Nintendo es una de las compañías más icónicas y queridas del mundo del videojuego, y parte de su encanto reside en ese universo propio, tan enorme como coherente, donde muchas y muy distintas franquicias conviven bajo un mismo techo imaginario. A simple vista, The Legend of Zelda, Super Mario, Metroid o Animal Crossing parecen mundos separados: uno explora tierras míticas, otro recorre reinos coloridos, otro se adentra en el espacio profundo, y otro recrea la vida tranquila en una isla. Sin embargo, bajo esa diversidad, Nintendo teje un hilo invisible, lleno de guiños, cameos y referencias cruzadas, que hace sentir que todo forma parte de una gran familia.
Este reportaje es un viaje a esos pequeños detalles, a esos eastereggs que no siempre están a la vista, pero que revelan la maestría de Nintendo para construir una red de conexiones ocultas. Porque, si abrimos bien nuestros ojos, veremos que sus universos no están realmente tan separados.
Los cameos que son mucho más que saludos
Uno de los ejemplos más divertidos (y evidentes) de esta red de conexiones son los cameos recurrentes de personajes que aparecen en franquicias donde uno no esperaría verlos. Por ejemplo, Luigi, hermano de Mario, ha sido un puente constante entre mundos, y a mi eso me encanta.
El diseño de enemigos como los Guardianes en Breath of the Wild recuerda un poco a los enemigos de Metroid
Aunque Luigi’s Mansion (2001) es un spin-off de la saga Mario, el tono es muy distinto: se trata de una aventura de exploración y fantasmas que poco o nada tiene que ver con el plataformeo clásico. Si ponemos toda nuestra atención y lo analizamos un poco, veremos que elementos propios de The Legend of Zelda se filtran en este universo: desde mapas que se parecen a los de Hyrule, hasta objetos como la linterna o el Poltergust 3000, que nos recuerdan a las herramientas de Link, Nintendo crea una atmósfera familiar que cruza géneros.
Luego está el caso de Super Smash Bros., donde directamente la gracia está en que los personajes de todas las franquicias conviven en un solo universo. Pero este crossover no es solo un espectáculo: ha servido para introducir pequeñas historias y referencias, como la interacción entre personajes de Metroid y The Legend of Zelda que revela un profundo respeto entre sus mundos.
Si continuamos pensando en estas dos franquicias tan populares, Mario y Zelda, nos parecerá que son completamente diferentes y, aunque eso es cierto, Nintendo no ha dejado pasar la oportunidad de sembrar todavía más detalles que sugieren conexiones entre ellos.
El mapa de Luigi's mansion recuerda a cualquiera de las mazmorras de Zelda
En Super Mario RPG (1996), por ejemplo, la introducción de elementos fantásticos que recuerdan a Hyrule es bastante clara: castillos, magos y monstruos que parecen sacados directamente de Zelda. Pero la conexión más concreta está en el propio diseño de The Legend of Zelda: Link's Awakening, cuya isla está poblada por personajes que claramente son reinterpretaciones de elementos del mundo Mario, incluyendo enemigos como los Goombas o el perrito-bomba encadenado (así es como le llamo yo, Chomp Cadenas para los puretas).
Además, en la serie Mario Kart, no es raro ver circuitos inspirados en paisajes de Hyrule, como Hyrule Circuit en Mario Kart 8 Deluxe. Este guiño visual sugiere que ambos mundos podrían estar, si no conectados, sí al menos en paralelo, como dos caras de un mismo universo de fantasía.
Ciencia y mito en paralelo
Aunque Metroid y The Legend of Zelda parecen mundos opuestos —uno de ciencia ficción y otro de fantasía— Nintendo ha jugado con referencias cruzadas que podrían indicarnos una cierta continuidad entre los dos. Por ejemplo, en The Legend of Zelda: Twilight Princess, la mención de esa tecnología avanzada y artefactos con poderes misteriosos recuerda mucho a la tecnología que Samus explora en Metroid. Es más, el diseño de ciertos enemigos, como los Guardianes en Breath of the Wild recuerda un poco a los enemigos biomecánicos de Metroid.
