Análisis de Diddy Kong Racing DS

Análisis de Diddy Kong Racing DS
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Tras diez años de inactividad, Diddy Kong vuelve a sentarse en un kart con el objetivo de echar al malvado Wizpig de la hermosa isla de Timber. Mismo juego, mismas carreras y viejos conocidos, en un cartucho que esta vez no será para Nintendo 64, sino para la portátil de doble pantalla de Nintendo. ¿Habrá sentado bien el cambio a los personajes motorizados más carismáticos de Rare?

Cuando hablamos de Rare, nos referimos a una de las empresas de videojuegos con más solera en lo que a desarrollo de videojuegos se refiere. Fundada en 1983 por los hermanos Stamper, la compañía con sede en Twycross (Inglaterra) y conocida por aquel entonces como Ultimate se dedicó casi por completo al microordenador Spectrum, justo antes de que su relación con Nintendo floreciera. El acuerdo entre ambos expertos desarrolladores llevaría a crear un matrimonio de conveniencia que duraría casi quince años, concretamente hasta el año 2002, momento de inflexión para la compañía anglosajona: dejaba de ser la “second party” de Nintendo para centrarse casi exclusivamente en Microsoft.

De esos años y, particularmente de la época de Nintendo 64, salieron títulos que ayudaron de una manera crucial a que la compañía japonesa sorteara como buenamente podía las duras embestidas que estaba dando Sony con su PlayStation: “Goldeneye”, “Banjo & Kazooie”, “Conker’s Bad Fur Day” o “Perfect Dark” fueron títulos de una enorme calidad que ayudaron a Nintendo a soportar la escasez de lanzamientos. “Diddy Kong Racing”, junto a ellos, fue otro de los videojuegos que intentaron aportar su granito de arena, suponiendo por aquel entonces una alternativa innovadora frente al también notable “Mario Kart 64”.

Un juego de carreras poco convencional
Ahora, y después de diez años, Rare repite jugada. Ya con un título de carreras en el mercado portátil de Nintendo DS, el extraordinario “Mario Kart DS” de Nintendo, Rare decide (en un contexto en que la compañía no ha dejado de lanzar videojuegos para las portátiles de Nintendo) probar suerte con una versión de “Diddy Kong Racing” adaptada a las novedosas capacidades que ofrece esta consola. Básicamente, nos encontramos ante el mismo juego, los mismos circuitos, los mismos personajes y la misma jugabilidad. ¿Qué cambios ha realizado entonces Rare para hacer de este videojuego un título a tener en cuenta? Y lo más importante: ¿justifican esas modificaciones el relanzamiento de este videojuego?

No te confundas, el lápiz y el micrófono también se usan para jugar, bien para controlar las salidas, dar acelerones o propulsar el hovercraft. Eso sin contar los numerosos minijuegos y editores…
No te confundas, el lápiz y el micrófono también se usan para jugar, bien para controlar las salidas, dar acelerones o propulsar el hovercraft. Eso sin contar los numerosos minijuegos y editores…

Diddy Kong Racing fue un éxito de crítica en el año 1997. Su planteamiento de juego de carreras con tintes de aventura lo colocó en una posición privilegiada de cara a videojuegos de la misma categoría. No era habitual por aquel entonces que un título de carreras tuviera argumento y, la obra de Rare, aunque fuera poco elaborado, sí que lo incorporó. Wizpig, un enorme cerdo con poderes mágicos, había invadido Timber’s Island, y sus habitantes asustados decidieron pedir ayuda a los kong. Allí estaba Diddy, en su casa del árbol, dispuesto a coger su kart y ponerse camino a la aventura para reestablecer la situación de paz en la isla.

Una isla temática llena de magia
Así comienza “Diddy Kong Racing”, un videojuego de conducción-aventura que discurre en una pequeña isla perdida del mundo de Rare donde tendremos hasta cinco mundos por descubrir. Como ayuda contaremos con un genio, Taj, un divertido elefante que nos guiará en nuestro camino hasta el enfrentamiento final con Wizpig, proponiéndonos retos que nos facilitarán el aprendizaje en la conducción de los tres tipos de vehículos a los que tendremos acceso a lo largo y ancho de la aventura: un bólido, un aeroplano y un aerodeslizador para las carreras acuáticas.

