Es curioso como lo más negativo que me viene a la cabeza de Marvel Rivals es a su vez lo que con mayor fuerza me ha demostrado el juegazo que es. Entiendo que dicho así puede parecer absurdo, pero no tardaréis mucho en descubrir en este análisis del free-to-play con Spider-Man, Wolverine y compañía como protagonistas, que lo dicho tiene todo el sentido del mundo.
Una vez superado el debate de la copia y la inspiración de Overwatch, tal y como lo hicimos cuando tocó hacer lo mismo con el lanzamiento de Blizzard al compararlo con Team Fortress 2, los últimos días jugando a fondo a Marvel Rivals me han demostrado que, tanto por jugabilidad como por saber hacer, el nuevo juego de NetEase está por encima de cualquier duda que pudiéramos tener.
Cómo lo peor de Marvel Rivals se ha convertido en lo mejor
Prometí no haceros esperar demasiado sobre ese palo en las ruedas que se ha convertido en algo a destacar de forma positiva en Marvel Rivals, y soy de cumplir mi palabra. El problema con el que me encontré al segundo día de empezar a jugar fue que, pese a lo que mandan los cánones actuales, el juego cuenta con juego cruzado, pero se les ha olvidado hacer lo propio con la progresión cruzada.
En cualquier otro juego esto sería un problema, y en cierto sentido aquí lo sigue siendo. Fomentando su monetización a base de skins, pases de batalla, y distintas monedas de cambio esperando a ser conseguidas mediante microtransacciones, o al cumplir misiones diarias o de temporada, el progreso respecto al juego en forma de cosméticos es una parte esencial de su negocio.
Al haber empezado mi partida desde Steam, y querer jugarlo desde el salón en Xbox Series X acompañado por mis críos, el juego me alertó de que esa opción no estaba disponible. Me invitaba a crear otra cuenta perdiendo la oportunidad de seguir avanzando en ese citado progreso, o rompiendo cualquier posibilidad de que me encariñase con cualquier personalización o cucamonada en forma de skin o cosmético.
Esto, que en cualquier otro momento me habría empujado a abandonar ese intento en favor de limitarme a jugar en la cuenta original, no me importó en absoluto. La razón, y el grito respecto a ese contratiempo, es que Marvel Rivals me resulta tan divertido y gratificante que, durante los últimos días, lo he seguido jugando sin importar la plataforma o el progreso por el mero hecho de seguir pasando un buen rato con él.
Mucho más que un free-to-play de Marvel
Atrás quedan las dudas iniciales sobre hasta qué punto prefería la perspectiva en primera persona por encima de apreciar con todo lujo de detalles el modelado de los famosos superhéroes de Marvel o la skin comprada. Tenemos la tendencia a creer que un buen gunplay debe estar atado, sí o sí, a la vista en primera persona de joyas como Halo, Call, Of Duty o Destiny.
Pero aquí hay que reconocer que el trabajo realizado a la hora no sólo de sentirte poderoso con uno u otro personaje, sino también de transmitir que lo que estás haciendo está funcionando mediante el feedback visual y sonoro necesario para apreciar que esa curación lanzada ha llegado al personaje que debía, o que ese mochazo ha impactado en la cabeza adecuada, es sencillamente soberbio.
Como en casi todo lo demás, funciona mejor con aquellos personajes que disparan a distancia que con los que van a melé, siendo Punisher probablemente el mejor ejemplo. Basta con sacar su peculiar torreta, o la Ulti en forma de miniguns, para apreciar lo bien que se siente cuando las balas empiezan a silbar por el aire y terminan impactando sobre el cuerpo de tus enemigos. El impacto de los headshots, sin ir más lejos, es de emoji de chef lanzando un beso.
Hay un trabajo formidable a la hora de hacer que esas sensaciones permeen mientras estás jugando para orientarte lo mejor posible. Es algo que termina siendo tan reseñable como apreciable en batallas que inevitablemente terminan convirtiéndose en un caos absoluto durante las primeras partidas -normal en un juego en el que las magias y los disparos no se detienen jamás-, y que demuestran tener un orden más controlado y legible cuando empiezas a interiorizar las acciones de los 33 héroes que están disponibles.
Marvel Rivals no quiere dejar a nadie atrás
Uno de mis mayores miedos con el juego, que transmitía en las impresiones de hace unos días tras una primera noche que suponía la segunda toma de contacto con Marvel Rivals tras la beta, se ha ido resolviendo conforme pasaban las horas con el juego.
Es cierto que la elección en los equipos y el desarrollo de las partidas sigue siendo un follón considerable. La obsesión por matar más que el resto, en vez de intentar trabajar de forma conjunta, sigue indudablemente ahí. Pero al menos empiezan a verse jugadores qué, tras ver por dónde van los tiros con el resto del equipo, toman por su mano la posibilidad de saltar de su elección inicial a otra de apoyo para equilibrar la cosa. Son (somos) los auténticos superhéroes del juego.
Sin embargo, esa opción sería mucho menos habitual de no ser porque esos personajes de apoyo están lejos, a kilómetros, de ser un parche destinado a que te aburras por el bien del grupo. Capaces de acumular muertes con el mismo entusiasmo con el que mantienen vivos a sus aliados, hacen que optar por ellos no suponga en absoluto un esfuerzo.
