Cuando terminé este sexto capítulo de The Last of Us tenía la sensación de que habían pasado muchísimas cosas. Paraos a pensar: el matrimonio de la reserva, la noche al calor de la hoguera, el paso del río, Tommy y Jackson, e incluso la llegada al Campus. La serie de HBO ha cogido velocidad de cara a una inminente recta final.
Tras unos capítulos de "transición", que ya os comenté en las anteriores críticas que lo único que tenían de eso era en las dinámicas de los dos protagonistas y su relación, es el momento de poner las cartas sobre la mesa. Ellie y Joel ya saben después de unos cuantos meses y de recorrer medio país que se tienen aprecio. Saben que pueden confiar en el otro, y ya tienen miedo a perder al contrario.
Sin embargo, no hemos presenciado un diálogo directo. Hemos tenido que alimentar esta relación con pequeños gestos, con entonaciones y con muchos silencios. En este sexto capítulo llega el momento de la verdad... Y ese se corresponde con una actuación brillante de Pedro Pascal.
El actor chileno-estadounidense se sincera primero con Gabriel Luna, su hermano Tommy. Después de evidenciar en la cantina cómo Joel no es capaz de pasar página con respecto a Sarah, todo se solventa en el taller. Mientras el resto estaba viendo una película, Pascal desmorona por completo a su personaje al articular vocalmente una única verdad: tiene miedo.
Ellie y Joel ya están en sintonía tras este capítulo
Ese miedo no es a hacerse viejo y a ver a la muerte perseguirte a cada esquina. El terror llega cuando se da cuenta de que su vida se repite, que sigue sin ser capaz de salvar a sus seres queridos. Y cuanto más quiere a Ellie, más daño le hace el estar cerca de ella; porque sabe que cada día que pasa está más cerca de fallarle.
Aunque con una relación paternofilial y no romántica de pareja, Joel personifica la persona a la que habla el cantautor Marwan en su icónica canción 'Un día de estos'; ya sabéis, eso de "Cuando abres al amor, dejando la cadena echada".
Una catarsis sentimental en tres actos: la bronca con Tommy, el momento en el que Joel se sincera con su hermano y ese momento en el que decide que se acabó el tratar a Ellie como un ser extraño. Por supuesto, ese desbloqueo en su relación padre-hija llega justo cuando más se van a necesitar el uno al otro.
En este sexto capítulo hay bastantes cambios con respecto al juego, aunque no afecten demasiado a la trama general del episodio: la historia avanza hacia el mismo lugar. Pero sería desaprovechar la oportunidad de hablar con spoilers si no comentamos detalles como que a Jackson no llegan hasta después del final de Parte I, que la yegua Shimmer haya hecho acto de presencia, o que todos sabemos quien era esa chica que miraba a Ellie en el comedor.
Los creadores de la serie tenían claro lo que los creadores del videojuego ejemplificaron con un sencillo cambio de nombre con el remake. No se entiende Parte II sin Parte I, y no se puede entender esta primera temporada sin la ya anunciada segunda.
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