El escenario en el que podremos hacer uso de dichos artefactos motorizados vendrá representado por una isla dividida en diferentes zonas, cada una con una temática diferente: la Edad Prehistórica, la Edad Media, un mundo helado, otro acuático y un último basado en el futuro. El acceso a cada uno de ellos vendrá determinado por la posesión de un determinado número de globos, elementos fundamentales en los que se sustenta el desarrollo del videojuego: a más globos, mayor número de retos. Así podría resumirse la filosofía del título, muy similar a la vista en obras de la importancia de “Super Mario 64”, donde las puertas también se abrían al poseer determinado número de estrellas.

Dentro de cada mundo podremos encontrar un total de cuatro circuitos (son exactamente los mismos que en Nintendo 64) más el añadido del enemigo final, al cual tendremos acceso tras resultar victoriosos en cada una de las carreras. La adición de estos enemigos también supuso una ración de aire fresco en su día. Correr contra un triceratops escalando una montaña, descender por un paisaje helado desafiando a una foca o volar con nuestro avión sorteando las bolas de fuego de un dragón, era una experiencia que dotaba a “Diddy Kong Racing” de algo especial.

Nintendo DS al servicio de la personalización…
Hasta aquí los elementos que se han mantenido en la versión de Nintendo 64. Pero, evidentemente, lo que debemos analizar son las novedades que, en nuestro caso, van a venir más por los añadidos o extras que por variaciones en la forma de jugar.

En primer lugar, nos encontramos con la recolección de monedas (en forma de bolas), dispersas por los circuitos, que nos permitirán comprar nuevas opciones: hasta cuatro circuitos nuevos (inéditos en Nintendo 64), un editor de carteles, diversas competiciones multijugador o un modificador de efectos sonoros. Todos ellos son elementos que añadirán un cierto componente complementario y de personalización al juego.

Bienvenido a los talleres Diddy Kong. Cambio de chapa, pintura, avatares, pequeñas modificaciones mecánicas, carteles de circuito, sonidos… sólo hacen falta monedas.
Bienvenido a los talleres Diddy Kong. Cambio de chapa, pintura, avatares, pequeñas modificaciones mecánicas, carteles de circuito, sonidos… sólo hacen falta monedas.

Tal vez ese es el concepto clave en los añadidos de este nuevo título para DS: la personalización. Podemos cambiar el color de nuestro vehículo, diseñar un avatar propio, modificar carteles en circuitos, cambiar el sonido que hace nuestro personaje al ganar o recibir un ataque (gracias al micrófono), realizar mejoras sobre aceleración, agarre o aerodinámica; incluso, tenemos la posibilidad de diseñar nuestros propios circuitos. Todo ello se podrá hacer con el lápiz táctil en mayor o menor medida; el avatar por ejemplo, lo podremos diseñar con el lápiz, así como el diseño del trazado de nuestros propios recorridos.

… y al servicio de la jugabilidad
Pero hay más. Las mejoras no sólo van encaminadas a la personalización. Al comenzar cada carrera, por ejemplo, el presionar el botón en el momento preciso para salir disparado se ha sustituido por el empleo de la pantalla táctil: ahora habrá que dar vueltas a una rueda, una hélice… o soplar en el caso del aerodeslizador para que salgamos con ventaja.

Dentro de la isla también tenemos la posibilidad de interactuar con el medio, cosa que se podrá hacer igualmente con el lápiz y el micrófono: soplar antorchas para apagarlas, dibujar en la arena de la playa o hacer saltar por los aires a las ranas son algunas de las acciones que podemos llevar a cabo dentro de la lógica de minijuegos. También habrá la posibilidad (ya dentro de los recorridos) de pinchar globos después de completar una primera ronda de circuitos en el modo aventura, o de enfrentarnos con uno de los jefes de nivel guiando a nuestro personaje gracias a la pantalla táctil de la consola.

