¿Recuerdas Syndicate y Syndicate Wars? Los originales, no el shooter de 2012. Satellite Reign es su sucesor espiritual, logrando captar toda la esencia de los míticos juegos de Bullfrog y llevándolo a los estándares de hoy día sin perder ni un ápice de su diversión y profundidad.
Hacía mucho que no veíamos un juego como Satellite Reign, porque a pesar del éxito de Syndicate y del gran recuerdo que ha permanecido en muchos jugadores, pocos títulos han aprovechado sus originales mecánicas. Ponte a buscar: por mucho que haya pasado tiempo, no hay muchos juegos posteriores que se le parezcan, a pesar de tener un planteamiento parecido. Estrategia y acción en un mundo Cyberpunk donde debemos luchar contra la opresión de un gobierno que tiene toda la ciudad bajo su control. Una guerra de guerrillas que se libra en las calles, aprovechando las habilidades e implantes de nuestro grupo de soldados.
Satellite Reign atrapa desde el principio, como si su concepto resultase novedoso. La realidad es que se aprovechó tan poco que sus mecánicas resultan frescas. Hay una gran libertad en elegir cómo queremos aproximarnos a cada misión, y es este libre albedrío el que hace de la obra de 5 Live Studios una magnífica experiencia. ¿Quieres infiltrar una unidad para hackear el sistema de cámaras del distrito? Puedes hacerlo, aprovechando el sigilo y el pirateo. ¿Quieres entrar por la puerta principal con todas las unidades y la artillería de la que dispones? No hay nada que te lo impida.
La perspectiva isométrica con una cámara fija facilita la incursión. La estrategia ocurre antes de ponerla en práctica, pero puedes adaptarla a medida que transcurre cada misión. Tu unidad se compone de cuatro soldados (a los que puedes añadir en ocasiones un clon) cada uno de ellos especializado en un área. El soldado, experto en armas y combate; el apoyo, perfecto para analizar nuestros alrededores y encontrar puntos débiles o ciudadanos a los que sobornar; el hacker, indispensable para el pirateo de cualquier tipo de dispositivo; y el francotirador, que bien apostado puede resultar clave para las batallas.
Satellite Reign nunca te dice cómo debes realizar la misión, sólo te pide que la cumplas. No hay bonus por hacerlo en sigilo ni sientes que lo estás haciendo mal si eliges la opción más violenta. Lo único que importa son los resultados. Eso sí, a medida que nuestras unidades y nuestra economía van mejorando, podemos conseguir implantes y armas más enfocados en uno y otro aspecto.
Su ciudad es, de hecho, tan grande y compleja que podríamos incluso tratarlo de mundo abierto. Puedes realizar ciertas ciertas tareas como piratear cajeros automáticos o activar nuevos puntos de control para desplazarte más rápido, mientras te desplazas por el mapa tranquilamente, huyendo en todo momento de los policías y drones que están al acecho. Todo para preparar tu próximo golpe.
Las posibilidades son suficientemente variadas para unos objetivos que, en el fondo, no lo son tanto. Siempre tendremos que colarnos en un complejo, donde conseguir sabotear y diezmar algo más el control de la megacorporación que lo domina todo. Y sin embargo, no se hace tan repetitivo como parece gracias a esta sensación de progresión constante. No sólo en tus unidades, sino también en los pequeños logros y misiones secundarias que te pueden facilitar la tarea, consiguiendo mejores recursos, armas o que la vigilancia de un distrito sea menor.
Satellite Reign nunca te dice cómo debes realizar la misión, sólo te pide que la cumplas
Técnicamente además, Satellite Reign se comporta de forma sólida sin necesidad de muchas florituras. Quizás su paleta de colores mezcle demasiados tonos vivos creando un pastiche difícil de identificar, pero lo hace inspirándose claramente en ese cyberpunk de neón en el que todo vale. El sonido no tiene tanta excusa, con pocos efectos, pero que no molestan tanto como una "banda sonora" demasiado machacona y repetitiva que es hasta casi recomendable desactivar si juegas muchas horas seguidas.
Satellite Reign no sólo es un sucesor espiritual. Es rápido, con ritmo, cómodo y muy adictivo de jugar, donde la complejidad viene únicamente dada por unos menús que no ayudan mucho al principio a facilitar las cosas, pero que se van explicando poco a poco gracias al tutorial. Es un tipo de estrategia directa de la que, más allá de los nuevos exponentes del género centrados en el multijugador o los clásicos títulos desarrollados por turnos, ya no estábamos acostumbrados; que nos devuelve a épocas nostálgicas donde títulos como los propios Syndicate o incluso los Crusader eran los reyes de la fiesta, sin muchos juegos que se le parecieran. Diríamos de él que es una fenomenal experiencia si quieres volver atrás en el tiempo, pero su concepto resulta tan fresco a día de hoy, que no necesitas retrotraerte. A poco que estés interesado en su mecánica, juégalo.
Tanto si echas de menos los originales Syndicate y Syndicate Wars, como si buscas un título de acción y estrategia diferente a lo que conoces, Satellite Reign podría ser esa experiencia que andas buscando, hasta el punto que sorprende cómo no existen más títulos como él. Libertad de acción y progresión en unas misiones que, si bien pueden resultar algo repetitivas en alguna ocasión, siempre pueden afrontarse de múltiples modos distintos.
- La libertad de realizar cada misión como te plazca
- Su escenario: grande, complejo y lleno de posibilidades
- Sistema de progresión de unidades, habilidades e implantes
- Algunos objetivos demasiado repetitivos
- Música machacona y de poca calidad
- Menús poco intuitivos