Si miramos con detenimiento a otros juegos de Nintendo, como Animal Crossing, veremos que no están libres de detallitos de este estilo que nos encantan. Animal Corssing tiene el universo más relajado y aparentemente aislado de Nintendo, pero también el más susceptible a las referencias cruzadas.
Nintendo no solo crea mundos; crea un ecosistema interconectado
Los jugadores que exploran sus pueblos han visto aparecer en múltiples ocasiones personajes cuyos diseños están basados directamente en franquicias como Zelda, Splatoon y Monster Hunter. Algunos ejemplos son Epona (ejem, ejem, guiño difícil de pillar), Link Lobo (que solo ha salido en la actualización Welcome amiibo de Animal Crossing: New Leaf) o el cerdito/jabalí Ganon. También es posible encontrar muebles y ropa inspirados en otras series, lo que convierte al pueblo en una especie de museo viviente de la historia Nintendo.
Este fenómeno no solo es un guiño para fans, sino que crea un sentido de continuidad afectiva que, la verdad saca una sonrisa. En un juego donde la vida transcurre al ritmo de las estaciones y la amistad, estas referencias funcionan como pequeños puentes emocionales que conectan décadas de historia.
La música: otro hilo invisible que une universos
Más allá de los personajes y escenarios, la música es otro elemento fundamental que teje conexiones invisibles entre franquicias. Compositores como Koji Kondo han creado temas y motivos que se repiten o se reinterpretan en diferentes juegos. Por ejemplo, la melodía de Super Mario Bros. ha sido versionada en múltiples títulos, incluyendo The Legend of Zelda: Ocarina of Time, donde ciertos arreglos recuerdan a las tonadas del Reino Champiñón. De la misma manera, el tema principal de Metroid tiene ecos en partes de la banda sonora de Donkey Kong Country.
Imagen | nookipedia.com
Estas referencias son sutiles, pero interesantes: la música funciona como un lenguaje común que hace que, aun sin ver a un personaje, sepamos que estamos en casa, en el universo Nintendo. Además de personajes y música, los objetos son otro vínculo recurrente. ¿Quién no reconoce el icónico level-up de Mario, o la super estrella? Este mismo objeto ha aparecido con ligeras variaciones, claro, en juegos de Kirby y Donkey Kong, simbolizando no solo la súper fuerza, sino también un toquecito de "magia" común a todos los mundos Nintendo.
Otro objeto que cruza fronteras es la rupia de Zelda, que aparece incluso en spin-offs como Mario Kart o Hyrule Warriors, integrando una iconografía visual que refuerza la conexión entre mundos. Incluso herramientas como el gancho, el escudo o ciertos tipos de bombas tienen versiones en varios universos, con mecánicas similares pero adaptadas al contexto, recordándonos que aunque las historias cambien, hay cosas que siempre son iguales.
Nintendo no solo crea mundos; crea un ecosistema interconectado donde pequeñas piezas —personajes, objetos, música, escenarios— funcionan como nodos de una red invisible. Esto no solo es una estrategia brillante para fidelizar a sus fans, sino también una declaración artística: la fantasía, la aventura y la diversión pueden adoptar formas muy diversas, pero todas nacen de una misma fuente creativa.
Así, cada juego que recorremos es una puerta a ese gran multiverso Nintendo, donde cada guiño, cada cameo y cada referencia cruzada son piezas de un puzle gigante que solo los más atentos pueden descubrir. En definitiva, el hilo invisible de Nintendo es una invitación permanente a mirar más allá de lo evidente y a disfrutar de la sensación de que, en algún rincón, todos esos mundos que amamos están, de alguna manera, entrelazados.
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