Last Train Home es un juego de estrategia en tiempo real que engaña. Y lo digo porque entré pensando que iba a ser "sota, caballo y rey": otro juego que intenta emular la fórmula de títulos como Company of Heroes, con un trasfondo histórico algo diferente. Pero, lo que no me esperaba, era un "Commandos" de la Guerra Civil rusa con la gestión de soldados de X-COM, y un fuerte énfasis en la narrativa y la supervivencia. Claro, salvando las distancias con estos títulos. Lo nuevo de Ashborne Games y THQ Nordic toma elementos de aquí y allá para confeccionar un título que, si bien no es revolucionario, supone un pequeño soplo de aire fresco dentro del género de la estrategia.
¿De qué trata Last Train Home?
Inspirado por hechos históricos, en Last Train Home encarnamos a un batallón de la Legión Checoslovaca que trata de regresar a casa tras la retirada de Rusia de la Primera Guerra Mundial. Igual que ocurrió en 1917, los acuerdos firmados y el bloqueo naval alemán obligaron a los soldados de la Legión a abandonar el país por medio de Vladivostok. Y si un viaje de 9.000 km por Siberia en pleno invierno ya pintaba mal de por sí, el estallido de la Guerra Civil Rusa al poco de comenzar el camino tornaba las cosas más complicadas. Tú y tu batallón estáis solos a bordo de un tren con lo puesto y agotados tras la guerra, el Ejército Rojo exige la rendición los soldados de la Legión sin garantías de vuestra seguridad y las órdenes que te llegan del mando son confusas. Tu objetivo es llegar con vida a la otra punta de Asia, cueste lo que cueste, en un país donde los bandos y los frentes de batalla cambian a cada momento.
El fuerte componente narrativo y de ambientación hace que Last Train Home se sienta como dos experiencias muy distintas, pero que encajan con total naturalidad. Por un lado tenemos el viaje de nuestro batallón a bordo del tren, donde debemos prestar atención al recorrido que tomamos, los recursos que poseemos, la moral de nuestras tropas y su salud, si invertir en mejoras o evitar llamar la atención de los enemigos. Son elementos de gestión que no son extraños en el género, aunque los aspectos de historia aportan una capa adicional al juego que te mantiene inmerso en el viaje. Last Train Home narra los eventos posteriores a la Revolución de Octubre por medio de los encuentros que vives en tu viaje: la presión del Ejército Rojo a tu acecho, los telegramas que llegan en cada ciudad importante, los ciudadanos que piden ayuda desesperada al encontrarse en medio de una guerra, y los conflictos que nacen dentro de tu propio batallón, formado por soldados de todo tipo de trasfondos e ideologías.
De hecho, cada soldado es único, con un trasfondo propio y una combinación de rasgos que lo hace distinto a los demás. Algunos rasgos con mayor o menor peso jugable, pero todos - potencialmente - pueden influir en las conversaciones e historias. Hay opciones en los diálogos y en las misiones que solo aparecen si interviene un soldado con el rasgo adecuado, algunas veces de manera previsible - un soldado ingenioso encontrará maneras más eficientes de retirar un obstáculo de las vías que las predeterminadas - y a veces de formas inesperadas, como un soldado alcohólico entrando en depresión al enterarse de que debes destruir una fábrica de cerveza enemiga. O que un superviviente de la Legión se te una solamente si ve que cuentas tanto con tropas monárquicas como con comunistas acérrimos, al confiar en que tu prioridad es volver a casa y no tomar partido en la guerra.
Gestión y supervivencia a todo tren
Esto hace que la historia de Last Train Home adquiera un nivel más personal, más cercano, donde lo importante no es el destino de un país que ya sabes cómo va a acabar, sino lo que deben sufrir sus gentes y si tus soldados vivirán para contarlo. Y más a nivel jugable, hace que identifiques a cada una de tus tropas como un ser único, al que debes sacar el mayor partido para que todos podáis llegar al destino con vida. Como comentaba antes, una gran parte del juego la dedicas a tu viaje en tren. Debes vigilar con cuidado varios aspectos clave, como los recursos - dinero, comida, telas, madera, acero, combustible y pólvora - la salud del tren, la moral de las tropas y vigilar la amenaza del Ejército Rojo. Y no es sencillo, dado que el invierno se acerca a Siberia, y los recursos escasean con una guerra emergente.
