Análisis de Rocksmith

Análisis de Rocksmith
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La promesa era increíble y fascinante: disfrutar de un videojuego musical con un instrumento real. Tras varias sagas como Guitar Hero o Rock Band con “guitarras de juguete”, por fin tenemos la oportunidad de emular a las grandes estrellas de la música con nuestra propia seis (o cuatro) cuerdas. El género maquilla su brutal y repentina desaparición con un título francamente recomendable: Rocksmith.

Hace no mucho tiempo los videojuegos musicales eran la panacea del éxito de crítica y público en el mercado de consolas. Lanzamientos como los de las sagas Rockband y Guitar Hero copaban los rankings de ventas de software, y además nos regalaban algunos títulos memorables. Sin embargo, y de repente, el inagotable manantial de ventas “se secó” y obligó a Electronic Arts y Activision a abandonar dos de sus marcas más representativas.

La tercera gran distribuidora en discordia, Ubisoft, no había hasta ahora dado su paso para hacerse un hueco en el género, y ha esperado a que el resto cerrara el grifo para publicar su puesta en escena: Rocksmith. Cuando parecía que nadie podía aportar frescura alguna a este estilo de títulos, la compañía francesa revoluciona los lanzamientos sustituyendo los artificiosos periféricos que se empleaban hasta ahora por instrumentos reales. Enchufa tu guitarra eléctrica al PC. La estrella del rock eres tú.

Rock and Roll
Lo primero es lo primero. ¿Cómo se pone en marcha Rocksmith? Tan sencillo como conectar nuestra guitarra al PC a través del adaptador USB que se incluye con el juego, y a partir de entonces… ¡A disfrutar! Por el camino hay que afinar el instrumento o llevar a cabo el siempre pesado proceso de sincronizar la imagen con el sonido (recomendamos prescindir del cable HDMI para reducir la latencia entre imagen y sonido); pero el más que correcto progreso de la dificultad del título va a hacer que nos sintamos realmente cómodos con nuestro instrumento.

Debe quedar claro, de hecho, que hablamos de un instrumento real y no las guitarras de juguete empleadas en títulos como Guitar Hero, así que o tenemos una guitarra o un bajo propios… o nos los compramos. Hay un pack a la venta con una guitarra Epiphone a cambio de unos precios bastante razonables para lo que se estila, sin embargo el título parece especialmente pensado en cuanto a usuario para gente que tiene ya su propio instrumento y es habitual de él, así como de los que lo tienen olvidado desde hace tiempo y buscan un pretexto para desempolvarlo. En este sentido la propuesta de Ubisoft es perfecta, con una gradación de la dificultad para los poco iniciados, insistimos, realmente sensacional.

El modo campaña, por así denominarlo, nos lleva de la mano durante un buen puñado de canciones para irnos preparando para las siguientes fases en algo a lo que podríamos etiquetar como progreso dinámico en cuanto a la dificultad. A los guitarristas avanzados directamente los descartamos puesto que el título no está destinado para ellos en el sentido del desafío, y sólo les servirá para el disfrute personal y puede que no les llene en demasía puesto que salvo uno o dos temas los demás no son de una dificultad radical.

Algo alejado del estilo amateur de otros títulos del género, Rocksmith apuesta por el uso de instrumentos reales.
Algo alejado del estilo amateur de otros títulos del género, Rocksmith apuesta por el uso de instrumentos reales.

Sin embargo para el resto de los músicos aficionados con cierta experiencia puede que el comienzo se les atragante por ser algo lento, pero parece bastante obvio que hay que empezar una experiencia de estas características con unos primeros pasos sencillos y accesibles. Pero si ya somos un guitarrista de nivel, bastará con que al comienzo de los temas comencemos a tocar los acordes o punteos adecuados en lugar de las notas sueltas mucho más básicas que nos proponga el título, y él se irá adaptando a nosotros haciendo escalar el desafío. Eso sí, si fallamos notas el juego también lo irá asimilando rebajando la exigencia.

Lo único malo de este sistema es que nosotros no podemos cambiar manualmente el nivel del reto, y es que la mecánica está plenamente establecida en base a esos pilares del progreso del usuario de los que hablamos todo el tiempo. Así si únicamente queremos "trastear" con un tema ya liberado en un estilo de reto normal (ni muy fácil, ni muy difícil) nos va a resultar imposible, ya que sólo podremos disfrutarlo o en el más sencillo o en el más complicado que hayamos llegado a alcanzar.