Hay una considerable muestra de genialidad en cómo la curva de dificultad que ofrece su catálogo de héroes te invita a que, probada y dominada tu primera elección, quieras saltar sucesivamente a algo más complejo y profundo. Que cualquier tipo de jugador, ya sea principiante o experto, pueda acceder a las mismas posibilidades de pasar un buen rato mientras se siente útil, es probablemente uno de los grandes logros de cómo Marvel Rivals ha enfocado esa curva.
Con personajes que se quedan en apenas un par de habilidades para que no te agobies con los botones durante tus primeras partidas, la cosa va ascendiendo hasta otros que llegan a sumar incluso seis, y que además añaden diversas sinergias entre ellas de las que implican estudiar primero y practicar después.
El de la fiebre por Jeff el tiburón durante estos primeros días es probablemente el mejor ejemplo detrás de esa asequible y demoledora puerta de entrada, que termina alcanzando niveles mucho más profundos y estratégicos cuando saltas de un héroe de curación con habilidades un poco más enrevesadas. Lo mejor de todo es que nunca es un salto hacia el abismo, sino una forma de amplificar y evolucionar lo que probablemente ya has aprendido a hacer con otro héroe.
Más allá de la inspiración
Está claro que Marvel Rivals no inventa la rueda, y son aspectos que otros hero shooters ya han demostrado dominar a la perfección, pero al menos sabe separar el grano de la paja y recoger de aquí y allá las mejores opciones, habilidades, y modos de juego, que la competencia lleva validando desde hace años. Pero que su base jugable camine entre la inspiración y copiar en un examen grabando en el plástico de tu boli la lección entera, no significa que no quiera aportar también su granito de personalidad.
Sus dos grandes bazas están, en primer lugar, en la integración de sinergias entre personajes. Apuntándose claramente desde el menú de selección y permitiendo realizar ciertas peticiones, elegir a dos personajes concretos ofrece que, en forma de mejoras pasivas o habilidades adicionales, como por ejemplo entregar la posibilidad de sumar congelación a los ataques de un personaje que previamente no las tenía, le da otra vuelta a la idea de crear equipos. De hecho, sorprende que hayan caído en esto pero no en invitar a que el equipo no se limite a los DPS y también incluya apoyos y tanques.
Por el otro está la destrucción de unos escenarios que aportan una interesante capa de profundidad a unas contiendas que, lejos de limitarse a que flanquees la posición en la que están parapetados tus enemigos, también te permite la opción de derribar una pared inesperada para acabar con lo que hasta ahora era su principal defensa y terminar dándole la vuelta a la situación.
Son añadidos que, pese tímidos sobre el papel, sí son lo suficientemente atractivos como para reflejar que realmente estás ante otra cosa, y que hay un sincero esfuerzo por parte de Marvel Rivals en demostrar que quiere ser algo más que "la inspiración o la copia de".
Que no se malinterprete mi entusiasmo con la perspectiva de que Marvel Rivals es un juego perfecto que hace todo a las 1000 maravillas, porque tampoco es el caso. De hecho, creo que tiene bastante a mejorar en aspectos como dar forma a tanques que realmente se sientan como tal, u ofreciendo una guía con algo más de lógica a la hora de orientar a los jugadores sobre qué personajes deberían estar utilizando para dar forma a un equipo más equilibrado.
También me plantea ciertas dudas hasta qué punto su pase de batalla será bastante más interesante que el planteamiento con el que parecen haber salido, en el que las skins premium orientadas a ballenas o a caprichos fugaces parecen en ser el principal reclamo de un sistema de monetización que, sin salirse de la bandera de la personalización y lo cosmético sin manchar todo lo demás, podría terminar aportando algo más de chicha.
Lo importante, en cualquier caso es que la base es lo suficientemente buena como para insuflar esperanza sobre sus posibilidades, y que Marvel Rivals a día de hoy lo suficientemente divertido como para que, incluso obviando todos aquellos puntos en los que se aleja inexplicablemente de ser un juego soberbio y un plan sin fisuras, siga teniendo ganas de poder terminar este texto para volver a la acción.
Reconozco que hacía mucho tiempo que un free-to-play no me transmitía esa necesidad con la fuerza con la que lo ha hecho Marvel Rivals. Y más preocupante es que, durante los últimos años, casi ningún otro juego de la franquicia marvelita me había permitido decir hasta ahora con total confianza que "podría hacer esto todo el día". Ya iba siendo hora de hacer honor al Capi.
Marvel Rivals sabe muy bien cuál es su principal aspiración y competidor, pero también qué debe hacer para desmarcarse de ese debate más allá de aprovechar la franquicia de superhéroes. Con un gunplay divertidísimo y una curva de dificultad a la que da gusto asomarse, es uno de esos juegos que puede gustarte durante las primeras horas, pero que terminará enamorándote conforme vayas sumando días. Ya sea jugándolo solo o en compañía, demuestra tener todo lo que podríamos pedirle a día de hoy a un free-to-play con ganas de hacerse un hueco en el mercado y, con una base tan sólida como divertida, sin duda está entre las propuestas a seguir de cerca de cara al futuro.
- Un trabajo fantástico a la hora de convertir los personajes de Marvel en protagonistas de un hero shooter.
- La mezcla de gunplay y estrategia funciona a la perfección tanto en solitario como con amigos.
- Sólido como una roca en lo visual y en lo técnico, es uno de esos juegos en los que empezar a jugar es cuestión de segundos.
- Su modelo de negocio, abandonando las prisas por conseguir superar el pase de batalla, es todo un acierto.
- Su curva de dificultad permite que tanto el principiante como el experto puedan disfrutarlo por igual.
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