Como ya es una costumbre muy arraigada, las aventuras con tintes de rol siguen siendo uno de los territorios donde mejor se mueven los estudios nipones. Y Tales Studio es uno de los más destacados y prolíficos de los últimos tiempos, dejándonos un buen puñado de entregas pertenecientes a la franquicia Tales of que han gozado de una calidad notable.
No es la primera vez que desde aquí hacemos hincapié en el gran trabajo que Namco Bandai Games está realizando (ya sea de forma consciente o inconsciente) por "salvar" uno de los géneros que durante la presente generación más han sufrido: los JRPG. Gracias a la distribución de títulos como el soberbio Ni no Kuni, Tales of Graces F o el que nos ocupa, Tales of Xillia, el género ha ido renaciendo poco a poco de unas cenizas que olían a muerte virtual en el Viejo Continente, revirtiendo así una situación complicada. Y nos agrada mucho, y más teniendo en cuenta la notable calidad que han ido acaparando todas estas producciones, siendo Tales of Xillia el último gran ejemplo de ello.
Dos personajes centrales asumen el protagonismo de esta nueva iteración de la serie, la cual apareció en Japón hace ya bastantes meses (y recibió el beneplácito de la prensa especializada y del público, por cierto). El primero de ellos es Milla Maxwell, una bella y joven “protectora” de naturaleza espiritual que posee una sensibilidad especial y aptitudes sobrenaturales. Su fina percepción la lleva a adentrarse en un misterio que pronto descubrirá que tiene más calado del que podría llegar a imaginar. Con la ayuda de sus cuatro espíritus que se corresponden con el dominio de cuatro elementos naturales (tierra, fuego, viento y agua) se adentra en un periplo bastante interesante, con luchas de poder y conspiraciones de por medio.
Y a este marco tan poco halagüeño se une el alocado Jude Mathis. En el papel del típico joven algo irresponsable y despistado que tanto gusta incluir en sus títulos a las productoras niponas, Jude posee unas habilidades especiales que tarda en descubrir pero que le pueden llegar a convertir en uno de los salvadores de su mundo.
Ambos personajes (cuyo control debemos escoger al comienzo del juego) unen sus destinos de manera casual y, si bien al comienzo de la aventura no terminan de congeniar, terminarán haciéndolo… junto al resto de personajes que van uniéndose en su camino.
A este planteamiento argumental inicial van uniéndose más tarde numerosas ramas adicionales y complementarias que otorgan más capas de profundidad a la narrativa, la cual está más trabajada de lo que suele ser habitual en muchos de los JRPG que aparecen últimamente pero sin llegar a tintes épicos.
JRPG Tradicional
Tales of Xillia puede presumir de poseer una gran cantidad de elementos, siendo un juego de rol japonés bastante tradicional. Y como tal, su oferta jugable es de lo más variada, aunque las batallas en tiempo real se erigen como un factor primordial.
En esta ocasión el título estrena el denominado Dual Raid Linear Motion Battle System, un nombre muy rimbombante que presenta la innovación de poner en liza a nada menos que cuatro miembros de nuestro grupo. Y lejos de resultar caóticos, estos enfrentamientos nos han parecido muy dinámicos y excitantes, especialmente a partir del segundo cuarto de la aventura.
Durante los mismos gozamos de bastante libertad de acción y podemos desplazarnos a voluntad (sosteniendo el botón R1 del mando) por los escenarios 3D, al menos alrededor de la zona donde tiene lugar el conflicto. Nosotros controlamos a uno de los personajes, encargándose la CPU de efectuar las acciones pertinentes con el resto de los miembros. Y atentos, que la gama de acciones que es posible llevar a cabo durante las peleas es muy loable. Más allá de los ataques básicos, ataques, defensas, uso de objetos y demás, cada uno de los protagonistas puede ejecutar movimientos especiales increíbles, que reciben el nombre de Artes. Y para rizar el rizo, si lo deseamos podemos aliarnos con alguno de nuestros compañeros y ejecutar Link Artes, ataques devastadores que pueden dañar seriamente a los adversarios.
Y para añadir aún más profundidad a este sistema, es posible personalizar la estrategia y el comportamiento de los personajes, cambiar de protagonistas, modificar brevemente el flujo temporal… En definitiva, se trata de uno de los sistemas de batallas más interesantes y bien concebidos de cuantos hemos podido disfrutar recientemente en este tipo de juegos. Pensamos, de hecho, que no tardará en ser clonado por otras aventuras de este mismo corte en un futuro no muy lejano.
