Análisis de Shadow Warrior. Acción salvaje, rápida y sin complicaciones

Análisis de Shadow Warrior. Acción salvaje, rápida y sin complicaciones
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¿Te suena Shadow Warrior? Si tienes la suficiente edad seguro que sí. El shooter clásico de 3D Realms retorna ahora de manos de los creadores de Hard Reset con un fuerte lavado de cara gráfico y una curiosa reimaginación jugable. Con él tenemos entre manos un buen juego de acción carente de pretensiones, uno capaz de depararnos un puñado de horas de acción salvaje y sin complicaciones.

La edad de oro de los remakes continúa en marcha en esta generación de videoconsolas, y Flying Wild Hog se ha fijado en un celebrado videojuego de 1996 llamado Shadow Warrior para llevar a cabo una divertida revisión. En la mitad de los noventa, tras el éxito de propuestas desenfadadas de acción en primera persona como DOOM o Duke Nukem, llegaba la nueva obra de 3D Realms. Se trataba de un título que no fue particularmente bien recibido por la prensa especializada, por su sentido del humor grueso y su reincidencia en una serie de fórmulas que estaban por aquel entonces en boga, pero que sí gozó de importante aceptación entre unos aficionados que seguían sedientos de sangre.

Los creadores del notable Hard Reset ponen ahora su talento al servicio de la auténtica locura del videojuego de hace casi dos décadas, tratando de demostrar que sigue en marcha con idéntica vigencia una fórmula de acción desenfrenada y absolutamente demoledora al más puro estilo Serious Sam. Los enemigos se apelotonan ante nosotros a una velocidad de vértigo para que los ajusticiemos como deseemos, y el resultado pese a ser algo anacrónico la verdad es que no está nada mal.

El Guerrero Menos Sutil

En Shadow Warrior encarnamos a Lo Wang, un asesino profesional japonés con una misión y también un personaje capaz de cantar en su coche sin sonrojo You got the Touch en el prólogo. Todo ello para componer un héroe con un punto cómico que se traslada en las frases con las que ameniza nuestro constante festival de muertes. Poco sabremos de lo que nos toca llevar a cabo en un comienzo, sencillamente que tenemos que recuperar un objeto muy valioso para quien nos ha contratado, y que para ello contamos con dos millones de dólares y, sólo por si acaso, una katana. Por el camino conoceremos a un espíritu que nos ayudará a progresar y que servirá como pie para el componente mitológico de oriente que se esconde tras este título que tanto bebe de esa cultura.

El personaje ha envejecido mucho mejor que, por ejemplo, el de Duke Nukem, con algunos momentos ciertamente humorísticos, cargado de broma y referencias a conocidos lanzamientos y con la sorprendente intención de narrar una historia. El original no hacía tantos esfuerzos por la narrativa, más bien todo lo contrario, y aunque obviamente lo que se nos cuenta es un pretexto para hacernos avanzar nivel a nivel, en el título tenemos que recorrer varias fases con la meta de hacernos con varias piezas de una espada todopoderosa. Así que el lugar al que llegamos con nuestro bólido al comienzo del juego es sólo el punto de partida para un fenomenal festival de muertes en el que no hay aliados, ni tan siquiera neutrales... Salvo en las cinemáticas, de toque lisérgico, en el resto de Shadow Warrior todo lo que se mueve es nuestro enemigo.

Como no podía ser de otro modo las cosas se ponen feas muy rápidamente porque, al fin y al cabo esto es un género de acción de la vieja escuela, así que en cuanto bajamos de nuestro elegante bólido apenas tenemos uno o dos minutos para caminar por el escenario y acostumbrarnos a los controles antes de que salten sobre nosotros un primer puñado de enemigos... más voluntariosos que efectivos. A partir de entonces la campaña se convierte en un festival de sangre y desmembramientos sin más interrupción que las pequeñas partes en las que exploramos el escenario y las ocasiones en las que, por desgracia, el confuso diseño del mapeado nos obligará a dar más de una vuelta buscando la salida.

La katana es, sin ningún género de dudas, la gran protagonista de Shadow Warrior. Desmembrar a nuestros enemigos es uno de los mayores placeres del juego.
La katana es, sin ningún género de dudas, la gran protagonista de Shadow Warrior. Desmembrar a nuestros enemigos es uno de los mayores placeres del juego.

Shadow Warrior, por lo demás, es tan ágil como su predecesor al que prácticamente reedita de forma idéntica en cuanto al feeling de sus decorados y la presencia de algunos secretos, aunque no en su arquitectura puesto que esto es más una reimaginación que un remake directo. El original está disponible de forma gratuita en plataformas como Steam, por ejemplo, así que es fácil descargarlo y comprobarlo por nosotros mismos, además de disfrutar por el camino de un título que en su momento levantó polémica, diversión y carcajadas a partes casi iguales. Por si fuera poco es fácil detectar algunos huevos de pascua que homenajean directamente al original, y que dibujarán una sonrisa en la boca de quienes lo disfrutaron en su momento.

