Después de echarle cuatro o cinco horas en una tarde, cuando cerré el juego, mis problemas seguían ahí. Sin embargo, ese rato que había pasado en Park Beyond había sido el único de todo el día en el que no tenía la cabeza dando vueltas en las preocupaciones de la vida cotidiana. En su lugar, estaba pensando en dónde colocar la próxima montaña rusa o cómo aprovechar las hectáreas recién adquiridas para expandir mi parque de atracciones. Los juegos de gestión tienen una capacidad especial para absorber a los jugadores. Casi siempre me divierten y, aunque este también ha sido el caso, para mi ha sido más bien un salvavidas.
Park Beyond es una experiencia a la medida de cada jugador
Park Beyond se centra en la construcción de parques de atracciones. Comenzaremos trabajando un terreno sin más atractivos que el bioma que hayamos elegido entre cañones, bosque o islas y el objetivo es convertirlo en el nuevo Disneyland. Toca decidir dónde va cada atracción, el puesto de bebidas o una tienda de recuerdos. También edificar los caminos, manipular el terreno y darle una seña de identidad. Es todo lo que esperaríamos de un juego de estas características, combinando la construcción de la montaña rusa más loca del mundo con las necesidades económicas de una empresa que, si acabamos tres meses con pérdidas, nos echará el cierre de forma permanente.
Los finales son aterradores, y la perspectiva de ver el parque de atracciones con el que soñabas cerrado para siempre no lo es menos. Sin embargo, el nivel de exigencia de Park Beyond está adaptado a cada jugador. Ese fue para mi el gran atractivo del videojuego. El título cuenta con una campaña compuesta por casi una decena de misiones de dificultad creciente en las que te llevará de la mano para aprender todo lo que el juego puede ofrecerte. Desde la mencionada construcción de montañas rusas personalizadas hasta el manejo de los precios en las tiendas de alimentación y recuerdos que no pueden faltar en un establecimiento como este.
Comenzaremos con un parque casi vació que tendremos que ir llenando de atracciones y otros establecimientos.
Aprenderemos a revisar qué dicen los visitantes de nuestro parque, el nivel de uso de las atracciones que hayamos construido o cuáles son las modas de consumo entre nuestro público objetivo. Eso si es que nos interesa. Aunque podemos hablar de "dificultad", lo cierto es que Park Beyond nos ofrece algo más similar a un selector de filosofía empresarial. Podemos tomarlo solo como un reto de construcción, haciendo todo lo que queramos con un presupuesto ilimitado. También como un desafío de gestión, que nos pondrá al límite en la toma de pequeñas decisiones y dará importancia hasta a algo tan banal como elegir el precio del extra de queso en los puestos de Pizza. Por supuesto, también es posible situarse en un término medio.
La filosofía de Park Beyond es diversión sin pretensiones
La idea de Park Beyond es una que está en el corazón de los juegos de gestión. Al jugador se le ofrece todo un surtido de herramientas, pero debe ser él quien elija cómo quiere utilizarlas. En un mundo de prisas, de eficiencia y de vida rápida; el verdadero desafío es que seas honesto contigo mismo y decidas cuál va a ser tu forma preferida de perder el tiempo. Expresado en esas palabras casi parece un sacrilegio, pero de eso van los juegos de gestión: de comerse nuestras horas sin más intención que hacernos pasar un buen rato. Es una defensa al videojuego como abstracción, porque escapar de la realidad un ratito al día es lo que sigue haciendo que pueda llegar al siguiente sin abandonar la salud mental por el camino.
Lo cierto es que Park Beyond abraza esta idea de juego sin pretensiones y te lo hace saber desde el primer momento con una estética 'cartoon' y personajes extravagantes que no son más que estereotipos exagerados. Viejos soñadores, jóvenes con ideas extremas y empresarios obsesionados con la seguridad se entremezclan para ofrecer al jugador una experiencia que no cambiará su vida, pero que le va a ofrecer un rato divertido. Es algo que se hace todavía más evidente al conocer la que es la mecánica más destacada de toda esta experiencia de gestión de parques temáticos: la "imposibilización".
Uno de los retos más difíciles es llevar a cabo la expansión sin llegar a la bancarrota (tanto las áreas verdes como las rojas pueden comprarse).