Pero los combates son sólo una parte de Tales of Xillia. La exploración también tiene su razón de ser y, a pesar de que los escenarios suelen ser bastante lineales y no especialmente amplios, están repletos de tesoros y secretos. Y conviene ir recogiéndolos ya que en algunos casos nos permiten ir ataviando a nuestros personajes con nuevas piezas de equipo, mejorando de esta forma sus prestaciones. Y por supuesto, a medida que progresamos y vamos adquiriendo experiencia, cada protagonista va ampliando su rango de ataques, Artes y capacidades físicas, algo común a la inmensa mayoría de títulos de esta misma índole.
Las conversaciones con los personajes secundarios también son muy habituales, diálogos que han sido traducidos a nuestro idioma con acierto, hecho que seguro que alegra a los seguidores del género y de esta saga en particular. Dichas conversaciones suelen ser o bien dramáticas o bien simpaticonas, no hay término medio. Y entre unos elementos y otros, el desarrollo consigue ser lo suficientemente variado, hecho que es crucial para que la aventura no se haga densa a largo plazo, teniendo en cuenta que superarla nos llevará un mínimo de 25-30 horas.
Esta cifra, sin embargo, puede ampliarse brutalmente si nos paramos a cumplir la enorme variedad de misiones secundarias que también nos ofrece la aventura… pero que, por otra parte, nos han parecido un tanto “de relleno”, ya que en muchos casos carecen de gracia alguna y, simplemente, nos permiten sumar horas extra a la aventura y, de paso, obtener ciertos objetos valiosos y adquirir más experiencia para los personajes.
Mundo manganime
La inspiración y estética manganime con que ha sido impregnada esta producción salta a la vista desde el primer segundo de juego. Y este estilo artístico nos ha parecido un acierto, sobre todo porque disimula ciertas carencias técnicas que posee el título relacionadas con su motor gráfico, no demasiado avanzado y casi más propio de la anterior generación de consolas.
La recreación de los personajes es aceptable, sobre todo por sus simpáticas animaciones y look, que compensan el hecho de haber sido modelados con una baja cantidad de polígonos. Su expresividad es notable y gracias a eso nos transmiten sus emociones de forma admirable, algo que resulta más importante de lo que pudiera parecer en un principio debido al talante algo dramático en ocasiones que posee la aventura.
Los decorados muestran un nivel similar, destacando la gran diversidad de localizaciones que es posible visitar a lo largo de la aventura como aldeas, templos, bosques, mazmorras y un largo etcétera. Su aspecto es llamativo, especialmente por su profuso y acertado colorido, si bien no son los más detallados jamás divisados y algunas de sus texturas no se aprecian con la nitidez suficiente. En cualquier caso y teniendo en cuenta el género al que pertenece Tales of Xillia, técnicamente cumple con creces con su cometido.
A esto se añaden escenas de vídeo en plan dibujos animados de gran calidad, así como vistosos efectos especiales (sobre todo durante las batallas) que aportan algo más de calidad a un trabajo técnico decente pero nada sorprendente.
En lo relativo al sonido, como suele ser tradicional en este tipo de juegos lo más destacado es la banda sonora. Dicha banda sonora está compuesta por una suculenta selección de temas musicales que, si bien en algunos casos (como durante las batallas) pueden llegar a hacerse algo cansinos, durante la mayor parte del tiempo acompañan la acción de forma impecable y ambientan cada escenario y situación de manera adecuada.
Y en cuanto a los diálogos, éstos son bastante frecuentes y su interpretación en inglés es digna, aunque hemos echado de menos la posibilidad de escuchar las voces en japonés.
Entretenido, largo y variado, Tales of Xillia es un gran exponente de este tipo de títulos, los JRPG, género que se recompone de una situación muy gris con bastante celeridad. Aquellos que sean fans de este tipo de aventuras seguro que disfrutan mucho de la compañía de Jude y Milla, especialmente durante las batallas: son de las más divertidas que hemos disfrutado en los últimos tiempos.
Namco Bandai y el equipo Tales Studio firman otro más que recomendable juego de rol que a pesar del tiempo transcurrido entre su lanzamiento original en el territorio nipón y su distribución en nuestro país, sigue gozando de unos niveles elevados de calidad. El sistema de batallas es sin duda el aspecto que más nos ha gustado, enfrentamientos que resultan muy amenos y dinámicos, algo vital en el desarrollo del título. Y a esto se une un buen elenco de personajes, una correcta traducción de los diálogos a nuestro idioma y una puesta en escena loable sin llegar a despuntar en ningún aspecto. Un gran JRPG.
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