Por el camino vamos a ir desbloqueando infinidad de elementos que le darán un plus de recompensa a la experiencia. Guitarras, amplificadores y un sinfín de ítems que enriquecerán nuestro "ropero" de instrumentos. También vamos a ir liberando acceso a los Desafíos de Técnica, que se generan también de forma dinámica a través de cómo jugamos. ¿Qué significa esto? Toda esta palabrería sólo esconde el hecho de que el programa va a hacernos machacar las partes de los temas que más se nos resistan, con pequeños tutoriales plenamente interactivos.

Por supuesto Rocksmith no es un título para disfrutar únicamente en solitario. El multijugador permite a dos usuarios enfrentarse en modo local.
Por supuesto Rocksmith no es un título para disfrutar únicamente en solitario. El multijugador permite a dos usuarios enfrentarse en modo local.

Dioses de las Seis Cuerdas
La repetición es la máxima en Rocksmith. Repetir, repetir, repetir… Pero, contra todo pronóstico, consigue evitar la monotonía saliéndose de los aburridos patrones de seriedad en los que lamentablemente cae dada su ajustada presentación. La ejecución de las notas es un buen ejemplo, y recoge el testigo de la fórmula Guitar Hero adaptándola a su estilo, es decir con una vuelta de tuerca. Así cada cuerda de la guitarra está representada por un color, y los números que corren nos indican la localización de éstas.

El estilo visual es muy sobrio, así como el jugable, pero el programa trae consigo al margen una modalidad arcade que busca ofrecer mini-juegos realmente divertidos. Aquí también se busca el aprendizaje, pero de una forma definitivamente más ligera. Tocamos para homenajear al clásico Space Invaders, para acabar con zombies… Es una agradable forma de romper con la ya mencionada monotonía de la presentación del resto de modalidades.

Por otra parte la lista de temas del título es sencillamente formidable, con un índice de medio centenar de cortes entre los que están las canciones más representativas de bandas rockeras como los geniales Black Keys, Rolling Stones o Queens of the Stone Age; algunas emblemáticas del grunge de Seattle como Soundgarden, Nirvana o, por adopción, Stone Temple Pilots; alternativos actuales como The Boxer Rebellion, Interpol o Franz Ferdinand y otros grupos sencillamente emblemáticos como Radiohead, David Bowie o los Pixies. Temas a los que hay que sumar los nuevos DLC que están en preparación.

Si compramos la edición digital de Rocksmith -más barata-, tendremos que comprar aparte el cable para conectar nuestra guitarra al PC.
Si compramos la edición digital de Rocksmith -más barata-, tendremos que comprar aparte el cable para conectar nuestra guitarra al PC.

En la faceta sonora del título, sin embargo, lo mejor de la experiencia reside en que Rocksmith es por fin un juego de música sin trampa ni cartón. Nos explicamos. Hasta ahora teníamos títulos del género en los que emulábamos tocar: si acertábamos las notas sonaban correctamente, y si nos equivocábamos oíamos los clásicos “gruñidos”, es decir chirridos y acoples varios sin relación con nuestras notas. Lo que los fans de la música realmente van a disfrutar de Rocksmith es el hecho de que reproduce exactamente lo que interpretemos, ya que en esencia estamos convirtiendo nuestro monitor, o el equipo de sonido que tengamos enchufado a nuestro ordenador o consola, en un amplificador. Asimismo tenemos los clásicos efectos para configurar el sonido de nuestro bajo o guitarra con reverb, distorsión, sonido limpio… Algo realmente interesante a la hora de ofrecer variedad y libertad de interpretación al usuario.

Muy Bueno

Sin sello

Rocksmith

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Tras la decepcionante desaparición del género musical en los videojuegos, Rocksmith supone un ilusionante debut que podría aportar frescura a este estilo de juego. Tiene sus virtudes y también sus puntos flacos, pero es un producto notable que busca un público algo más maduro y experto que el de otros videojuegos de este estilo en el pasado.

Comprar Rocksmith
Jugadores: 1
Idioma: Manual en español y textos en español
Duración:
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