El género de las plataformas lleva endulzando el mundo de los videojuegos desde que en 1980 se lanzara Space Panic, pero con el paso del tiempo ha ido evolucionando hasta encontrar híbridos que combinan la acción con la superación de obstáculos que pocos retazos guardan de los orígenes. En ese sentido, Nikoderiko The Magical World es un retorno a los clásicos de los años noventa; una fusión entre Crash Bandicoot y Rayman que sabe sacar partido a lo mejor de ambos mundos y que añade algo de cosecha propia para desembocar en una aventura sorprendente y estimulante a cada nivel.
Análisis de Nikoderiko The Magical World
El estudio independiente VEA Games firma este título que viene a recuperar la esencia clásica noventera del género; un plataformas de pura cepa que recoge sus elementos principales de los máximos exponentes del momento, pero que saca partido a las nuevas tecnologías para darle un pulido visual a la altura y un apartado gráfico que funciona a las mil maravillas. En este, Niko y Luna, dos animales antropomórficos, van en busca de una reliquia al estilo Indiana Jones por una isla mágica llena de enemigos. Así, a lo largo de siete zonas diferentes, el jugador puede explorar diferentes niveles, incluso en modo cooperativo.
Nikoderiko es una comparativa entre Crash Bandicoot, Rayman y Donkey Kong constante
Hay algo que es más que evidente desde el primer momento: Nikoderiko es una comparativa entre Crash Bandicoot, Rayman y Donkey Kong constante desde el primer momento, por lo que trataré de explicarla ya para no estar citándola en todo momento durante este texto. No solo el parecido de sus personajes a los de Naughty Dog es evidente, sino también la división por islas y niveles tan típica del primer Crash Bandicoot, la existencia de gemas color púrpura como coleccionables, la aparición de una suerte de lums de Rayman mientras avanzamos por los escenarios...Las referencias son constantes y cualquier que haya jugado a It's About Time o Rayman: Legends podría ver un buen puñado. ¡Ah, bueno! Y que no se me olvide alguna referencia a Super Mario por ahí escondida.
Ahora bien, Nikoderiko: The Magical World hace muy bien su función en cuanto se trata de retener a un jugador ducho en la materia. Parece una fusión tan exacta de estos juegos que este no podrá evitar probar algunos niveles por pura curiosidad. Sin embargo, cuanto más se avanza más se dejan ver la serie de ideas propias tan acertadas que tiene. Se empieza jugando por curiosidad y se acaba inmerso en un juego con una calidad muy superior a lo que parecía en un primer momento.
Una de las cosas que más llaman la atención es el diseño de niveles. Ya en Crash Bandicoot 4: It's About Time se puedo ver cómo se renovaba la fórmula de los niveles de los anteriores juegos y se les dotaba de mayor profundidad espacial. Aquí ocurre algo similar, pero con más cambios de eje en la cámara, niveles más largos o una buena cantidad de sucesos en pantalla muy rápidos. El 2D se combina con el 3D más puro en casi todas las zonas, por lo que la sensación que percibe el jugador constantemente es la de dinamismo puro a lo Donkey Kong Country Returns. También hay niveles de persecución (a lo dinosaurio en Crash Bandicoot 3: Warped), pero de una forma renovada y bastante tensa.
A nivel de plataformeo, encontramos todas las fórmulas típicas hasta la fecha (plataformas dinámicas, suelos resbaladizos, acantilados, pinchos y, por supuesto, niveles submarinos) y unos controles tradicionales en los que, si tuviera que poner un "pero" seguramente sería el salto, que no me ha acabado de parecer tan cómodo como en muchos juegos actuales. Tampoco hay una acción de ataque como tal, sino que, dependiendo del tipo de enemigo, el personaje puede deslizarse hacia ellos para sacarlos de pantalla o saltar encima; también se pueden agarrar objetos y lanzarlos hacia ellos. Un detalle bastante llamativo es la existencia de monturas con la particularidad de que el jugador puede invocarlas en ciertos momentos o encontrárselas en los niveles correspondientes. La variedad es amplia y cada una tiene su propia característica: el jabalí arrolla enemigos, el murciélago puede volar, el caballito de mar lanza ratos, etc.
Es fácil morir, sobre todo por cualquier error inesperado, pero donde más brilla esta sensación de reto es en los niveles especiales
En cuanto al nivel de dificultad, este aumenta de forma progresiva, pero se percibe desde el primer momento la intención del estudio de tener en cuenta a un público adulto como jugador. Es fácil morir, sobre todo por cualquier error inesperado, pero donde más brilla esta sensación de reto es en los niveles especiales o bonus. Estas zonas se suelen caracterizan por tener diferentes retos que hay que hacer dentro de un marco de tiempo determinado, generalmente unos 30 segundos, y que pueden costar varios intentos.
Completar el juego al 100% es una tarea laboriosa, pese a que su campaña principal se puede hacer en unas 6-7 horas por la cantidad de coleccionables que existen. No solo están las ya citadas gemas púrpura, sino también letras que forman la palabra "Niko", como ocurría en juegos tradicionales como Tarzán o Hércules de PlayStation 1, mapas del tesoro o monedas especiales.
Y es que la jugabilidad, el apartado artístico o musical eclipsan a otros como la narrativa, ya que no es un juego que enganche por su historia o los personajes sean memorables, aunque haya una línea argumental, voces, cinemáticas y diálogos. Los cobrings son los enemigos de esta entrega, unos seres reptilianos que también buscan el tesoro, pero que están lejos del carisma del querido Neo Cortex y su tropa. En ese sentido, tampoco los enfrentamientos contra jefes me han parecido lo más complejo o innovador, aunque algunos cuentan con mecánicas interesantes más propias de un metroidvania a lo Hollow Knight.
En cuanto a la música, VEA Games ha replicado lo que ya hiciera Bloober Team con The Medium. En este caso, contar con David Wise, compositor de la saga Donkey Kong Country, para amenizar cada uno de sus niveles. No es una mala estrategia si tenemos en cuenta que Nikoderiko The Magical World es la puerta de entrada al mundo de los videojuegos del estudio. Porque, otra cosa no, pero la voluntad de mostrar un trabajo bien hecho está más que presente.
Nikoderiko The Magical World es una grata sorpresa capaz de llevar al jugador a un tipo de plataformeo muy concreto y nostálgico que bebe de los mejores referentes del género. A nivel personal, he echado en falta un poco más de personalidad propia en la puesta en escena, pero lo he disfrutado desde el primer momento. Es una aventura apta para pequeños y grandes, con una buena justa medida de reto y mucho dinamismo. No todos los días se tiene la oportunidad de encontrar una nueva propuesta de este tipo, sobre todo para aquellos amantes del género de plataformas.
- Tatrapará por sus constantes referencias a los grandes exponentes del género de plataformas.
- Su dificultad se adapta a toda clase de jugadores.
- Los niveles son dinámicos y frenéticos.
- Las monturas son uno de los recursos más interesantes.
- Su música no tiene nada que envidiar a grandes títulos del género.
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