Cuando empecé a jugar a Pokémon pensaba que los movimientos de estado eran inútiles, que mi inicial debía estar al menos quince niveles por encima del resto y que la lotería de Ciudad Trigal estaba amañada para que nunca te tocase nada. El sorteo se introdujo con las entregas Oro y Plata de segunda generación y repitió hasta desaparecer en Escarlata y Púrpura. Por entonces no le di mucha importancia, porque entre eso o buscar un Lapras cada viernes, tenía clara cuál era la elección. Además, hasta hace unos años ni siquiera sabía bien cómo funcionaba, aunque vaya cara se me quedó cuando me enteré: es una copia de la Lotería de Navidad.
¿Qué era exactamente la Lotería Pokémon?
A lo largo de las generaciones la lotería pokémon ha sufrido cambios en su frecuencia, tipo de premios o criterios de victoria. Sin embargo, las claves de su funcionamiento se mantuvieron intactas. El juego seleccionaba aleatoriamente un número de cinco cifras que actuaba como lo haría El Gordo de Navidad que podíamos conocer de diferentes formas en función al juego. Por ejemplo, en las mencionadas entregas Oro y Plata era posible ‘escucharlo’ los viernes en las emisoras de radio o ir directamente a la Torre de Ciudad Trigal a preguntarlo y cobrar el posible premio.
En este punto, tenemos una gran laguna. Aunque en muchas ediciones de Pokémon había un casino, nunca existió una administración de loterías al uso en la que pudiésemos comprar cupones. En lugar de eso, todos los entrenadores participábamos de forma automática. Nuestros boletos eran las ID de Entrenador de todas las criaturas que tuviésemos en nuestro equipo o en el PC. Es por aquí por donde empiezan a venir las similitudes con el mencionado sorteo navideño.
Un pequeño triunfo en la Lotería Pokémon (Vía Wikidex, editada)
Antes de seguir hemos de saber que la ID de Entrenador es un número que se asocia a nuestro personaje cada vez que iniciamos una nueva partida. Todos los pokémon que eclosionen de un huevo o capturemos también se asociarán a este número, pudiendo ser consultado desde la pestaña equipo. No existe una forma de cambiarlo a no ser que utilicemos programas externos, nos aprovechemos de un fallo del juego o borremos nuestro progreso para comenzar de nuevo. Sin embargo, ya desde la generación en la que se introdujo la lotería pokémon podíamos recibir monstruos de otros jugadores.
La mecánica del Sorteo Pokémon que me recuerda a la Lotería de Navidad
Teniendo en cuenta que el premio de la Lotería Pokémon dependía de la ID de Entrenador de nuestras criaturas y que solo había un modo de conseguir monstruos con números diferentes a los de nuestro personaje; la receta de la victoria estaba clara. Debíamos llevar a cabo todos los intercambios que pudiésemos con tantos jugadores que fuese posible. Cada uno de ellos era como comprar un nuevo boleto. Por supuesto, las probabilidades seguían siendo bajísimas porque esto no dejaba de ser una apuesta, pero era la única forma de mejorar nuestras opciones.
Cuando lo supe, no pude dejar de pensar en cómo se le suele pedir a los parientes que viven en otra localidad o que la visitan para hacer turismo que nos traigan un décimo de Lotería de Navidad para intercambiarlo. Este sorteo, al menos en España, tiene la particularidad de que cada número se reparte en un número limitado de localidades. De este modo, necesitamos de alguien que coopere con nosotros si tenemos interés en hacernos con cupones que solo se venden en un determinado pueblo para aumentar nuestras probabilidades de ganar. Por supuesto, aun así, no íbamos a salir triunfantes y lo importante era el mítico “tenemos salud”.
Desde sexta generación el ID de Entrenador tiene seis cifras (aunque solo las cinco últimas sirven para la lotería)
Además, el paralelismo se mantiene con la evolución tecnológica. Las limitaciones regionales a la Lotería de Navidad han ido desapareciendo con el tiempo. Podemos comprar boletos con casi cualquier número en internet. Esto nos arruinaría la metáfora si no fuese porque en Pokémon ha pasado exactamente lo mismo. Ya no necesitamos comprarnos un cable link o el horrible conector infrarrojo de Game Boy Advance para intercambiar criaturas: basta con conectarse a la red global y tener un poco de paciencia para hincharnos a monstruos que tengan la ID de otro entrenador.
Como tantos otros detalles de la saga, la Lotería Pokémon fue una genialidad que pasó injustamente inadvertida. Desaparecida oficialmente en la novena generación sin que conozcamos exactamente los motivos, muchos ni siquiera fuimos capaces de averiguar como funcionaba hasta que ya estabamos demasiado mayores como para que ganar una Master Ball (el premio gordo acertando todos los números) nos hiciese verdadera ilusión. Eso sí, ni ahora hemos dejado de disfrutar de Escarlata y Púrpura o salir a la calle para completar el último evento de Pokémon GO. Supongo que hay cosas que nunca cambiarán.