A lo largo de tu viaje, en el mapa se muestran puntos de interés, como pueblos abandonados, lagos o bosques, que puedes explorar para obtener recursos. Para ello, debes enviar a un pequeño grupo de soldados a pie, y claro, si no les esperas quieto no van a ser capaces de alcanzar luego a tu tren. Pero, a la vez, un tren blindado quieto en unas vías es un blanco fácil donde los haya, y cuanto más tiempo pases detenido, mayor será la amenaza del Ejército Rojo que te persigue. Así mismo, no hay garantías de que tus soldados vayan a encontrar comida ni recursos útiles cuando los mandas a explorar, de la misma manera que su resistencia no es infinita, y el frío puede causar graves problemas de salud. Esto hace que debas pensar muy bien si merece la pena explorar algunos sitios, cuáles son los soldados más aptos para hacerlo y si, realmente, merece la pena pararse a hacerlo o si sería mejor seguir en marcha y no mirar atrás.
Por supuesto, no todo es jugar a la ruleta rusa. Si seleccionas a soldados con habilidades concretas para la caza o para rebuscar en los pueblos, es más probable que obtengas algo útil. Y si dispones de vagones especializados, como un taller, un comedor o un vagón médico, puedes investigar mejoras para que tus brigadas se muevan más rápido y aguanten mejor el frío… Siempre a costa de un buen puñado de recursos, y de no disponer de un par de soldados mientras dure la investigación. Y es que, como es natural, tu tren necesita que alguien lo mantenga en marcha. Además de sus roles de combate, tus soldados pueden ser aptos para otras tareas, como pilotar la locomotora o nutrirla de carbón, atender a los heridos, cocinar para el resto o trastear en el taller con mejoras y municiones. También pueden hacer el trabajo pesado, es decir, reparar el tren cuando lo necesite e instalar mejoras en los vagones. Pero nuevamente, instalar mejoras implica detener tu tren y quedarse desprotegido por unas horas. A veces hay que correr riesgos para mejorar tus opciones de sobrevivir al invierno siberiano.
El caso es que estos soldados con funciones en el tren no estarán disponibles para combatir. Luego deberás contar con un batallón lo bastante grande como para mantener tu tren en marcha, atender a sus necesidades y, además, poder responder a cualquier situación de combate que surja, ya sean las múltiples llamadas de ayuda que veas durante el viaje - misiones secundarias - como los conflictos que haya mientras recorres las principales ciudades rusas en tu huida hacia el este.
Jugabilidad RTS de Last Train Home
Y ahora entra en juego el otro pilar de Last Train Home: la estrategia en tiempo real. Como es habitual en el género, y más en juegos enfocados a la infantería, muchas de las misiones se desarrollan en escenarios urbanos o pueblos campestres, donde abundan las coberturas por naturaleza. Tus soldados se pueden parapetar detrás de barricadas, de muros y mesas, de troncos caídos y de lo que haya cerca; para atacar a los enemigos a su vista con armas que, dada la época, ni tienen mucha cadencia ni son precisas a gran distancia. Pero eso no quita que sea vital pensar con cautela qué coberturas elegir o cuándo cruzar una línea de fuego. Claro, que sea un juego en tiempo real no evita que puedas pararte a pensar tus acciones, y al pulsar la barra espaciadora entras en una especie de modo "táctico" que detiene el tiempo para que puedas mirar a tu alrededor y dar órdenes con tranquilidad.
Pero no esperes contiendas militares a gran escala con cientos de tropas. Eres una pequeña unidad huyendo de la guerra y operando de manera independiente, lo que implica conflictos pequeños y contenidos. Como máximo, puedes poner en juego a una brigada de 10 soldados que seleccionas antes de iniciar la misión, los cuales pueden ser de 5 clases diferentes: fusileros, francotiradores, ametralladores, granaderos y médicos de campo. Puedes equiparles distintas armas y habilidades pasivas o activas - si disponen de ellas - así como granadas y botiquines que emplear en combate. Sacar el mayor provecho a sus ventajas y desventajas es la clave para hacer frente a un enemigo más numeroso, mejor equipado y que, además, tiene la ventaja de estar siempre en una posición defensiva ventajosa - es lo que tiene que ellos puedan esperar mientras tú sólo puedes avanzar.