Salvo en los momentos en los que el laberíntico trazado de los 17 niveles que componen su campaña nos lo impiden, lo cierto es que el resto del tiempo estamos matando, matando y... matando. Insistir en el ritmo vertiginoso que exhibe el videojuego es necesario, puesto que es su principal clave: lanzar ante nosotros miles de enemigos y proporcionarnos la suficiente munición como para que podamos acabar con todos. Poco a poco vamos recibiendo armas nuevas, pistolas, ametralladoras, lanzacohetes... sin embargo la mejor no hay duda de que es la primera, la katana, la que mayores alegrías nos va a dar. No se trata sólo de que los amantes a las carnicerías van a disfrutar gracias a su filo de los desmembramientos que ya veíamos en el original, aunque lógicamente más cuidados y acorde con los tiempos que corren, sino que si optamos por su manejo avanzado además tenemos entre manos un estilo de lucha cuerpo a cuerpo mucho más que satisfactorio.

El Karma es la Clave

El videojuego tiene una particular mecánica que puede resultar muy atractiva para los paladares más habituales de este tipo de propuestas similares a Painkiller, por ejemplo, aunque con una mayor profundidad que en aquel caso. Todo ello se debe a la cierta riqueza que le aporta al programa toda la posibilidad de crecimiento y personalización del personaje, que se basa en el uso de un karma que obtenemos por cosechar muertes. Cada cierto tiempo obtendremos un punto que podremos invertir para mejorar nuestro vigor, nuestra salud o la resistencia del héroe.

Por si fuera poco el escenario siempre esconde secretos en forma de cristales KI que nos permiten aprender ataques mágicos. Su encuentro está supeditado a la exploración, pero debemos dar con ellos para avanzar porque a menudo hay puertas coloreadas en los escenarios que no se abren hasta que los obtengamos. Esta magia se libera con combinaciones de teclado y ratón, y nos brinda la posibilidad de recuperar salud, prender fuego a los enemigos o incluso lanzar ondas. Las hordas de rivales que surgen ante nosotros nos van a obligar a sacar lo mejor de nosotros mismos, así que las combinaciones entre katana y poderes nos van a dejar los mejores momentos del título, dejando las armas de fuego como algo obviamente útil pero mucho más convencional y definitivamente menos atractivo.

Con el paso del juego iremos desbloqueando algunos poderes, uno de los más útiles será el de cargar nuestra salud puesto que no es regenerativa.
Con el paso del juego iremos desbloqueando algunos poderes, uno de los más útiles será el de cargar nuestra salud puesto que no es regenerativa.

El juego es clásico hasta en el sentido de ofrecer un momento de desafío máximo hacia el final de cada nivel con, casi siempre, algún jefe (logrados en cuanto a tamaño, pero no tanto en lo que se refiere a un acabado jugable bastante convencional). El título es desafiante si optamos por los niveles de dificultad más altos de los cuatro disponibles inicialmente, pero si lo hacemos por el Normal es muchísimo más accesible de lo que era el dificilísimo lanzamiento original. Por si fuera poco, una vez terminada la campaña, tenemos acceso a los modos EX y Heroic para volverla a superar de nuevo con distintos condicionantes.

A nivel visual Shadow Warrior es un producto vistoso, aunque con matices. La iluminación y los entornos coloristas juegan a favor de este lanzamiento, aunque observado más de cerca algunos de los enemigos y determinadas áreas de los escenarios hacen descender de forma sensible el conjunto general. Artísticamente el resultado es algo mejor aunque también ligeramente reiterativo, y esperábamos bastante más variedad tanto de los niveles como de los tipos de adversarios.

Tecnológicamente el producto es más modesto, y contempla algunas observaciones que hay que hacerle desde el punto de vista de la optimización: En nuestro equipo de pruebas de gama alta (i7, 8GB Ram, GeForce GTX 770) el rendimiento del programa no ha sufrido problema alguno, como es lógico; sin embargo en un equipo algo más modesto hemos observado una tasa de imágenes por segundo más errática con algunas caídas preocupantes. El abanico de opciones visuales a pormenorizar es amplio, con más de quince que nos permitirán dejar el look del título exactamente como lo deseemos.

Mejorar el personaje es fundamental para salir adelante. Conforme avance el juego los retos serán más difíciles y conviene estar preparado.
Mejorar el personaje es fundamental para salir adelante. Conforme avance el juego los retos serán más difíciles y conviene estar preparado.

Desde el punto de vista del audio el título es algo más discreto. La música es repetitiva y casi siempre brilla por su ausencia, dejando de lado su presencia para favorecer los efectos de audio que sí suenan más atronadores y acorde con la oferta jugable del programa. El título llegó inicialmente a nuestro país sin ningún tipo de traducción, ni textos ni voces, pero con una actualización finalmente los subtítulos sí están en nuestro idioma. Eso sí, en cuanto al audio sólo hay opción de disfrutarlo en inglés, y las voces en versión original no son particularmente llamativas.

Bueno

Sin sello
Acción salvaje, rápida y sin complicaciones

Shadow Warrior

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Shadow Warrior cumple exactamente lo que prometía, lo que lo convierte en un buen juego de acción en primera persona para quienes buscan poner el cerebro en punto muerto y disfrutar de un fenomenal festival de muertes. Lo nuevo de los creadores de Hard Reset es un lanzamiento sin grandes pretensiones, con una duración aceptable y un precio competitivo.

  • Acción visceral, rápida y sin complicaciones.
  • Controles muy pulidos, con mención especial para el uso de la katana.
  • No ofrece nada para quienes buscan acción "con algo más", y acaba siendo repetitivo.
  • Frecuencia inusual e inexplicable de tiempos de carga.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 9-12 horas
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