Amado y odiado a partes iguales, Final Fantasy XIII llega a PC casi cinco años después de su estreno en consolas con un movimiento que denota el gran interés que empieza a despertar esta plataforma en las filas de Square Enix. Desgraciadamente, la adaptación a compatibles está lejos de ser la deseada, pues no aprovecha el potencial tecnológico del PC.
Que un título de las condiciones de Final Fantasy XIII se lance en PC, aunque sea cerca de cinco años después de su nacimiento, siempre es una buena noticia. No solo por este hecho en sí, que por supuesto, sino más bien porque denota el gran atractivo que despierta esta plataforma en el seno de Square Enix, que a la larga podría traer más obras de su propiedad a los compatibles. ¡Bienvenidas sean! Pero dicho esto… por el amor de Dios, que se lo curren un poquito más y ofrezcan a los aficionados del PC un videojuego a la altura de su plataforma.
Y decimos esto, ya os lo podéis imaginar, porque el trabajo de adaptación de esta obra es, cuanto menos, muy cuestionable. No ya solo por el hecho de limitar su resolución a 720p, que es algo que podríamos llegar a pasar por alto. Pero es que la total ausencia de opciones de configuración gráfica, las notables caídas en la tasa de imágenes por segundo, o el sinsentido que supone convertir la tecla ESC en un botón letal para cerrar el juego de manera inmediata, nos hacen ver que los nipones se han esforzado muy poco. Así que sí, estamos ante una notable aventura de rol que seguramente gustará a la mayoría pero... ¿hasta qué punto afectan estos problemas a la experiencia de juego?
Una gran historia que contar
Enmarcado dentro del universo Fabula Nova Crystallis creado específicamente para la ocasión, Final Fantasy XIII es un título que -siguiendo la tradición de la serie- nada tiene que ver con los anteriores. Ambientado en el mundo en guerra de Cocoon, se nos presentan a seis personajes en un clima dramático donde deberán de salvar no sólo sus vidas, sino las de toda la humanidad.
Afectados por la maldición de fal'Cie, nuestros héroes están abocados al destino cruel de transformarse en cristales o bien convertirse en muertos vivientes, pero seguirán adelante en una aventura para conseguir respuestas, salvar a sus seres queridos y, en última instancia, emocionarnos a todos, algo que siempre ha sabido hacer muy bien Square Enix. A partir de ahí… bueno, como siempre os decimos, mejor lo descubrís por vosotros mismos.
En cambio, sí que podemos decir que esta es una aventura de rol mucho más lineal de lo que estábamos acostumbrados en la serie, como ya os aclaramos en su día cuando analizamos la versión original del juego para PlayStation 3 y Xbox 360.
¿Es este un problema? En parte sí, al privar a los jugadores de todo lo bueno que suele hacer grande al género RPG, que no es otra cosa más que la libertad para campar a nuestras anchas, visitar ciudades y hablar con decenas de personajes secundarios distintos. El entorno de Final Fantasy XIII es, a este respecto, un nido de monstruos inerte; sin humanidad.
Mejores sensaciones produce el sistema de progresión de habilidades de nuestros héroes. No contamos con niveles de experiencia tal y como los entendemos, sino que los atributos de nuestros personajes dependen de las armas y accesorios -estos últimos en forma de amuletos con poderes específicos- que lleven equipados, los cuales podrán optimizarse usando las materias primas que compremos en las tiendas. Así pues, si tenemos los ingredientes adecuados, podremos aumentar el nivel de la espada de Lighting, del boomerang de Hope, de la lanza de Yun Fang, de los puños de Snow, del bastón de Vanille o de las pistolas de Sazh; incrementando así sus respectivos poderes de ataque.
Espectacularidad combativa
El nuevo sistema de combate ideado por el equipo de Square Enix para esta aventura de rol es, sin duda, uno de los mayores atractivos de Final Fantasy XIII. Tal vez por ello, cerca del cincuenta por ciento de la aventura se centre en estos duelos. ¿Por qué nos resulta tan llamativo? Con un estilo directo y muy dinámico, estos duelos nos obligarán a tomar decisiones del tipo "Atacar", "Usar Habilidad Especial", etc., en cuestión de décimas de segundo; aumentando obviamente la emoción y espectacularidad de estas contiendas.