Es aquí donde más se aprecia la influencia de unos clásicos tan cercanos a España como Commandos. Si quieres acabar con vida las misiones, debes manejar con cautela a cada uno de tus soldados, explotar sus cualidades únicas, sincronizar sus acciones y pensar bien sus movimientos antes de entrar a la refriega. Claro, puedes mandar de frente a las tropas, posicionarlas detrás de unas coberturas y empezar a disparar a todo lo que se acerque. Y sí, es posible que eso te salga bien en algunas situaciones concretas o si tu ametralladora tiene balas para aburrir, pero lo más probable es que acabes rodeado, bombardeado y tiroteado. Además, la munición es limitada: es un recurso escaso que también llevas a bordo del tren, y es completamente posible quedarse sin munición si disparas a lo loco. Por ello, Last Train Home enfatiza mucho que utilices el sigilo en combate.
Que tus tropas avancen con cautela, evitando las patrullas enemigas y ejecutando por la espalda a los enemigos desprevenidos. Que utilicen arbustos y campos de cultivo como escondite para evitar las miradas de los vehículos y ametralladoras de posición. O, incluso, que utilices algunas tropas como distracción para colarte por otro lado. Estos elementos hacen que las misiones adquieran un componente táctico más pausado y profundo, en detrimento del ritmo de los combates, aunque también es un arma de doble filo: la IA enemiga no es muy brillante en lo referente al sigilo, y con la combinación adecuada de roles y habilidades especiales, puedes "limpiar" posiciones enemigas enteras con un francotirador y un par de fusileros dispuestos a hacer de ninjas.
Pero, a la vez, el diseño de las misiones y de los mapas es lo suficientemente interesante como para que puedas pasar por alto esas deficiencias, así como el ritmo lento y denso que fomenta su diseño, y seguir inmerso en los combates. Hay misiones de infiltración, tanto para destruir objetivos como para desarmar explosivos, o para rescatar a soldados aliados. A veces te encuentras defendiendo un pueblo que es asediado por todos los frentes con muy pocos soldados a tu cargo, y otras veces, los habitantes se conforman con que les ayudes a reparar unos edificios y acabes con los lobos de los alrededores. También es posible que surjan objetivos secundarios en medio de una misión, y debas interceptar a un grupo de enemigos que se alejan del mapa, o tomar una posición de artillería que amenaza a tu tren; entre otras muchas posibilidades. El juego hace una buena labor de mantener las misiones variadas y lanzarte de vez en cuando una bola curva para que sigas atento.
Veredicto de The Last Train
La mezcla de esta estrategia en tiempo real con regusto clásico, y una aventura de gestión y supervivencia con fuerte componente narrativo, hacen que Last Train Home me parezca un lanzamiento de lo más interesante para cerrar un 2023 especialmente fuerte. No se trata de un RTS revolucionario, y es posible que el ritmo más pausado de las misiones del juego eche para atrás a algunos jugadores. Pero Last Train Home es lo suficientemente sólido en todos sus aspectos como para entretenerte durante las cerca de 40 horas que dura su recorrido… Bueno, uno de ellos, dado que hay algunos capítulos de la historia donde el recorrido del tren se bifurca y te invita a regresar a ellos para ver qué misiones e historias te has dejado por conocer. Y su solidez se complementa con una historia y una personalidad propias que ayudan a distinguirlo dentro de un nicho que no está falto de grandes propuestas.
Además, es destacable el pulido general del juego de cara a su lanzamiento: durante el periodo de análisis, con una versión preliminar del juego, no he apreciado bugs notables ni problemas de rendimiento. He jugado a 4K y 60 FPS en un ordenador equipado con un procesador Ryzen 5 5600X, 32GB de RAM y una tarjeta gráfica Nvidia RTX 3070 Ti. Un último consejo que tengo que dar si os vais a embarcar en este viaje, es que prestéis atención a los ajustes de dificultad antes de empezar. La dificultad "Comandante" estándar puede antojarse algo sencilla para los fans del género, pero a la vez, complicada para quienes no sean jugadores habituales. Así que no dudéis en hacer ajustes antes de subiros al tren.
Last Train Home supone un pequeño soplo de aire fresco en el género de la estrategia sin reinventar la rueda: un RTS con un enfoque cercano y muy pausado, que se eleva gracias a la unión de sus elementos de gestión con una historia profunda e inmersiva.
Comprar Last Train Home- Combates RTS de infantería más pausados y con grupos pequeños.
- Cada soldado cuenta con un trasfondo y unos rasgos que lo hacen único.
- Cerca de 40 horas de historia, con bifurcaciones en el viaje.
- Inspirado por la historia real de la Legión Checoslovaca.
- Gestión de recursos completa, desde la comida y combustible del tren hasta cada tipo de munición individual,
Ver 3 comentarios