Un camino de recuerdos perdidos, ocultos en la memoria de una niña cualquiera. Ese es el planteamiento de Path to Mnemosyne, uno de los proyectos indies más interesantes de lo que llevamos de año. Experimental, vanguardista… y hecho en España. Os contamos cómo nos hemos sentido al entrar en su subconsciente jugable.
Hacer videojuegos no es fácil. Hacerlos defendiendo cierta libertad creativa aún lo es menos. Si encima tienes una empresa pequeña, con escasos recursos, ya ni hablemos. Ya sólo por eso, debemos sentirnos orgullosos de que la escena indie siga fuerte y nos ofrezca cosas tan interesantes como Path to Mnemosyne, un proyecto español que ni sus propios responsables son capaces de clasificar.
La primera pantalla que veo es la mirada penetrante de una niña. Un botón y ya estoy dentro de su subconsciente. El resto lo constituye un camino hacia adelante, un túnel de recuerdos surrealistas en blanco y negro, metáfora del pasado, pero también de un lugar que probablemente nunca visitaría. El efecto zoom que emplea mientras avanzo desconcierta (mucho) y el sonido provoca vértigo en un camino de puzles a resolver: algunos ingeniosos, otros no tanto.
Es posible que el propio juego sea una forma de expresión del estado de sus creativos, que aseguran sobrevivir en una industria en la que "debes reinventarte explorando caminos en los que no te adentrarías de otra manera". La desarrolladora DevilishGames afrontó recientemente una situación económica difícil, y tuvieron que aceptar encargos para salir a flote. Trabajos que, les gustaran o no, tenían que hacer. Lo que aquí analizo es su forma de evasión en mucho tiempo, y me parece tan original que da igual que dure poco más de una hora. Es una experiencia que me ha demostrado que los videojuegos pueden adquirir muchas formas, y que no siempre deben preocuparse por palabras como duración, rejugabilidad o personalización. Puede valerles con ser ese granito que se diferencia en un gran montón de arena.
Camino de recuerdos
Mnemosyne (Mnemosina) hace referencia a Mneme, personificación de la memoria en la mitología griega. Una vez entras en el videojuego, no hay marcha atrás. El único camino es hacia adelante, un corredor infinito, sin fondo, en el que a mi paso desfilaban plantas marchitas, esqueletos, enormes insectos en descomposición… Un camino de bellos horrores, porque era incapaz de apartar la mirada y dejar de admirar un apartado artístico tan surrealista como expresivo.
En Path to Mnemosyne hay dos elementos que explican el interés. Uno es el enfoque visual. Cuando caminaba, la cámara no me seguía, sino que era un zoom in el que me daba la sensación de desplazamiento. Mágico. Cuenta el desarrollador David Ferriz que la inspiración fueron los videoclips de los ochenta, aunque uno de los que más le impresionó fue otro más reciente, el de "Seven Nation Army" (The White Stripes). De hecho, el título juega continuamente con ese efecto túnel, perturbador al mismo tiempo que hipnotizador… el cual encaja perfectamente con la idea original: la exploración del subconsciente.
Una vez entras en el videojuego, no hay marcha atrás
El otro elemento son los puzles, simples pero eficaces en su mayor parte. Muchos están relacionados con la capacidad de observación y deducción, mientras que otros tienen que ver con el uso de la memoria o el empleo de la lógica espacial. Muchos son satisfactorios y suponen un auténtico reto, generando en ti una grata sensación una vez superados. Otros, sin embargo, me han hecho suspirar por su clasicismo: portales y combinaciones que hemos visto mil veces. En cualquier caso, suponen el verdadero motivo por el que seguir adelante en una aventura que puede llegar a las dos horas sólo en el caso de que te atasques.
Seguramente le ha faltado matizar mejor su mensaje, ya que no he acabado de ver la intención detrás del recorrido. De igual forma, prolongar el viaje no hubiese estado de más, porque todo se acaba justo cuando llegan los mejores planteamientos. Path to Mnemosyne es tan absorbente e interesante, que haber pasado una hora más con él no me hubiese disgustado... Me ha dejado con las ganas, a mitad de un trayecto que he sentido como incompleto.
He pensado que era intencional, que puede que ese camino incompleto se correspondiese con el de los desarrolladores. No lo sé. Lo que tengo claro es que deberían seguir cultivando esta senda, porque videojuegos "de los otros" los hay a patadas. Lo que no abunda es la innovación y las ganas de experimentar. De eso aquí hay un rato. Por eso, si creéis que eso es lo más importante, poneros cuanto antes en marcha. El subconsciente espera.
Path to Mnemosyne es algo fuera de la convencional, un arrebato de originalidad puesta al servicio de la experimentación en la industria del videojuego. Su planteamiento es hacer un recorrido por la memoria perdida de una niña, pero en realidad nos encontramos ante el reencuentro de unos creadores con su alma de creativos, y eso es algo que cuando juegas ves en sus diseños. Una aventura muy corta y con altibajos en sus puzles, pero que debes plantearte descubrir si eres amante de la innovación.
- Apartado artístico surrealista y único. Una pequeña maravilla
- Ambientación sublime, con un sonido muy cuidado
- Algunos puzles están muy inspirados
- Simple pero adictivo
- El concepto daba más de sí
- Se echan en falta más y mejores puzles
- Corto, muy corto