Sí nos habría gustado poder tomar el control de los tres miembros del equipo que saltarán al campo de batalla, puesto que dirigir solo al líder se nos antoja un tanto simple, a pesar de la eficiente inteligencia artificial de los enemigos. También echamos en falta algo más de complejidad estratégica en estas contiendas que, salvo en los compases finales de la partida, no supondrán un gran desafío para nadie. Baste decir que incluso al acabar un combate, si tenemos a algún personaje malherido o incluso abatido, todos se recuperarán automáticamente para el siguiente combate.
En este punto, conviene destacar que el uso de teclado y ratón resulta cuanto menos muy cuestionable. Funciona, e incluso podemos configurar la distribución de las teclas, pero inexplicablemente, hemos notado cómo al hacer uso de estos periféricos el juego se resiente con constantes caídas en su tasa de imágenes por segundo. Además, como señalábamos anteriormente, el simple hecho de pulsar Esc nos sacará directamente del juego, lo que no tiene ni pies ni cabeza. Por tanto, se hace indispensable el uso de un mando para disfrutar plenamente de esta aventura rolera que, aparentemente, también da ciertos errores de funcionamiento con determinados controladores.
Final Fantasy XIII llega también al PC casi sin extras de ningún tipo más allá de la posibilidad de usar el doblaje en inglés o el japonés (con textos en español), lo que tiene su repercusión en los descomunales 60GB de datos que debemos descargar para disfrutar del juego. Un título que sí es cierto funciona a 60 FPS con una resolución de 720p, pero que a nivel de rendimiento se muestra excesivamente irregular con ralentizaciones muy notorias en momentos clave de la partida. Y lo peor es que no tenemos opción de trastear con su configuración gráfica para tratar de paliar estos problemas.
Por fortuna, como suele ocurrir en estos casos, los aficionados tienen opción de forzar el filtrado anisotrópico, el anti-aliasing y otros detalles del estilo usando los drivers de las tarjetas gráficas AMD Catalyst y Nvidia; pero esto es algo que, lógicamente, debería haber partido de la propia Square Enix y no de un grupo de modders que, en cuestión de pocas horas, ya habían desbloqueado la opción de disfrutar de Final Fantasy XIII a una resolución de 1080p.
Así que nos encontramos ante el eterno dilema de siempre con estas producciones de carácter nipón. El juego es muy bueno y tiene una historia interesante, su acción es muy divertida y las cerca de 50 horas que puede llevarnos completar la aventura nos harán disfrutar lo suyo, pero… ¿merece la pena cuando el juego actualmente no funciona como debería? En nuestra opinión, los errores que presenta no son tan graves como para impedir el pleno disfrute de esta obra, que aún con esa limitación a la resolución de 720p luce de manera espectacular. Algo que tiene mérito dado que el original se estrenó a principios de 2010. Pero también entendemos que haya gente a la que estas lacras le resulten inaceptables.
Lineal pero con un sistema de combate muy destacable, Final Fantasy XIII es una notable aventura de rol que bien merece una oportunidad seáis o no fans del género. Sí nos quedamos con la sensación de que con otra perspectiva en su planteamiento jugable, concediendo más libertad al jugador, estaríamos ante una gran obra rolera; pero la belleza de sus parajes y lo interesante de su historia son dos puntos a favor que no podemos obviar, igual que su pobre adaptación al PC.
- El universo de Fabula Nova Crystallis. Es espectacular.
- Personajes como Lightning. Tienen carisma y un buen trasfondo argumental.
- Las batallas son trepidantes.
- Es un juego muy lineal y sin apenas opciones de exploración.
- Algunos de sus personajes están desaprovechados.
- Adaptación al PC muy, muy básica. Ralentizaciones notorias en momentos clave
