La versión para consolas de Pathfinder: Wrath of Righteous tenía la difícil tarea de adaptar al mando la complejidad de un RPG tan puro como las partidas de tablero, papel y lápiz. Es un reto que ya han hecho frente otros juegos con éxito como la versión para consolas de Divinity Original Sin 2 por ejemplo, pero siempre existe la duda. ¿Funcionará bien o será una pesadilla? Me alegra decir que estamos ante otro buen ejemplo de cómo llevar a consolas una aventura de rol tan buena como esta, aunque obviamente hay que hacer algunas concesiones.
De entrada os emplazo a leer el análisis de Pathfinder: Wrath of Righteous en PC para que tengáis una visión más certera de qué ofrece el que para 3DJuegos fue uno de los mejores juegos de 2022. Y ahora, poco más de un año después, me toca a mi asomarme a las fauces de este “café para cafeteros” para contaros las bondades y desgracias de su aterrizaje en PlayStation, Xbox y Nintendo Switch vía la nube. Insisto. Nunca es fácil. Una aventura de rol con la complejidad y opciones de juego que propone este nuevo Pathfinder plantea tantas dificultades a la hora de gestionar correctamente las acciones de todos tus aventureros, que da miedo pensar en los quebraderos de cabeza que habrá tenido el equipo de Owlcat Games. Pero me alegra decir que aquí firman una adaptación magistral que, aún con sus evidentes desventajas, da la talla en un ecosistema que no le es natural.
Clase magistral de llevar un RPG a consolas
Por una parte, han sabido solventar con ingenio el reto que podía suponer el desplazamiento; por otra, los menús, los combates y otros aspectos de la experiencia rinden con eficacia pese a no disponer de un tándem tan práctico como el formado por teclado y ratón. Y, gracias a esta estudiada maniobra, los jugadores de consola podrán aprovechar al máximo cada aspecto presente en esta épica aventura.
En un título en el que es crucial la exploración y el movimiento libre por el entorno, es casi obligatorio conocer las posibilidades del mando y aprovechar al máximo sus virtudes. Por ello, los desarrolladores optaron por ofrecer dos vertientes, una pensada para jugadores adaptados al control por mando y otra para seguidores de "lo clásico". Así, mientras los primeros podrán utilizar el joystick izquierdo para moverse a su libre albedrío, los segundos podrán eliminar esta opción y optar por un cursor improvisado con el que indicar el punto de referencia. Y todo ello acompañado de una cámara capaz de acercarse, alejarse y rotar con el joystick derecho.
Para los menús, así como para diferentes aspectos como la barra de acciones o la interacción con el entorno, Owlcat Games ha optado por otorgar una acción a cada botón. Pese a que suene descabellado o parezca una situación capaz de provocar un cortocircuito en cualquier cabeza, lo cierto es que esta decisión es tan acertada como lógica: a los pocos minutos de juego, asocias cada botón a su correspondiente acción de forma casi natural.
Owlcat Games saca el máximo partido al mando
De esta manera, el desplazamiento a través de los distintos menús, la selección de personajes para según qué tareas o activar ciertas acciones, por poner un ejemplo, se convierten en situaciones rutinarias que no requieren esfuerzo alguno, en automatismos fruto de una decisión acertada. Sin embargo, pese a las virtudes que he encontrado en esta forma de integrarlo, he de admitir -lógico- que no es tan fluido como con teclado y ratón. Por ello, en ocasiones he llegado a echar de menos la libertad y las posibilidades que ofrecen dichos controles, así como su comodidad, frente a la improvisación acertada de los mandos. No obstante, he de recalcarlo: su integración y su rendimiento es excelente.
Por último, en los combates es donde más se aprecia la vasta diferencia entre el mando y el tándem de PC. En este último, independientemente de si se desarrollan en tiempo real o a través de turnos, las batallas son naturales y fluidas. Sin embargo, al utilizar un mando entran en juego una serie de botones para realizar acciones concretas que, por desgracia, pueden llegar a ser algo toscas hasta que no se dominan por completo. De hecho, incluso en este punto, palidece ante la libertad de la que puede presumir el PC.
En definitiva, Pathfinder: Wrath of the Righteous puede presumir de contar con un uso óptimo del mando. No obstante, igual que he destacado las virtudes de esta forma alternativa de juego, he de dejar claro que la opción perfecta sigue siendo el teclado y el ratón. A fin de cuentas, a falta de papel, lápiz y dados, no hay nada mejor que el tándem clásico que tanto gusta a los jugadores de PC. Pero si no tienes posibilidad de jugar en PC, aquí tienes uno de los mejores exponentes del género actuales.
Una gran aventura rolera que homenajea a los clásicos del género y, al mismo tiempo, es capaz de hacerse valer por su calidad. Por ello, si eres de los que disfrutan con experiencias que apuestan por la inmersión, la exploración concisa y una historia llena de detalles, Wrath of the Righteous debe ser una parada obligatoria en tu hoja de ruta.
Pathfinder: Wrath of the Righteous llega a consolas con una versión definitiva que, además de incluir todo el contenido adicional, consigue adaptar a la perfección las posibilidades que ofrece el control por mando para extrañar lo menos posible el teclado y el ratón. En él, los jugadores descubrirán una historia de fantasía marcada por la desgracia y el destino en la que la libertad de elección será un elemento crucial. Gracias a ella, al carisma de los personajes y a las singulares y épicas batallas, dignas de aquellas largas sesiones de rol de lápiz y papel, los jugadores serán partícipes de una de esas aventuras roleras que se recuerdan con los años.
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- Increíble variedad de personajes con infinitas posibilidades de creación
- Adaptación ejemplar al control por mando, aunque a veces cuesta seguir la acción en los combates
- Historia de fantasía única con elementos que se modifican según tus decisiones
- El contenido adicional es tan ambicioso como la experiencia original
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