La rejugabilidad y el modo multijugador
Debemos considerar que todas estas modificaciones e incorporaciones son periféricas, en el sentido de que no afectan en sí a la mecánica original del título. Se trata de un planteamiento que creemos adecuado si tenemos en cuenta la calidad del videojuego creado por Rare en 1997; una calidad que no solamente se ve apoyada por un modo aventura, sino también por la denominada como carrera individual, carrera de los deseos (edición de circuitos propios) o un modo multijugador verdaderamente completo. Elementos más que suficientes para que, junto a doce personajes seleccionables, 24 circuitos practicables y un modo espejo que se activará una vez completada la aventura por primera vez, la experiencia jugable se prolongue más allá de las diez horas; y eso si no tenemos en cuenta la enorme rejugabilidad.

Especial interés merece, ya que lo hemos mencionado, el modo multijugador. Siguiendo el mismo esquema que “Mario Kart DS”, tendremos la posibilidad de jugar mediante descarga de otro amigo que tenga el juego (podremos jugar a todos los circuitos sin excepción) o mediante la opción multitarjeta. No obstante, si estamos solos y queremos probar a encontrar rivales por la red, también podremos. Mediante la red global de Nintendo nos daremos cita con otras personas, seleccionando, o bien un circuito de carreras, o bien alguna de las alternativas que nos presenta el juego: un trofeo de cuatro carreras seguidas, una batalla de globos, de recolección de huevos… Las posibilidades son muchas y, algunas, desbloqueables.

Igual que hace diez años
El aspecto gráfico de “Diddy Kong Racing” para Nintendo DS luce exactamente igual que en su versión de hace 10 años para Nintendo 64. Tal vez podría decirse que ha mejorado en ciertos aspectos como el “frame rate”, algo de lo que adolecía la versión de Nintendo 64. En el caso de Nintendo DS logra mantenerse a una tasa de 30 frames sin que se produzca el molesto “slowdown”.

En Diddy Kong Racing contaremos con tres tipos de vehículos, karts, aviones y hovercrafts. Con ellos deberemos conquistar los 24 circuitos que encontraremos, y si lo conseguimos, dispondremos de un modo espejo para disfrutarlos del revés.
En Diddy Kong Racing contaremos con tres tipos de vehículos, karts, aviones y hovercrafts. Con ellos deberemos conquistar los 24 circuitos que encontraremos, y si lo conseguimos, dispondremos de un modo espejo para disfrutarlos del revés.

A un buen nivel se mantienen también los modelados y texturas, tanto de decorados como de personajes, que presentan un terminado perfecto y muy colorido. Las animaciones andan también a la par. No ocurre lo mismo con las explosiones y efectos visuales, que podrían haber sido más consistentes y vistosos.

En cuanto a melodías, tampoco hay muchas incorporaciones sobre el horizonte. Se mantiene el cambio temático de melodía al pasar por diferentes partes de la isla (elemento innovador en su día), así como las mismas composiciones que en la versión de Nintendo 64, salvo alguna que otra incorporación o modificación, en cualquier caso, acertada. Los efectos de sonido son exactamente iguales, aunque en este caso se ven potenciados con la original idea de poder cambiarlos gracias al micrófono; algo que resultará especialmente divertido a más de uno.

Bueno

Sin sello

Diddy Kong Racing DS

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

“Diddy Kong Racing” para Nintendo DS es un calco del videojuego lanzado hace diez años en Nintendo 64. La increíble jugabilidad, duración y originalidad del título se ha mantenido, incorporando en este caso una serie de mejoras, añadidos y complementos que sólo hubieran sentado mejor al título si éste hubiera incorporado una completa renovación en los circuitos y, tal vez, en el guión. Aún así, actualmente es la mejor alternativa al gran “Mario Kart DS” y tal vez uno de mejores títulos del catálogo de Nintendo DS en lo que a rejugabilidad se refiere.

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