de profundizar en distintos aspectos. En esencia, si quisiera resumir al mínimo lo que sentí mientras jugaba a esta propuesta bélica, podría afirmar que es uno de los títulos gratuitos más divertidos que he jugado. No obstante, de la misma forma que le doy valor a eso, tengo que profundizar en cómo podría ser aún mejor si el equipo hubiese ahondado en aspectos como el matchmaking, el desequilibrio entre operadores o lo mal implementadas que están las mecánicas pay-to-win. Pero, pese a ello, no deja de ser una de las experiencias más entretenidas que he jugado últimamente. Y, como ya he recalcado en varias ocasiones a lo largo del texto, tiene consigo una gran ventaja: es completamente gratis.
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