Los parques de atracciones siempre son sinónimo de diversión… ¡aunque sean virtuales! Aquí tenemos un simulador muy peculiar de esta misma guisa, ScreamRide, título que llega en exclusiva a las consolas de Microsoft.
Aunque no es que sea el género más popular del mundo, los simuladores de parques temáticos y/o atracciones llevan con nosotros desde tiempos inmemoriales. Uno de los referentes del género es el notable Rollercoaster Tycoon y toda la serie en general, la cual ha aparecido a lo largo de los años en múltiples formas y para una gran cantidad de plataformas distintas. Bien, pues aquí tenemos una creación fresca ideada por el estudio Frontier Games (expertos en estas lides), ScreamRide, juego que sin ser la panacea resulta bastante divertido y nos ofrece una jugabilidad muy cautivadora, al menos a poco que te sumerjas en sus entresijos.
La mecánica de juego que ostenta ScreamRide nos ha parecido bastante sugerente e incluso "viciante" en algunas ocasiones, al menos de inicio, aunque también es verdad que a medio y largo plazo el título va perdiendo algo de fuelle.
De entrada el juego incorpora dos modalidades bien diferenciadas, que son el modo Carrera (Career) y otro llamado Sandbox. Por empezar por alguno de ellos, lo haremos por el primero, Career, opción que nos invita a participar en una serie de eventos que tienen lugar a lo largo de media docena de fases de inicio bien diferenciadas y que agrupan varias mecánicas de juego claramente distintas que a continuación os explicamos.
Crea, disfruta y destruye
Efectivamente, en cada uno de los niveles que presenta este modo de juego debemos superar una remesa de tres misiones principales que quedan agrupadas a su vez en tres tipos de jugabilidad bien diferenciados.
El primero de ellos es adoptar el papel de ScreamRiders, que viene a ser el nombre que adoptan los probadores (humanos en este caso, no dummies) que deben montarse en cada una de las montañas rusas que se dan cita en el título. ¿Y cuál es nuestro papel? Pues dirigir la vagoneta principal en la que van montados los ScreamRiders, siendo necesario dirigir y maniobrar dicho aparato con la mayor precisión posible. Sí, porque aunque al principio simplemente debemos de preocuparnos de acelerar y frenar adecuadamente en relación al tramo de la atracción en el que nos encontramos, paulatinamente las cosas se van complicando a medida que superamos niveles.
Lejos de tener que hacer siempre lo mismo, en cada nuevo nivel se introducen nuevas características que debemos ir considerando y teniendo muy en cuenta. Hablamos de saltos, la posibilidad de tener que ir recargando y utilizando turbos, esquivar ciertos obstáculos que van apareciendo en los raíles sobre los que se desplaza este medio de transporte, brincar y aterrizar con precisión e incluso saltar por los aires para destruir algunas construcciones. En función del nivel, además, tenemos que cumplir una serie de objetivos secundarios que nos aportan más puntos, muy necesarios para obtener las medallas correspondientes que nos permiten ir ganando el acceso a nuevas fases. Estas pruebas nos han parecido bastante curiosas y entretenidas, si bien no son especialmente complicadas de superar. Se disfrutan mientras duran.
Por su parte, luego tenemos las misiones de destrucción. En este caso nuestro cometido es lanzar y guiar a unas bolas y otros artefactos desde una especie de lanzadera para que impacten en las distintas construcciones que se muestran en cada escenario. ¿Recordáis Burnout y una de sus modalidades? Pues estas pruebas nos han parecido bastante adictivas, aunque sin llegar a las cotas de las mismas experimentadas en el clásico de Criterion de la velocidad (por cierto, ¿qué habrá sido de esta franquicia?).
Igual que sucede con las citadas fases de los ScreamRiders que os explicamos hace un momento, a medida que avanzamos van introduciéndose nuevos elementos. De esta forma al principio basta con ajustar la velocidad y el ángulo de lanzamiento para destruir lo que se nos ponga por delante, pero más tarde van apareciendo explosivos, rebotadores, escudos protectores y demás elementos que añaden un interés especial a estos niveles. Desde nuestro punto de vista son de largo los más entretenidos, aunque suponemos que eso depende de los gustos de cada usuario.