Mantener el parque limpio, en buen funcionamiento y con visitantes felices irá recargando un recurso que nos permite imposibilizar algunos de sus elementos. En términos estrictos, no es más que una mejora limitada para alargar el bucle jugable y que podemos usar para aumentar la eficiencia del personal. Sin embargo, lo que hace cuando se utiliza sobre una estructura es permitir que se salte todas las leyes de la física. El nombre le viene al pelo, pues básicamente permite que las atracciones hagan cosas imposibles, lanzando a los usuarios por los aires o sometiéndolos a unas fuerzas g que dejan en ridículo a los pilotos de Fórmula 1.
Quizá el gran problema de Park Beyond es que demasiada de su fuerza se fue tanto en esta imposbilización como en ofrecer un espectacular sistema para crear montañas rusas, permitiendo que lancemos a los visitantes a través de cañones, que los raíles vayan bajo tierra o que el trayecto varíe de forma constante con ascensores y bifurcaciones. Esto es fantástico, pero el coste es que el número de atracciones estándar –las que vienen preconstruidas– y tiendas sea algo más escaso. Es un fallo que no se nota a lo largo de las primeras horas, pero que tras las más de 20 que habré jugado comenzaba a hacerse un tanto menos llevadero.
En primer plano, un sistema de cañones que conecta dos zonas sin vía de la montaña rusa. Detrás, estaciones algunas atracciones imposibilizadas que forman mi parque.
Un juego sólido, pero no redondo
Una idea que no termina de estar bien implementada es la de la decoración. Es cierto que aquí sí tenemos a nuestra disposición infinidad de elementos para personalizar nuestro parque, que además pueden combinarse de forma muy creativa, pero también que no termina de servir para mucho. No parece que los visitantes tengan muy en cuenta la temática general más allá del tipo de atracciones ofrecidas. Esto provoca que sea algo secundario que solo hacemos cuando realmente nos apetece darle un toque diferenciador para que nosotros, los jugadores, disfrutemos más de nuestra propia creación.
La colocación de los objetos, en muchos casos, también puede ser algo desagradable. Se alinean con el entorno de forma un tanto extraña y cuando quieres ajustarlo a mano no siempre es fácil hacer que se ubiquen exactamente en la posición que quieres. Esta situación junto con algunos bugs –yo solo encontré uno pero muchos usuarios indican que son más habituales– son quizá los dos apartados negativos más destacados del título. Lo cierto es que es una verdadera lástima porque, incluso en las zonas en las que menos brilla, Park Beyond es un juego que cumple de forma holgada.
Podemos subirnos a nuestras propias montañas rusas y comprobar de primera mano cómo funcionan.
Las bases están bien asentadas y queda por delante un camino de actualizaciones que terminará de limar algunas asperezas y añadirá ese nuevo contenido que pedimos. Se combinarán, eso sí, añadidos gratuitos con otros de pago. Park Beyond ofrece una experiencia muy sólida ya desde el día uno, dando pie a que tengamos una perspectiva optimista con respecto a lo que pueda alcanzar en el futuro.
Incluso con estos pequeños problemas, he encontrado en Park Beyond un juego interesante. Uno que fue capaz de abstraerme en una de esas semanas difíciles que a veces la vida nos pone por delante. Me gustó experimentar con sus atracciones, diseñar rutas para que los visitantes tuvieran que pasar por tres tiendas entre una atracción y la siguiente o disfrutar viendo como algunas de las atracciones se imposibilizaban. Esa combinación de gestión ligera (por la filosofía que elegí) con planificación para expandir el parque fue una de las mejores sensaciones del día durante muchos días consecutivos.
Park Beyond no carece de ciertos aspectos negativos, pero es un juego de gestión de parques temáticos que cumple con creces. La propuesta, quizá más atractiva para recién llegados al género, tampoco descuida a los jugadores experimentados a los que desafiará con un enfoque centrado en la microgestión. Brillante en la construcción de montañas rusas, se echa en falta algo más de contenido que permita ampliar la experiencia de juego para hacerla algo menos cargante una vez hemos superado las dos docenas de horas. Sin embargo, ya se han anunciado DLCs gratuitos y de pago para los próximos meses.
Comprar Park Beyond- La construcción de montañas rusas es una maravilla
- El concepto de imposibilización le da un toque más divertido a la gestión del parque
- Se adapta a los jugadores independientemente de su nivel de experiencia
- Garantiza diversión en cada hora de juego
- Hay errores que ensombrecen un producto muy sólido
