Cuando se trata de Palworld, hay tantos posibles temas de conversación que es difícil abordarlos todos. Podemos centrarnos en el asombroso número de jugadores simultáneos en Steam, las polémicas con respecto a la propiedad intelectual o su condición como videojuego parodia. También tenemos la opción, que a mi me parece mucho más interesante, de centrarnos en lo que aporta a los videojuegos con monstruos coleccionables. Soy fan de Pokémon desde que tengo uso de razón y creo que Game Freak podría aprender un par de cosas del título de Pocketpair.
El verdadero protagonista de Pokémon
Uno de los aspectos que más me sorprendió jugando a Palworld es el hecho de que los 'pals' tienen mucho más protagonismo en el videojuego que la mayoría de los pokémon que he llevado en mi equipo a lo largo de las nueve generaciones que la saga carga a sus espaldas. Los desarrolladores han bromeado mucho durante la campaña promocional del videojuego con la idea de esclavizar a las criaturas que capturas, pero es en Escarlata y Púrpura donde los monstruos quedan relegados a la única función de combatir.
Los 'pals' son más protagonistas de Palworld que los pokémon de Pokémon.
Cuando vuelves a la base en Palword después de salir un rato a visitar cuevas o explorar, te das cuenta de que los monstruos que has atrapado están ahí para acompañarte. Están haciendo tareas o simplemente paseando por el campamento, demostrando su existencia más allá de una bola de captura. Puedo volver de una expedición, no pasar por ningún tipo de cinemática o menú y acariciar a los que realmente son los protagonistas de toda esta historia. Además y pese a las bromas que rodearon su campaña promocional, lo mejor es cuidarlos bien y convertirlos más en compañeros de trabajo que en esclavos. Al menos, es así hasta donde yo he avanzado.
Aunque se bromeó mucho con la idea de esclavizar a los 'pals' lo mejor es tratarlos de forma amistosa.
Mi problema con la saga principal de Pokémon es que siempre nos ha vendido una experiencia Ash Ketchum simplificada. Todo se basa en lograr medallas de gimnasio, derrotar villanos y ganar la liga para convertirnos en el mejor entrenador que habrá jamás. Sin embargo, siempre he entendido eso como "solo" la mitad de la experiencia. Al final, podemos pensar en el mismo protagonista del anime y darnos cuenta de que nuestros mejores recuerdos sobre la serie se parecen más a aquella vez que dejó marchar a Butterfree en la primera temporada que a la victoria que consiguió en tal o cual combate de gimnasio.
Quiero un juego de Pokémon en el que los monstruos tengan tanto protagonismo como los humanos
La saga principal de Pokémon se ha esforzado muy poco porque tengamos relaciones significativas con nuestras criaturas (aunque justamente Escarlata y Púrpura trabajan muy bien en este sentido). Es cierto que esto obedece al diseño mismo de los videojuegos, que sacrifican este tipo de narrativas a cambio de la libertad de que formemos nuestro propio equipo. Sin embargo, es aquí donde vendrían fenomenal experiencias complementarias que nos permitan ser "ese otro entrenador". No tanto el Ash Ketchum que busca ganar la liga de una región como el que, en el último capítulo del anime, revela que para él ser un maestro Pokémon significa, en realidad, hacerse amigo de todos los pokémon del mundo.
Y al volver a casa, todos mis pokémon estaban ahí para recibirme.
Si le quitamos las pistolas y las bromas a veces demasiado obvias, Palworld es un juego que satisface esa fantasía. Es evidente que es demasiado gamberro como para ser la respuesta perfecta a ese punto de vista casi sentimental de "qué significa ser entrenador Pokémon". Sin embargo, esto quizá hace que todo tenga aún más mérito. Con todos los rifles de francotirador y metralletas que le han puesto, han estado más cerca que nadie de ofrecerme esa experiencia alternativa sobre mi saga favorita que busco desde hace tanto tiempo. La propuesta no deja de tener problemas, pero tan fácil resulta ver por qué el juego no es perfecto como entender qué lo ha llevado a convertirse en un fenómeno.
No quiero esclavizar a Pikachu ni poner a Sylveon a hacer trabajos forzados, pero… ¿os imagináis un juego de granjas en el que los Pokémon nos ayudan a gestionarlo todo? Si esto es lo que a mi se me ha ocurrido pensando sobre la marcha en como cerrar el texto, seguro que las cabezas pensantes de Game Freak o Nintendo pueden llegar a ideas mejores. Ojo que mi intención no es que dejen de lado la saga principal, si no que comiencen a apostar por juegos complementarios que realmente hagan eso: completar la idea de cómo sería vivir en un universo poblado por estas criaturas. De paso y matando dos pájaros de un tiro, también parece una fórmula perfecta para atraer al público adulto de nuevo a la franquicia.
En 3DJuegos | El futuro de Pokémon no sólo pasa por mejores gráficos. Game Freak debería fijarse en un juego de cazar animales comestibles.
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