Nadie puede dudar que el genero de los shooter en primera persona está totalmente de moda. Sin embargo, Crysis, Call of Duty, y otros muchos se han olvidado de la portátil de Sony, cosa que afortunadamente no ha hecho la semi eterna saga Medal of Honor. Como decía un conocido anuncio de televisión, “vuelven los héroes”, y aunque estos no canten sí luchan por su vida en la Segunda Guerra Mundial.
En este caso nuestro héroe es el teniente Berg perteneciente a la OSE ( Oficina de Servicios Estratégicos), un cuerpo aliado de operaciones especiales. En cabeza de un pequeño grupo de soldados, sus objetivos serán más concretos y complejos que sus compañeros de batalla, y están destinados a descubrir todo lo que podamos sobre una nueva arma ultra secreta nazi. Por delante un modo campaña consistente en 7 misiones a lo largo de variados escenarios:playa, puerto, monasterio, ciudad, etc.; cada una con unos objetivos primarios obligatorios, y otros secundarios por cumplir con los que optar a las ya archifamosas medallas de honor.
El transcurrir de la misión es el habitual de la saga, con pocas novedades. Algunos de nuestros objetivos serán bastante específicos, como encontrar mapas o cajas fuertes, mientras que otros pasan por los habituales de despejar zonas, acceder a garitas, destruir búnkeres, etc. Empezaremos con una idea básica de la misión para poco a poco ir recibiendo novedades y nuevos objetivos. Estaremos siempre acompañados de un grupo de soldados, generalmente bastante pocos y que parecen haber acabado la instrucción hace escasos días, porque por regla general irán o detrás de nosotros, o por su lado, siéndonos a la hora de la verdad de escasa ayuda.
Tampoco encontraremos ninguna novedad en las armas, todas ellas conocidas de sobra en la saga: MP40, Thompson, granadas, panzerscheck, rifle francotirador, etc. Partiremos de inicio con una metralleta Thompson, una pistola de mano y unas granadas, y conforme vayamos encontrando otras armas y munición podremos intercambiarlas según nos vayamos quedando sin munición. Tampoco faltaran los puestos fijos de artillería que podremos usar.
32 jugadores a la vez, ¡esto es la guerra¡
Aunque la primera misión es bastante corta y sencilla, casi a modo de práctica, poco a poco las siguientes irán creciendo en tiempo y complicación. Aun así las seis misiones del modo campaña se hacen escasas y los expertos se quedarán como últimamente suele pasar en este tipo de juegos, con las ganas.
Pero también como últimamente es la tónica, este MOH viene acompañado de un gran repertorio multijugador aprovechando las virtudes de PSP: Ad hoc e infraestructura.
En modo Ad hoc, mediante conexión directa, podremos organizar partidas con hasta 8 jugadores que tengan su propia copia del juego. Por su parte el modo infraestructura se vuelve completamente espectacular al posibilitar la conexión de hasta 32 jugadores a la vez a través de los servidores de EA Nation. En ambos casos, tendremos que seleccionar nuestro bando (eje o aliado), nuestro uniforme preferido y nuestra arma, para lanzarnos a continuación a unas frenéticas batallas en los modos habituales de juego: todos contra todos, batalla por equipos, o captura de banderas.
Lógicamente es difícil encontrar partidas con tantos jugadores, pero aun así es muy ameno, adictivo e incluso desconcertante, ya que los jugadores aparecen y desaparecen continuamente; además tenemos la posibilidad de cambiar de bando en cualquier momento, algo que resulta realmente divertido.
Técnicas de batalla en el frente
Gráficamente el juego no es especialmente sorprendente. Las texturas tanto de soldados como de los escenarios exteriores parecen demasiado simples, con poquísimos detalles, ampliamente superados por muchos otros juegos que nos han traído gráficos más espectaculares a nuestras Psp. En cambio, esta ausencia de detalles hace que el juego sea muy fluido, con pocas y rápidas cargas.
En cambio hay que destacar la gran ambientación del título, como ya viene siendo tónica en la saga MOH, aunque se echa en falta algún dato o video histórico real para hacernos sentir en mitad de la guerra. Menús sobrios con música militar de fondo que contrastan con la multitud de sonidos que oiremos en mitad de la batalla, tiros, explosiones, granadas, etc. Y todo ello traducido y doblado perfectamente al castellano.
Merece la pena nombrar algunos detalles propios de esta versión portátil como la forma de morir de nuestro personaje. Según nos vayan disparando nuestra pantalla se irá tiñendo de rojo por los lados, de forma que nos quedará cada vez menos hueco para ver.
También podremos activar una ayuda para disparar, consistente en que nuestra mirilla se pondrá de color rojo al apuntar a un enemigo, favoreciendo mucho la sencillez del juego al tener que apretar el gatillo en ese preciso instante.
Precisamente, uno de los puntos complicados para jugar a este tipo de juegos en una portátil son los controles, o mejor dicho la ausencia de suficientes controles y sticks para realizar todas las acciones. Tal y como sucedía en la primera parte, tenemos varias opciones predeterminadas para configurar todas las acciones entre el stick y los botones. Tras dedicar un tiempo recomendable a probar cada una de ellas, me vuelvo a quedar con utilizar el stick izquierdo para mirar / apuntar, los botones derechos para moverse y el botón R superior para disparar, reservando los botones izquierdos para cambiar de arma, recargar, etc. Después de unos minutos de acoplamiento nos haremos con la combinación rápidamente, resultando en general bastante intuitivo. Aun así, el número de controles no llega para todas las acciones, y por ejemplo para correr tendremos que apretar dos veces seguidas el botón de adelante y no podremos saltar.
La saga Medal of Honor regresa al frente de PSP para proponernos un shooter muy bien ambientado y de lo más recomendable. La inteligencia artificial de nuestros compañeros es bastante mejorable, y el apartado técnico va un escaso paso por encima de lo correcto, pero su propuesta de acción continua y brillante multijugador dan la nota.
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