Y por último tenemos las pruebas de ingeniería, es decir, aquellas en las que debemos construir la atracción de turno atendiendo a las normas y reglas que nos piden en cada fase. Tener en cuenta factores como la extensión de la misma, la diversión que aporta a sus ScreamRiders, su complejidad, la cantidad de elementos especiales como loopings y demás y otros reglajes marcan nuestro método de actuación y pauta a seguir en la recreación de cada una de estas atracciones. ¿Y divierte? Pues no especialmente, al menos bajo nuestro criterio, siendo una mecánica de juego que los desarrolladores podrían haber dejado únicamente para el otro modo de juego principal que ostenta el título, el citado Sandbox.
Bajo este nombre se encuentra el, para nosotros, gran punto fuerte del título: su completísimo editor. Gracias a esta modalidad es posible recrear todo lo que nos apetezca, desde las montañas rusas al aspecto de los escenarios, islas, etc. Las posibilidades que nos ofrece esta opción son casi innumerables, y de lo único que debemos de preocuparnos es de la extensión del mismo y del número de piezas o bloques que podemos emplear, limitado a un escenario en concreto de los que hayamos previamente desbloqueado en el modo de juego principal.
Precisamente, cuanto más avancemos en dicho modo de juego más material desbloqueable para la construcción tendremos a nuestra disposición, siendo muy numeroso ya de por sí. Además es justo señalar lo sencillo que resulta utilizar cada una de las herramientas de creación, que en muchos casos se comportan de manera parecida a la dispuesta en las pruebas en las que actuamos como ingenieros. Por supuesto, todas estas creaciones pueden ser compartidas online con el resto de jugadores de la comunidad, función que prolonga exponencialmente la vida útil y la diversión general del título.
Junto a todo esto, el título también presenta una buena gama de secuencias de vídeo relativamente graciosas que se van dejando ver antes y después de participar en cada prueba, un sentido del humor destacado, la posibilidad de comparar nuestros registros con el de nuestros amigos gracias a los Leaderboards online correspondientes y otros pequeños detalles adicionales. Se nota que los desarrolladores han cuidado mucho esta producción, la cual puede mantenernos ocupados durante mucho tiempo si exprimimos la opción Sandbox y nos convence. De lo contrario, el título pierde bastante durabilidad e interés general, tened esto claro.
En cuanto a sus aspectos técnicos, se trata de una obra que no ofrece nada destacable (al menos en la edición para Xbox One, que es la que hemos probado) pero que tampoco presenta errores importantes. El motor gráfico es lo suficientemente solvente como para gestionar todos los entornos y personajes sin mayores problemas. Dichos escenarios no son los más complejos ni detallados jamás contemplados, pero se muestran sólidos y muy limpios.
La estética puede que sea lo más destacado, con una línea gráfica resultona y buenos diseños para los personajes, tanto los trabajadores de las atracciones como los probadores de cada una de ellas. Y de igual forma, la física de cada uno de los objetos principales del juego (vagones, bolas lanzadoras, etc.) ha sido integrada con acierto, así como las demoliciones de las construcciones, algo artificiales en ocasiones pero atractivas.
En lo relacionado con el apartado sonoro, estamos ante una producción bastante solvente. El título presenta una buena cantidad de tutoriales con voces de por medio (en inglés) que se agradecen, así como efectos sencillos pero muy convenientes. La banda sonora es algo más "pesada", y de hecho en sesiones largas de juego nos ha parecido un tanto monótona, siendo muy recomendable descender su volumen.
Diversión por encima de otros conceptos es lo que nos ofrece esta curiosa y atractiva propuesta de Frontier Games y Microsoft para sus consolas. Está claro que no es un título apto y dirigido a cualquier tipo de usuario, pero se agradecen obras así de vez en cuando para desengrasar entre tanta aventura de acción y shooter.
Microsoft y Frontier nos ofrecen una propuesta sana y amena que puede ser disfrutada por un amplio número de usuarios. Aunque puede parecer un título "extraño" y hasta complejo desde fuera, una vez que te sumerges en este pequeño mundo de atracciones y destrucción creativa es difícil soltar el mando, al menos durante las primeras horas de juego. Es cierto que va perdiendo frescura y fuelle a medida que avanzamos y superamos pruebas, pero el completísimo editor Sandbox puede dar mucho juego para rato a poco que triunfe entre la comunidad de usuarios de Xbox.
Comprar ScreamRide- Refrescante propuesta de juego, bien ideada y divertida a medio plazo
- El modo de creación Sandbox puede reportar diversión durante muchos meses
- Se agradece su sentido del humor y simpatía global
- Las pruebas de ingeniería pueden hacerse monótonas rápidamente
- El modo Carrera no es precisamente muy extenso
- Al estar en inglés, algunos usuarios pueden perderse en ciertas reglas y tutoriales
