Hay géneros que nunca pasan de moda y aunque los beat'em up tuvieran su época dorada a mediados de la década de los 80, nos siguen llegando nuevos títulos que nos permiten disfrutar de la esencia de Yo contra el barrio. Así, no es de extrañar que Double Dragon regrese con en una nueva entrega plagada de diversión y de pura nostalgia porque sí, Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons hace honor a su nombre con un resurgir que merece mucho la pena probar.
Y es que en una época en la que encontramos exponentes que han revolucionado el género como SIFU, retornos como el de Streets of Rage 4 o verdaderas joyas visuales como TMNT Shredder's Revenge, Secret Base tenía el deber de que su producto estuviera a la altura de los tiempos que corren.
Double Dragon te pondrá a prueba
A simple vista, Double Dragon: Rise of the Dragons se configura como un beat'em up tradicional en toda regla. Eso implica desplazamiento 2D, -con un buen aprovechamiento del entorno-, y enemigos que aparecen por ambos lados de la pantalla. A nivel estético continúa con la esencia ochentera de anteriores entregas, valiéndose para ello de un pixel-art cuidado como es costumbre en la saga. Sin embargo, hay algo que hace especial a este juego y lo percibimos nada más empezarlo: las mecánicas rogue.
Para los que hayan jugado a Hades, conocerán que, una vez que te has pasado el recorrido una vez, se activa lo que se conoce como "Medido de calor", el cual nos permite adaptar la dificultad y la experiencia de juego a nuestros gustos. En Rise of the Dragons es exactamente lo mismo solo que podemos hacerlo desde un primer momento. Así, podemos modificar parámetros como la salud del jugador, las continuaciones disponibles, el coste de revivir, etc.
Claro, esto permite adaptar la experiencia de juego a nuestras necesidades, pero también tiene un coste. Y es que en este juego hay dos cosas fundamentales: el dinero y las fichas. En Rise of the Dragons tenemos diferentes hilos de misiones, pudiendo empezar por donde queramos, pero con siempre el objetivo de terminar con todos los enemigos y llegar hasta los jefes finales. Por el camino, los más secundarios soltarán monedas cuando sean derrotados y podremos romper absolutamente todo para conseguir un dinerillo extra.
Al final de cada hilo de misiones, conseguiremos una mejora para nuestros dos personajes, una para cada uno. Esto cuesta dólares, por supuesto, pero también tendremos la oportunidad de renunciar a ellas para comprar fichas. Con las fichas podremos revivir o bien comprar contenido adicional en la tienda de fichas. Y esto es importante, porque como no tengamos fichas para continuar, la partida será borrada y tendremos que empezar desde el cero más absoluto.
La elección sobre cómo gestionar los recursos ya depende de cada jugador, pero es cierto que cada vez que terminamos una línea de misiones, habrá cambios en el resto para aumentar su dificultad. Esto es genial, puesto que cada vez que nos toque empezar el recorrido, podremos hacerlo de una forma diferente. También es cierto que la experiencia variará mucho en función de los personajes que llevemos, pero lo principal es saber que podemos empezar el puzle por la pieza que queramos. Esto se traduce en que las zonas sean más benévolas, más largas o que incluso los enemigos estén más activos o no. Por ejemplo, si los pistoleros se nos dan mal, podemos elegir enfrentarnos a ellos en primeras instancias para tratar de superar el nivel lo más cómodamente posible.
Por otra parte, no es lo mismo llevar a un personaje que va a puñetazos que a patadas. Es decir, jugar con Marian implica que el juego adquiera tintes de shoo'em up sin ir más lejos, mientras que hacerlo con Jimmy por ejemplo hace que tenga mayor agilidad y habilidad contra los enemigos en grupo. Lo interesante es que cada uno de los 13 personajes jugables tiene sus propias características, notándose en la jugabilidad la diferencia entre cada uno por mucho que los controles se ciñan a saltar, ataque normal, dos ataques especiales y esquiva/agarre.
El souls de los beat'em up
Ahora bien, hay un factor muy importante que debemos tener en cuenta: en Rise of the Dragons de nada sirve machacar botones. Es decir, el primer impulso que tienes cuando te encuentras ante un título de estas características es pensar que estás en un musou en el que puedes terminar de forma satisfactoria con los enemigos a diestro y siniestro. En este caso, empiezas el hilo de misiones y ya notas algo extraño desde el primer momento y es que no hay una encadenación de ataques continua. "Le debe faltar fluidez al movimiento" es un posible pensamiento, pero luego, conforme vas avanzando y haciendo intentos, te das cuenta de que no es así y que el juego te está obligando a seguir ciertos patrones.
Si tuviera que poner un "pero", seguramente serían los enfrentamientos contra los jefes
Para poder superar los niveles, tenemos que tener medido cuándo vamos a atacar, cuándo vamos a esquivar o cómo vamos a emplear los ataques especiales. Estos movimientos son también los que nos pueden permitir obtener comida que nos restaure la vida como una hamburguesa, por ejemplo. Así, incluso el uso de la barra azul que nos permite activar las habilidades especiales tiene que tener cierta estrategia para conseguir llegar al jefe final. Además, esta barra también sirve para cambiar de personaje, (puesto que llevamos dos), cuando queramos y en función del tipo de enemigo al que estemos enfrentando.
Como buen beat'em up, también podemos hacer uso de los objetos que nos vayamos encontrando, ya sean cuchillos, botellas o incluso extintores. Más que ser un simple accesorio, lo cierto es que pueden ser de extrema utilidad, habiendo un cambio notable en el ataque de los personajes. Esto es muy útil sobre todo cuando estamos ante una horda de enemigos que apenas nos deja respirar.
Con todo ello, si tuviera que poner un "pero", seguramente serían los enfrentamientos contra los jefes. Creo que en los primeros estadios pueden llegar a ser frustrantes si no llegas con las habilidades adecuadas. No es tanto en sí por la dificultad, sino por el hecho de que hay momentos en los que esta se intenta aumentar con demasiados enemigos en pantalla y ataques que difícilmente vas a esquivar. Esto implica que te tienes que configurar el recorrido para que los dos personajes lleguen vivos casi con total certeza. Por otra parte, que actualmente no exista el cooperativo online limita también mucho la experiencia de poder jugar con amigos.
Sin embargo, Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons es un estupendo retorno que, continuando con la premisa de terminar con las bandas callejeras, nos permite explorar una gran cantidad de entornos detallados con un pixel-art estupendo y una música a la par. Es adictivo gracias a las diferentes posibilidades que ofrece y sus mecánicas rogue hacen que realmente sientas como un reto el llegar hasta el final. Si bien es un título que se puede completar en unas 3 o 4 horas, la experiencia se puede alargar tanto como nuestra habilidad lo requiera.
Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons es un beat'em up que trae la esencia clásica de la saga, pero la combina con mecánicas rogue que lo hacen un reto muy interesante. Lejos de ser un machacabotones, Secret Base propone al jugador un recorrido variable en el que disfrutar de la esencia del género, pero con un lavado de cara. Además, destaca por tener un apartado visual muy cuidado y un pixel-art llamativo. Los años ochenta vuelven de una gran manera, manteniendo el "Yo contra el barrio" más vivo que nunca.
Comprar Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons- No es un simple machacabotones en el que derrotar enemigos.
- Funciona como una carrera de fondo en la que tendremos que seleccionar nuestras habilidades y personajes con cuidado.
- La obtención de dinero y fichas es fundamental.
- Tanto el apartado visual como el sonoro están muy cuidados.
- Todos los personajes se sienten muy diferente al ser manejados.
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