El rol clásico de Pathfinder Kingmaker pone rumbo a PS4 y Xbox One. En estas impresiones te contamos todo lo que necesitas saber sobre este RPG que te da libertad para explorar un peligroso mundo de fantasía. Adaptarlo a consolas no ha sido tarea fácil, pero sus responsables prometen que merecerá la pena.
Han pasado cerca de dos años desde que Pathfinder Kingmaker se estrenó en ordenadores. Desarrollado por Owlcat Games, supuso una pequeña alegría entre los aficionados del rol occidental clásico. Su mundo era familiar pero a la vez nuevo. Explorar sus valles, mazmorras y catacumbas era emocionante; también descubrir la historia que el juego nos quería contar. Junto con Pillars of Eternity o Tyrany, Pathfinder Kingmaker fue otro de los títulos que lideró el resurgir de una forma de hacer RPG en la que los números, las tablas, la lectura y el cálculo eran fundamentales para ganar combates y poder avanzar. Pero pese a que el juego acertaba en su presentación y en la manera de hacer suyas las inspiraciones de los juegos de Black Isle Studios y de tantos otros, tenía una curva de dificultad muy agresiva combinada con una enorme dificultad a la hora de interpretar todo lo que estaba ocurriendo en pantalla, sobre todo en las peleas más complicadas. Y aquí se halla el gran reto de lo que se propone esta Definitive Edition que ya hemos tenido oportunidad de ver en acción: ¿cómo se soluciona este problema al llevar el juego a consolas?
Pathfinder Kingmaker: Definitive Edition es uno de esos videojuegos que se nota que han sido creados para PC y para ser jugados con un ratón. Su interfaz combina las ideas de estos títulos con las sensaciones que transmiten los juegos de mesa, lápiz, papel y cartas que a su vez inspiraron a Baldur's Gate y a todos sus hijos. Pero Pathfinder Kingmaker da un paso más en lo que respecta a complejidad, porque el enorme abanico de opciones a ejecutar a veces recuerda a las de un MMORPG como Final Fantasy XIV. Trasladar un título de estas características a Playstation 4 y Xbox One no es fácil. Hay que ofrecer un sistema de juego ágil y flexible, lograr que toda la escena se interprete bien y que la navegación por cada elemento de su menú sea cómoda y agradable. Durante la presentación, Alexander Mishulin dio fe de esta dificultad, era consciente de ella, pero recalcó que el estudio se esforzó mucho para lograr una experiencia de juego agradable jugada con mandos porque quería que muchas más gente se acercara a su juego.
Lo cierto es que por lo visto, Pathfinder Kingmaker: Definitive Edition se jugará bien en consolas, pero seguiremos teniendo que esforzarnos para comprender todo lo que ocurre, qué posibilidades tenemos y cómo podemos aprovecharla. El juego sigue siendo bastante opaco, para bien o para mal. Y no vendrá en español.
Cambiando de tiempo real a turnos
Los combates en Pathfinder Kingmaker: Definitive Edition son largos y complejos en su mayoría, pero hay otros que son más asequibles. Es por ello que el videojuego habilita dos modos de combate como pudimos ver en Dragon Age: Inquisition. Sin cambiar nunca el punto de vista de la cámara, que se mantiene cenital y con vista isométrica, en el combate a tiempo real moveremos a nuestros aliados directamente y tomaremos decisiones rápidas. Cometeremos errores y no seremos tan finos, pero nos servirá para avanzar en caso de que la situación lo permita.
Sin embargo, lo divertido de Pathfinder Kingmaker: Definitive Edition son sus combates por turnos. Owlcat Games ha adaptado su interfaz y su control para que la experiencia sea lo más agradable posible. A la izquierda contamos con una columna en vertical en la que aparecerán los turnos correspondientes a cada amigo o enemigo. En la parte inferior de la pantalla se encuentran nuestras habilidades representadas por un icono, un nombre para interpretar su uso y una serie de atajos rápidos. En pantalla contaremos con un puntero de ratón que moveremos con el stick. Con él seleccionaremos el personaje, a dónde se mueve y a quién ataca. Estos movimientos y ataques refuerzan su legibilidad con líneas de trazos para que comprendamos qué ocurre, lo que ayuda a entender nuestras acciones.
Alexander Mishulin jugó varios combates empleando esta modalidad de juego. Él, por supuesto, es un jugador avanzado, por lo que no le costaba lo más mínimo moverse por menús y por todo el interfaz. El juego sigue siendo igual de opaco. No se dan explicaciones claras sobre los estados que sufren nuestros personajes en pantalla ni tampoco sobre lo que hace cada habilidad. Para ello hay que detenerse, sumergirse en la explicación mostrada aparte y tener paciencia. Es decir, aunque la adaptación el mando de una consola tiene buena pinta y parece perfectamente jugable, no se han hecho concesiones ni se ha casualizado la experiencia. Seguimos teniendo la experiencia plena y original de Pathfinder Kingmaker.
Qué añade la versión definitiva al original
La parte más compleja de Pathfinder Kingmaker: Definitive Edition, que es trasladar el juego de PC a consolas, parece bien resuelta. Una vez conoces los entresijos del juego, disfrutar de él parece cómodo, pero moverse con un ratón no es lo mismo que con un mando, por lo que las largas batallas lo serán aún más. De todas formas, la experiencia parece seguir siendo satisfactoria para los que buscan un juego de rol occidental clásico duro y sin concesiones.
Pathfinder Kingmaker: Definitive Edition ofrecerá el mismo contenido con todos los descargables que se incorporaron al juego original. Estos dos años de diferencia les ha servido al estudio para adaptar su juego al mando con una experiencia que parece satisfactoria sin sacrificar el espíritu original del juego, además de trabajar claro en el prometedor Pathfinder: Wrath of the Righteous que superó con gran éxito su campaña en Kickstarter. También han aprovechado para arreglar algunos problemas del título original y solucionar algún pequeño bug que pudiera tener.
Durante la presentación, se le preguntó al director creativo si podríamos ver el juego en Nintendo Switch. Respondió que la consola le parece un sistema muy interesante para este tipo de juegos, pero que el desafío técnico de lograrlo es tan grande que por ahora no se lo plantean. Sin negarlo categóricamente, nos emplazaron a disfrutarlo en PS4 o Xbox One si queríamos hacerlo en una consola. En definitiva. Pathfinder Kingmaker: Definitive Edition no ha sacrificado nada de su alma para saltar a consola. Sigue siendo un título exigente que demanda paciencia, concentración y saber hacer. La adaptación de su interfaz parece acertada para sumergirnos en sus intrincadas batallas. Desgraciadamente, no se ha añadido una traducción al español, pero si queréis un desafío rolero y no tenéis problema con el idioma, atentos a este lanzamiento.