Los juegos de Estrategia Táctica por Turnos suelen ser de los más completos de cuantos hay actualmente en el mercado. Por supuesto, la quintaesencia del género son los XCOM (tanto los clásicos como los remakes de hace una década), pero es agradable ver cómo, pese a lo nicho que es este género, existe una amplia oferta. El próximo en incorporarse a las filas de estos es Jagged Alliance 3, pero por desgracia no parece que vaya a ser disfrutado en exceso; al menos a mi me ha costado hacerme con él pese a que veo lo que los chicos de Haemimont Games pretendían hacer con este juego y que os cuento en esta previa.
Combates y recados, los mercenarios con menos amor propio
Lo primero que llama la atención de Jagged Alliance 3 es el hecho de que tenemos control absoluto de las operaciones de nuestro grupo de mercenarios: debemos planificar la ruta para llegar a nuestros objetivos, gestionar los inventarios, administrar los poblados que vamos liberando y controlar las finanzas para renovar los contratos de los mercenarios que tenemos a sueldo para cumplir con nuestra misión, rescatar al presidente de Grand Chien de un señor de la guerra, el ''Alcalde'', que busca hacerse con el dominio de las minas de diamantes que hay por la zona.
Hasta aquí, es una premisa que suena bastante apetecible, pero a la que empiezo a jugar veo que los sistemas de juego y la interfaz no están todo lo claras que deberían para este juego. A diferencia de muchos otros juegos TBS, al inicio de los combates tengo control en tiempo real de mis unidades, y de mi depende el posicionarlas para empezar a atacar al enemigo; en el momento en que empieza el tiroteo (o me descubren las tropas del enemigo), el juego pasa a jugarse por turnos.
Es casi un homenaje al meme de la probabilidad de impacto del 95% en el XCOM para acabar errando el tiro
Hay unos sistemas de cobertura y de apuntado que recuerdan mucho a los de Fallout 3 (con el VAT), pero el caso es que no sé si es porque debí saltarme algo en el tutorial, o porque estos mercenarios son bisoños, pero soy incapaz de atinar muchos disparos incluso a bocajarro. En ese aspecto es casi un homenaje al meme de la probabilidad de impacto del 95% en el XCOM para acabar errando el tiro. En cualquier caso, consigo ir liberando algunas poblaciones, aunque el problema es que en la isla inicial apenas hay recursos para poder reponer los que voy gastando, ya sean medicinas o munición.
Y para mi sorpresa, en vez de poder comprarlos a los locales, tengo que ir completando algunos recados o explorando cuadrantes del mapa para acceder a esa reposición de recursos. Vamos, que entre que mis mercenarios son bisoños, y la capacidad económica ajustada, si quiero ser rentable como un ''merc malote'', tenemos que ir haciendo de chicos de los recados. Entre ellos, buscar una peluca para que uno de los lugareños se haga pasar por la madre de uno de los armeros y le convenza de darme una buena escopeta con la que enfrentarme al enemigo; sin comentarios.
Exceso de ambición y una interfaz confusa
Lo triste en sí, es que Jagged Alliance 3 ha intentado coger los mejores elementos de juegos que han venido antes que él y trasponerlos a un juego de gestión y estrategia que sobre el papel suena bastante interesante. Pero como ya os he dicho, la integración de sus distintas partes no está todo lo bien hecha que debería. Hubo momentos en los que tenía que hacer malabares económicos para poder mantener contratados a mis mercenarios, y se me hacían tan cuesta arriba como la declaración de la renta, y eso que contaba con algunas minas para financiar mis operaciones.
La integración de sus distintas partes no está todo lo bien hecha que debería
Hace poco, os pude hablar de Wartales, y ese juego también tenía una ingente cantidad de mecánicas de supervivencia y un mapeado gigantesco a explorar, sin olvidar el cuidar de aspectos como la economía, comida, suministros para reparar armas; y funciona porque sus elementos están cohesionados de manera orgánica. Jagged Alliance 3 quiere hacer lo mismo pero fracasa porque no explica del todo bien cómo se deben gestionar los mercenarios, sus inventarios, y quiere centrarse demasiado en muchos aspectos que se sienten ortopédicos debido a su interfaz de ventanas y finanzas.
Eso y que el grupo de mercenarios (al menos los iniciales) es bastante cargante. Ha habido momentos en los que quería que mataran a MD (uno de los primeros mercenarios que contratas) porque es que no se calla ni debajo del agua y se toma todo el tema como una excursión del ‘’cole’’; entre eso y que no le acierta a un elefante ni a medio metro…
Otro aspecto criticable de esa interfaz es que hay demasiados talentos para cada mercenario. Aunque el árbol de estos se desbloquea de manera progresiva, no existe una descripción o recomendación para cada mercenario, pero eso puede jugar en nuestra contra porque, nuevamente, el juego no explica bien a qué rama pertenece X talento o cuales son los más recomendables para tiradores, médicos, exploradores etc.
A esto hay que sumarle el tiempo que debemos invertir en parapetar los lugares que liberamos de las fuerzas revolucionarias enemigas. Con lo cual, si andamos justos de tiempo para llegar a algún punto de encuentro, olvidaos de llegar a la hora para interceptar un cargamento de diamantes que necesitaremos para costear nuestras operaciones.
¿Significa todo esto que Jagged Alliance 3 es un juego al que hay que perderle la pista? Yo no diría tanto, pero necesita mejorar bastante de cara a su salida las explicaciones que da al jugador acerca de sus mecánicas y reequilibrar cómo funciona la economía y la obtención de recursos. Ahora mismo, el tener que acumular recursos y estar pendiente de las peticiones de los poblados que liberamos (o sea, los recados) le quitan mucho ritmo y hacen de toda la experiencia algo lento y que no termina de atrapar del todo al jugador. Eso y que no hay forma de saber si vamos a acertar a un enemigo con un disparo, o cuanta salud les queda concretamente; nuevamente, demasiados problemas de interfaz en este aspecto.
Espero que de aquí a un tiempo se pueda mejorar, porque lo que subyace en este título podría ser un excelente juego de gestión que satisfaga la fantasía de liderar y gestionar un grupo de mercenarios de élite a sueldo… pero el problema es que ahora mismo se queda excesivamente corto.
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