La infancia de Goku sigue narrándose a doble pantalla y golpe de stylus a través de una continuación que mejora en todos los aspectos a la primera entrega: más variedad, más personajes, mejores combates y las ondas vitales más táctiles. Si te gustó el primer Dragon Ball: Origins y eres un fiel seguidor de la serie, no puedes perderte nuestro análisis. ¡Ka-me-ha-me-haaaaaa!
Los orígenes de Goku suponen uno de los tramos argumentales más interesantes para los fans de la obra manganime de Akira Toriyama. Y, por tanto, a nadie debería de extrañar que la serie de videojuegos basada en la niñez del pequeño luchador haya renacido en Wii y Nintendo DS para hacernos partícipes de la búsqueda de las bolas de dragón, el conflicto con Pilaf o el feroz enfrentamiento contra el terrible rey Piccolo.
Dragon Ball: Origins, para la “dual screen” de Nintendo, ya puso el listón muy alto durante el pasado 2008, pero los japoneses de Game Republic (responsables de obras como Folklore o Genji) quieren superarse para seguir narrando las aventuras del pequeño experto en artes marciales.
Así, si en el anterior título nos quedamos justo en el desenlace del 21º Torneo de Artes Marciales, en esta ocasión nos toca continuar con la historia de nuestro héroe, que en su continua búsqueda de las bolas de dragón (en concreto, la de su querido abuelo) se topará con nuevos problemas y enemigos. El imponente Ejército del Lazo Rojo anda tras las esferas mágicas con la intención de dominar el mundo, y esto será algo que a Goku no le guste demasiado, con lo que acabará haciendo lo imposible para acabar con sus soldados, tanques y poderosos generales.
¡Vamos con afán, todos a la vez...!
Dragon Ball: Origins 2 recorre la segunda temporada de la serie, y lo hace a través de 8 capítulos que comprenden en total 59 episodios o niveles. Cada uno nos llevará superarlo del orden de 5-15 minutos, dependiendo de nuestra pericia a la hora de lidiar con unas mecánicas de juego que se mantienen inalterables con respecto a la anterior entrega, aunque mejorando en todos los aspectos las facetas de acción, exploración, puzles y, por supuesto, jefes finales.
Se aprecia un mayor número de situaciones, ya que si bien seguimos repartiendo golpes a diestro y siniestro con nuestros puños y bastón (podemos escoger entre una forma de ataque u otra en todo momento), en esta ocasión se añade la oportunidad de jugar con personajes diferentes a Goku, cada uno con sus atributos especiales. Por ejemplo el androide Nº8 (capaz de romper puertas), Yamcha (un hábil luchador), Krilín (con habilidad para iluminar lugares oscuros) o Bulma (que se liará a disparos con su metralleta).
Esta vez tenemos además hasta tres sistemas de control: los botones, el stylus y la combinación de ambos esquemas; siendo el uso del lápiz táctil la estrella del conjunto gracias a un manejo heredado directamente de grandes éxitos de Nintendo como The Legend of Zelda: Phantom Hourglass. Pero esto no sería nada sin reformas jugables tan importantes como la ya citada potenciación de la variedad, ya que a situaciones especiales como buscar las bolas del dragón mediante mapa y radar, tenemos que añadir la posibilidad de completar episodios adicionales de distinta temática que se irán desbloqueando a medida que avancemos.
Mucho por descubrir
El videojuego está dirigido tanto a usuarios expertos en la materia como a aquellos que quieran asomarse por primera vez a la magia de la serie Dragon Ball: Origins. La mejor prueba de ello es que nada más comenzar partida tenemos acceso a un tutorial que nos ayuda a comprender las bases del sistema de juego. Realizar este paso es completamente opcional, aunque hemos de advertir que a los veteranos no les vendría mal pasarse por él. En esta segunda parte van a tener muchas cosas por descubrir.
Para empezar, los combos ahora son mucho más profundos, y no sólo eso, sino que se irán desbloqueando nuevos y más útiles movimientos a medida que completemos los episodios del juego. A este respecto, es una obligación comentar que deberemos recolectar dinero y TP (Training Points) tanto para comprar en la tienda -objetivos curativos, potenciadores, etc.- como parar mejorar nuestros atributos de magia, poder y salud.
Incluso cabe la posibilidad de encontrar las piedras de dragón (amarillas, azules y rojas) para acortar el proceso. Toda ayuda es poca, y más teniendo en cuenta la elevada dificultad del producto ya desde su primeras horas de juego. Y es que uno de los aspectos que más se le puede criticar a Dragon Ball: Origins 2 reside en que, aunque cuente con cuatro ranuras de guardado y algunos puntos de salvado, hay niveles donde -a pesar de llegar hasta su jefe- nos tocará empezar desde cero si nos matan.
Goku mejora su técnica
En cualquier caso, nunca supondrá una gran pérdida. Por suerte, estamos ante un título con un claro concepto portátil (partidas rápidas y de jugabilidad directa), con lo que tenemos el consuelo de que repetir fases nos sirve para mejorar nuestras marcas. Dependiendo de los tesoros obtenidos y del tiempo empleado en cada misión, se nos otorgará una puntuación determinada.
Esto puede servir para comparar proezas con las de nuestros amigos, aunque se echan de menos posibilidades multijugador más agresivas. De hecho, sólo se ha añadido el “modo survival”, consistente en superar (en individual o en cooperativo local) a los diferentes jefes finales del juego. Una opción insuficiente que se añade a la poco interesante alternativa de compartir -vía wireless- las hasta 200 figuras que encontremos durante la partida.
Eso sí, lo que no puede negar nadie a Game Republic es que el título sea una extraordinaria demostración de fidelidad con respecto al manganime original de Dragon Ball. Determinadas escenas de la campaña individual son calcadas y el espíritu de los personajes se ha conseguido plasmar en el doble lienzo interactivo de Nintendo DS con modelados a la altura, excelentes animaciones (onomatopeyas incluidas) y un gran colorido. Faltan por pulir las serias ralentizaciones heredadas de la primera entrega, fomentar los diálogos hablados (en inglés), así como mejorar una banda sonora repetitiva a la que le hubiera hecho mucho bien recoger las licencias originales de la serie de televisión.
Dragon Ball: Origins 2 hereda lo mejor de su predecesor y lo potencia con una mayor variedad de situaciones, un refinado esquema de control, un sistema de batalla más profundo, más personajes que controlar y, sobre todo, un optimizado diseño de niveles. Cuenta también con algunos defectos como severas ralentizaciones y un sistema de guardado con lagunas, además de una banda sonora que no hace honor a la extraordinaria fidelidad visual del título con respecto a la serie. No obstante, y a pesar de todo, mejora a todo lo visto hasta ahora sobre Goku en una consola portátil. Sin duda, un imprescindible para los fans del pequeño guerrero del espacio.
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